ELCHE. El inicio de septiembre lleva varios años dejando una sensación de déjà vu porque sigue habiendo muchos proyectos y reivindicaciones pendientes de ejecutar o desatascar desde hace unos cuantos ejercicios. Prueba de ello fue el enésimo mensaje del regidor Carlos González este pasado viernes ante la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez. Una pequeña hilera de peticiones como las oídas en anteriores ocasiones, hace unos meses ante el presidente Pedro Sánchez en la llegada del AVE, como otras tantas con los ministros de esta cartera, antes José Luis Ábalos o Íñigo de la Serna en el gobierno del Partido Popular.
Aunque esta vez el president Ximo Puig, habitual receptor de reivindicaciones en sus visitas a la ciudad, también ejerció como emisor de estas, en este caso, también hacia la ministra con las esperadas conexiones ferroviarias del Cercanías con el aeropuerto y la Alta Velocidad, o la propia mejora del Cercanías provincial. Un cable que agradeció en su intervención el primer edil ilicitano, quien puso una vez más sobre la mesa las inversiones en infraestructuras ferroviarias que no concretó porque ya son conocidas —conexión del AVE con la ciudad, con el aeropuerto, mejora de las Cercanías, finalización de la Ronda Sur...—, apelando además de a la dignificación y mejora de estos servicios hacia la ciudadanía, también a la mejora de la competitividad al sector empresarial, "un tejido innovador y de mucho peso exportador". Una petición que acabó con los deseos de que la frase "estamos seguros de que tu mandato dejará huella positiva en la ciudad" pase de expresión protocolaria a realidad.
En ese sentido, González ejerció durante toda la mañana de anfitrión, prácticamente sin despegarse de la ministra, aprovechando el momento también fuera del speech para intentar avanzar en unas inversiones que ya casi se pueden denominar como 'históricas'. Asimismo, el alcalde también vendió la política del bipartito como ejemplo ante los objetivos de descarbonización del transporte a nivel europeo, entroncando con el objetivo de Capital Verde Europea en 2030. Mencionó la peatonalización de la Corredora, las plataformas únicas o los carriles bici como apuesta por un cambio en la movilidad hacia un modelo más eficiente y de menores emisiones de CO2. A final de la mañana la comitiva también visitó la Estación de Autobuses para ver los modelos híbridos que se están integrando progresivamente en la flota.
Por su parte, la ministra destacó el papel "decisivo" de los Ayuntamientos en este objetivo de transformaciones en la movilidad y la agenda urbana, conocedora de sus posibilidades al haber sido alcaldesa de Gavà (Barcelona) hasta el pasado julio. Con el discurso bien preparado, hizo varios guiños a la política municipal con las peatonalizaciones, los carriles bici o la autogestión del Hort de Felip. Unas palabras que el equipo de gobierno ya se ha afanado a utilizar políticamente como espaldarazo a sus iniciativas, aunque la recién nombrada ministra vino sin 'regalo' en su primera visita a la ciudad.
Lo más parecido, y a lo que tendrán que agarrarse tanto González, como Puig y los alcaldes y alcaldesas de la provincia, es la intención de agilizar los trámites de la conexión de Cercanías al aeropuerto de Alicante-Elche-Miguel Hernández y de priorizar las actuaciones en la línea de Cercanías —así como desatascar el Corredor Mediterráneo—. Un compromiso como ya ha habido numerosos estos años. Asimismo, al no haber tampoco comparecencia ante los medios ni preguntas, no se ha avanzado nada más. Tampoco novedades sobre los nuevos trenes para la línea de Cercanías. En cualquier caso, a priori Sánchez se reunirá el mes que viene con Puig para abordar las necesidades autonómicas. También mostraba su voluntad de acelerar las licitaciones pendientes y defendía que se han duplicado las inversiones valencianas con respecto al anterior Ejecutivo. Palabras que no son garantía y ante las que la sociedad ilicitana lleva años escéptica. En unos meses, los Presupuestos Generales para ver ese impulso inversor. No obstante, su consignación tampoco garantiza que se materialice, como ha demostrado el tiempo.