socialmente inquieto  / OPINIÓN

Había que hacerlo

25/10/2021 - 

Ocurrió durante el franquismo, y se quiso resolver con muchos menos medios de los que tenemos ahora, pero con la convicción de que no había otro camino, había que hacerlo.

Se produjo desde mediados del siglo XX y finalizó unas décadas después. Se preguntará a qué me refiero. Seguro que está pensando muchas cosas, pero me temo que esta vez no acierte de que trata esta crónica por desconocida o por olvidada.

A principios de los años 60 se contagiaban en España unos 2.000 niños al año por la polio. Era, y es, una enfermedad muy contagiosa. Su virus se transmite de persona a persona. Ataca al sistema nervioso, produce la parálisis de los miembros inferiores y, a veces, la muerte. No tiene cura, pero puede evitarse su contagio de forma preventiva a través de una vacuna.  

Los niños menores de 14 años eran los que sufrían los contagios. Fue un drama social que había que ponerle remedio. No sería una tarea fácil, pero tampoco era imposible. Tenían un ejemplo a imitar, el alicantino Dr. Balmis. Fue quien terminó con la viruela en el mundo iniciando su campaña de vacunación por Hispanoamérica y Filipinas, con la estimable ayuda del Rey Carlos IV que fue quien pagó de su patrimonio la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna (1803-1806).

Permita que vuelva con la polio a mediados del siglo XX. A partir de 1958, se vacunó en España a la población infantil - de forma privada - con la inyectable del microbiólogo Jonas Salk. Hasta 1963. Desde esta fecha se usaría la vacuna del virólogo Albert Sabin que se administraba por vía oral.

En España se retrasó la vacunación por la falta de medios económicos, el mal estado de las comunicaciones por carretera para llegar a todos los rincones del país, el debate de si aplicaban la vacuna inyectable o la oral, además de por las rivalidades políticas internas entre el organismo del Seguro Obligatorio de Empleo (SOE) dominado por la Falange y la Dirección General de Sanidad (DGS) dominado por los militares. Además, dependían de Ministerios, ambiciones y afán de protagonismo diferentes. Ante la falta de capacidad económica para esto, fue el Gobierno de EEUU quien ayudó económicamente al Gobierno español para poner en marcha las medidas necesarias para la vacunación masiva de la población.

Ideada por el doctor Florencio Pérez Gallardo, en enero de 1963 una Orden Ministerial puso las bases de la primera campaña nacional de vacunación contra la polio con la vacuna oral. Desde el Gobierno se hizo una gran campaña de divulgación a través de los medios de comunicación y del NO-DO en el que se buscaba conseguir la confianza de los españoles sobre su efectividad para que la población se vacunarse de forma masiva.

Una de las fechas importantes de este proceso fue el 14 de mayo de 1963. Dos valientes virólogos – Florencio Pérez y Rafael Nájera -, en jeep cuando la carretera lo permitía y a lomos de mula cuando el camino lo imponía, recorrieron pueblo a pueblo para vacunar a los niños contra la polio. Como prueba piloto empezaron la campaña de vacunación en León. Fue el inicio de la primera vacunación masiva y sistemática en España. Daban a los niños un terrón de azúcar con tres gotas de la vacuna, un pequeño engaño por una buena causa: impedir que se contagiaran de la polio. En una primera fase se empezó a vacunar a niños entre los dos meses y los siete años, con resultados muy satisfactorios y una reducción de los contagios de polio.

En Alicante, la Junta Provincial de Sanidad aceptó en 1963 el ofrecimiento de la DGS para mandar vacunas a todas aquellas localidades que la solicitaran. La prensa local se hizo eco del acontecimiento con titulares como “Comenzó la vacunación antipolio en la provincia”, en otra menciona que fueron vacunados 3.000 niños en Crevillente en unas 3 horas o que en Alicante fueron vacunados 15.000 niños del 9 al 14 de diciembre.

En la capital alicantina el efecto de la polio fue muy inferior a otras poblaciones de España. Esto puede ser debido a que llegó muy tarde la vacuna (privada) de la inyectable de Salk por lo que al juntarse con la vacunación de la de Sabin, contribuyó a que la reducción de la polio fuera mucho mayor, según manifiestan José Toledo-Marhuenda y Rosa Ballester en un interesante trabajo sobre erradicación de la polio en Alicante y su provincia.

Fueron las Juntas Provinciales de Sanidad las que se encargaron de la gestión de las vacunaciones hasta 1978 que pasaron a depender de las delegaciones territoriales del Ministerio de Sanidad y posteriormente de las Consejerías de Sanidad de las Comunidades Autónomas al descentralizar el Estado y vaciar de competencias a este Ministerio.

Al terminar el régimen franquista, el nuevo sistema democrático implantó el calendario vacunal. Esta pauta de vacunación fue decisiva para la erradicación de esta enfermedad en España. El último caso registrado se produjo en 1988 en Almería. Fue en este año cuando Rafael Nájera firmó la erradicación definitiva de la polio en España.

Erradicada en España, aún había mucho trabajo para erradicarla en el mundo. Si hay una organización implicada en este empeño esa es Rotary Internacional a través de su Fundación Rotaria. La primera acción en esta dirección la realizaron en 1979 en Filipinas donde la polio hacía estragos entre los niños. En colaboración con el Gobierno filipino vacunaron a seis millones de niños en cinco años. Con esta iniciativa nació en Rotary el primer proyecto de subvenciones de salud, nutrición y desarrollo humanitario (3H). En 1985 Rotary Internacional inicia la campaña Polio Plus, la primera y mayor iniciativa del sector privado en el campo de la sanidad pública, marcándose el objetivo de recaudar 120 millones de dólares para dedicarlo a la vacunación. En 1988 la Organización Mundial de la Salud (OMS) se suma a la iniciativa de Rotary, poniéndose como objetivo erradicar la polio en el mundo. Nada menos. En ese año se producían 350.000 casos de polio en 125 países. En 2011 la recaudación total de Rotary a la lucha contra la polio superaba los 1.000 millones de dólares. Desde 1988 se ha reducido la polio en el mundo en un 99,9%, quedando sólo Afganistán y Paquistán como países poliendémicos. Queda muy poco para conseguir su erradicación total en un esfuerzo colectivo en donde Rotary sigue siendo protagonista a través de las campañas de vacunación y de sus clubes rotarios, siendo la mayor organización mundial de voluntarios y de servicio solidario a los demás.

Con el 24 de octubre, día mundial contra la polio, se nos recuerda que aún hay que aunar esfuerzos contra este virus salvaje. Que se erradique la polio será un hito para toda la humanidad. Que así sea.

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