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la tribuna del politólogo / OPINIÓN

Golpes de izquierda o de derecha

3/04/2017 - 

Ya no albergo duda alguna. Esta semana me ha quedado demostrado que a los partidos políticos españoles les importa más bien poco los ataques contra la democracia que desgraciadamente se suceden en el mundo.  Solo los condenan si pueden sacarle crédito electoral. En caso contrario, los ignoran.

Pongo un ejemplo, esta semana Maduro ha tratado de dar un auto-golpe de estado en Venezuela, quitando todos los poderes a la Asamblea Nacional. Bastante similar a lo que hizo el conservador Fujimori hace unos años en Perú. Todos los principales partidos españoles han condenado este ataque directo hacia lo poco que quedaba de democracia en Venezuela. Salvo Podemos.

Por otra parte, hace unas semanas el presidente argentino Mauricio Macri vino a España. Era la ocasión para recordarle el caso de Milagro Sala, presa política izquierdista que lleva casi un año detenida sin tan siquiera sentencia firme y que incluso la ONU ha demandado su liberación. Ningún partido lo denunció, salvo Podemos.

Es evidente. A los partidos españoles no les importa la defensa de los derechos humanos en estos países lo más mínimo. Los golpes no son de estado, son de izquierda o de derecha. Los presos no son políticos, son de izquierda o de derecha. Y según ello, se condenan o no.

No solo ocurre con temas internacionales. Esta semana lo hemos visto también con el caso de los tuits. Según algunos, reírse por twitter  de las víctimas de ETA está bien y no es de mal gusto, pero de las víctimas del franquismo sí está mal. O viceversa.

En definitiva, todo ello me entristece, ya que deja en evidencia que España sigue huérfana de un partido político que quiera salir de las trincheras ideológicas en las llevamos desde la generación de nuestros abuelos, y busque hacer política con sentido común.

Echo de menos un partido que condene todas las dictaduras del mundo. Por supuesto, Venezuela, Corea del Norte y Cuba entre ellas, pero también aquellas que no salen en los periódicos porque son amigas de occidente y nos venden el petróleo a buen precio como Arabia Saudí, Qatar o un buen puñado de países africanos.

Me gustaría un partido que defienda las causas de los palestinos y kurdos perseguidos por sus gobiernos, y al mismo tiempo también a los rebeldes sirios que luchan contra el dictador Al Asad. ¿Qué más dará que el gobierno de Turquía o Israel sea (o diga ser) de derechas, y el de Siria de izquierdas? ¿Les importa eso a los miles de ejecutados por pensar diferente?

A veces incluso se llegan a situaciones tan absurdas como convertir a Leopoldo López (líder de Voluntad Popular, partido venezolano de izquierdas) en “un representante de la extrema derecha que trabaja para la CIA”. O a Vladimir Putin (líder del partido ultraconservador Rusia Unida) en “un nuevo Stalin y estandarte del comunismo soviético actual”.

Todo vale. Todos los políticos se pueden arrojar a la trinchera que más convenga. “Como Felipe González no nos apoya, pues eso es que es de derechas”, ¿qué más da su carrera política al frente del PSOE?. “Como Putin se enfrenta a EEUU, es un referente de la izquierda mundial” ¿Qué importa que persiga a los homosexuales y gobierne con la Iglesia Ortodoxa? Todo es absurdo.

Aquellos que sabemos un poco de historia, inevitablemente nos damos cuenta que los gobiernos que se sustentan en una ideología como legitimidad, por encima de las urnas, se acaban convirtiendo siempre en dictatoriales.

Todos los dictadores de la historia han justificado su subida al poder en que su ideología importaba más que la propia democracia. Franco nos decía “Un estado totalitario armonizará España”. No es muy diferente a lo que dice ahora Maduro para justificar su golpe.

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