ELCHE. El municipio ilicitano ya cuenta con el primer edificio 'verde', es decir, con su certificación oficial por ser un inmueble que garantiza su eficiencia y sostenibilidad. Se trata de un pequeño hito a nivel inmobiliario en la ciudad en cuanto a estos años de disrupción en lo referente a la construcción sostenible, pero también es el primero en obtener la calificación de tres hojas Verde de la provincia. Aunque hay otros 'verdes', uno en San Juan Playa, este es el de calificación más alta.
El edificio, ubicado en la calle Andrés Torrejón nº2, esquina con Puente Ortices, ha sido bautizado como Edificio Puerta de Alicante. Durante la crisis inmobiliaria de 2008 quedó a medio levantar, con el esqueleto de hormigón y la fachada paradas durante años, hasta que el actual promotor, la valenciana Inta SL, adquirió en una subasta bancaria el edificio. Sin embargo, en lugar de tirarlo abajo para construir uno nuevo, optó por edificarlo a partir de sus raíces. Algo que hizo que ya 'naciera' sostenible, al evitar toda la huella de carbono que deja una edificación normal en cuanto a transporte de material y ulterior construcción.
Mientras que los promotores son INTA SL, de la certificación se encargó Etres Consultores a través de Manuel Romero y del diseño del inmueble el arquitecto Diego Castaño de Castaño Arquitectos. A este respecto, destaca medidas tradicionales de ventilación como instalación de aparatos que a su vez están certificados que son sostenibles. "Se han cuidado los espacios comunes para que los usuarios noten esa sensibilidad en la calidad de vida". Castaño habla de estos espacios, de balcones transparentes en los que vivir y que asevera se ha notado en el confinamiento, como pinturas al agua, que reducen los productos plásticos, "y sobre todo materiales que estén todos certificados en verde, que son la gran mayoría".
Además de optar por la reutilización de la fachada y la estructura, ahorrando la emisión de gases CO2, se ha valorado la implementación de medidas para fomentar el empleo de medios de transporte más sostenibles, la utilización de acabados interiores que reducen la toxicidad ambiente, la reducción del consumo de
energía y las emisiones de CO2, así como el diseño de la distribución de las viviendas para permitir la ventilación natural y el aprovechamiento de la iluminación solar. Cuenta también con un diseño contra la contaminación acústica, aparcamiento para bicicletas, así como puntos de recarga para vehículos eléctricos en los garajes del inmueble.
Por otra parte, el proceso de certificación del edificio dura toda la vida útil del mismo, en este caso 50 años. De hecho, se acabó la obra en julio de 2019 y ha habido un proceso de seis meses posterior para terminar de certificar y valorar las calidades para acreditarlas, que es lo que se ha logrado ahora. Actualmente, en el inmueble llevan viviendo inquilinos cuatro meses, y permite hogares 'a la carta'. Hay cuatro plantas modificables. La de arriba por ejemplo la adquirió entera un propietario y en la tercera hay dos de diferentes tamaños: "no hay tres plantas iguales", explica el arquitecto. Ahora quedan a la venta estudios pequeños que han pedido los clientes.
Durante la presentación del certificado también se explicó que en la ciudad existen unas 114.000 viviendas construidas que generan más de 184.000 toneladas de CO2, siendo el segundo sector del municipio en generación de gases de efecto invernadero justo por detrás del transporte privado y comercial.
Por último, aunque este sello verde fue creado por Green Building Council España, GBCe, la edificación sostenible se reconoce también a través de otras herramientas de certificación como LEED (Leadership in Energy & Environmental Design) y BREEAM (BRE Environmental Assessment Method).
