GUARDAMAR DEL SEGURA. Desde hace años, el mar le ha venido comiendo el terreno a la playa de Babilonia de Guardamar del Segura hasta el punto de no quedar orilla. Algunos miran a la construcción del espigón del puerto –hace tres décadas- como responsable de esta situación. La línea de casas –que se han mantenido a base de concesiones- se han visto muy deterioradas. Instalaron incluso diques para que los daños no fueran a más, tanto por la regresión de la orilla como para minimizar los efectos de los temporales. En aquellos puntos donde el mar no encontraba otra resistencia que esta línea de viviendas, ha ido devorando la carretera (calle Ingeniero Codorniú) que hay entre éstas y la pinada. Ahora, a través de un proyecto del Ministerio de Transición ecológica y su delegación de Costas van a llevar a cabo una serie de actuaciones con el objetivo de recuperar unos 120, de los 1.060 metros que tiene esta playa.
Uno de los primeros trabajos ya ha concluido. El Ayuntamiento ha retirado los servicios eléctricos y de agua del último tramo de la calle Ingeniero Codorniú. El siguiente paso, esta semana o la próxima, será la demolición y extracción de escombros de la última vivienda, colindante con la playa del Vivers. Esta playa, natural, abierta y virgen linda con el río Segura por el norte y se caracteriza por el cordón de dunas fijadas por la vegetación.
Esta vivienda presenta daños estructurales muy graves. Los técnicos municipales la declararon en estado de ruina por lo debía procederse a su demolición. De este modo instaron a los propietarios a que llevaran a cabo el derribo, pero estos le devolvieron la instancia alegando que no podía atender a ese gasto. Finalmente llegaron a un acuerdo y será el propio Ayuntamiento quien efectúe el derribo y la retirada de los escombros.
Una vez se hayan ejecutado estas obras, y según el compromiso con el que cuenta el alcalde, José Luis Sáez, es que en septiembre el ministerio retirará el firme de la carretera y comenzará los trabajos para dotar a este espacio de continuidad de la duna litoral y recuperando de este modo el tramo de playa. Cuando concluyan estos trabajos y dentro del mismo proyecto se instalará una pasarela para comunicar el vial que discurre dentro de la pinada con la playa, como las que ya hay instaladas que dan acceso a la playa del Vivers.
En cuanto al resto de viviendas, sus propietarios mantienen sus reivindicaciones. Se construyeron en los años 30 y 40 del siglo pasado. En 1988 se otorgó una prórroga de la concesión de uso de estas viviendas para un período de 30 años, que venció en julio de 2018. Se otorgó cómo última prórroga, ya que al estar tan próximo al mar incumple la ley de costas. Algunas de estas concesiones están judicializadas y el estudio de la situación se hace por unidad, es decir de forma individualizada por cada una de las viviendas. En el caso de querer efectuar alguna reforma, precisan la autorización de Costas, que las está denegando.
Estas viviendas se construyeron sin cimentación, descansan sobre la propia duna, lo que las convierte en unas estructuras frágiles. Tanto, que algunas de ellas se han venido abajo, en su totalidad o parcialmente. Desde hace años, algunos tramos de la carretera que da acceso a ellas está parcialmente cortada al tráfico. Con la demolición de la vivienda más alejada de la hilera de casas, Guardamar volverá a contar con más de 100 metros de los mil que cuenta esta playa y que se ha mantenido cerrado.