VALÈNCIA (EFE). Diez de los diecisiete ejecutivos autonómicos, entre ellos, el valenciano, son gobiernos de coalición formados por dos, tres o hasta cuatro partidos, un modelo ensayado en numerosas ocasiones desde hace 35 años y a prueba permanente, que parece declinar en los últimos años.
El último en expirar ha sido el que han formado durante tres años y medio PP y Ciudadanos en Andalucía, al que ha puesto fin la mayoría absoluta lograda por Juanma Moreno hace una semana, y antes fueron los de Madrid y Murcia, con los mismos socios, que terminaron por la falta de confianza, justificada o supuesta, que suele acompañar a este modelo.
Isabel Díaz Ayuso gobierna Madrid en solitario -con solo una independiente en su Consejo- tras el buen resultado del PP en los comicios adelantados del 4 de mayo de 2021, que fueron consecuencia precisamente de la ruptura sin preaviso de la coalición que mantenía con Cs, para evitar, según explicaron desde el PP y negaron desde Ciudadanos, que en la Puerta del Sol ocurriera lo mismo que en Murcia.
En esta región, la decisión de Cs en marzo de 2021 de cambiar la coalición con el PP por otra con el PSOE mediante una moción de censura provocó la reacción de Fernando López Miras, que incorporó al Gobierno a tres diputados del partido naranja que finalmente votaron en contra de la moción que habían suscrito, dando al traste con la iniciativa.
El nacionalista José Antonio Ardanza y el socialista Ramón Jáuregui inauguraron esta práctica en 1987 en el Gobierno Vasco, pero los ejecutivos de coalición fueron una excepción en la España de las autonomías hasta que el agotamiento del bipartidismo y la aparición de nuevas fuerzas políticas comenzó a poner fin a las mayorías absolutas a partir de 2015 y terminó de extender las coaliciones en 2019.
Fue entonces, tras las elecciones autonómicas y municipales de mayo de aquel año, meses ante del primer ejecutivo de coalición nacional entre el PSOE de Pedro Sánchez y el Podemos de Pablo Iglesias, cuando se alcanzó el máximo de 13 gobiernos de coalición, nada menos que tres de cada cuatro.
En la actualidad, el PSOE está al frente de nueve gobiernos autonómicos, de los que tres son monocolor o con independientes: Asturias, Castilla-La Mancha y Extremadura; y seis son de coalición: Aragón, Baleares, Canarias, Comunidad Valenciana, Navarra y La Rioja.
Los socialistas cogobiernan además en otras dos comunidades: en Cantabria con el PRC de Miguel Ángel Revilla y en País Vasco con el PNV del lehendakari Iñigo Urkullu.
Por su parte, el PP gobierna en solitario en cuatro comunidades: Andalucía, Galicia, Madrid y Murcia; y en coalición en una: Castilla y León, con Vox; mientras el Govern de la Generalitat de Cataluña está integrado por ERC, Junts e independientes.
Los que más partidos integran, cuatro, son los del socialista Javier Lambán en Aragón, que gobierna junto al Partido Aragonés, cuyo presidente, Arturo Aliaga, es vicepresidente autonómico, la Chunta Aragonesista y Podemos; y su compañero de partido Ángel Víctor Torres en Canarias.
Este gobierna en coalición con Nueva Canarias, cuyo presidente, Román Rodríguez, es vicepresidente autonómico; Sí Podemos y la Agrupación Socialista Gomera.
Tres partidos conforman los ejecutivos de las socialistas Francina Armengol en Baleares, con un vicepresidente y una consejera de Podemos y dos consejeros de Més per Mallorca; y María Chivite en Navarra, con Geroa Bai y Podemos.
En la Comunitat Valenciana, el pacto del Botànic, basado en palabras de Ximo Puig "en una serie de coaliciones de partidos con el Partido Socialista" y que puso fin en 2015 a dos décadas de gobiernos del PP, mantiene viva por el momento -en medio de la crisis tras la salida de la hasta ahora vicepresidenta Mónica Oltra- una coalición formada por el PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem.
La mitad de las coaliciones, cinco, son en pareja, como la que ha permitido a Miguel Ángel Revilla gobernar Cantabria junto al PSOE desde el verano de 2015, siempre con un socialista en la Vicepresidencia -primero Eva Díaz Tezanos y en la actual legislatura Pablo Zuloaga-.
En Castilla y León, el PP ha gobernado ininterrumpidamente desde que José María Aznar ganó las elecciones de 1987 sin tener que recurrir a las coaliciones hasta hace tres años, con Cs en 2019 para superar al PSOE de Luis Tudanca, vencedor sin mayoría absoluta, y con Vox en las de este año, convocadas justamente tras romper Alfonso Fernández-Mañueco el anterior acuerdo de gobierno.
Gracias a la actual coalición, Vox ha entrado por primera vez en un ejecutivo autonómico, con una Vicepresidencia y tres consejerías, los mismos puestos que antes tenía Ciudadanos.
El Govern catalán de Pere Aragonès está integrado por miembros de ERC, Junts, que ostenta la Vicepresidencia, e independientes; en el País Vasco gobierna una coalición del PNV con el PSE-EE (PSOE); y en La Rioja la socialista Concha Andreu fue elegida en agosto de 2019 tras unas difíciles negociaciones que permitieron alcanzar un acuerdo de gobernabilidad del PSOE con Podemos, que se sumó al Ejecutivo con una consejería -Raquel Romero, recientemente expulsada de la formación morada y actualmente diputada no adscrita en el Parlamento regional-, e IU.
Entre los siete que pueden permitirse gobernar sin negociar cada acuerdo con otro partido están los populares Alfonso Rueda, sucesor en Galicia de Alberto Núñez Feijóo, que acumuló cuatro mayorías absolutas consecutivas desde 2009; y Juanma Moreno, elegido el día 19 por mayoría absoluta en Andalucía tras un adelanto electoral que puso fin a una coalición PP-Cs que discurrió de forma generalmente pacífica.
Por el PSOE, Adrián Barbón preside un gobierno asturiano integrado por consejeros socialistas e independientes -tres mujeres-; Emiliano García-Page gobierna en Castilla-La Mancha desde 2019 con mayoría absoluta, aunque también con independientes, después de haberlo hecho con Podemos; y Guillermo Fernández Vara dirige en Extremadura un ejecutivo monocolor gracias al abultado triunfo del PSOE en las autonómicas de mayo de 2019
El president de la Generalitat, Ximo Puig. Foto: Jorge Gil/EP
