CASTELLÓ. Cuando una piensa en Ginebras siente que hace mucho más que cinco años que la banda se forjó. Quizá tenga que ver con que la pandemia rompió nuestra noción del tiempo y que, tras el confinamiento, costaba recordar con exactitud si un concierto había tenido lugar dos meses atrás o mucho más tiempo. Maguï, Sandra, Raquel y Juls sacaron su primer EP, Dame 10:36 minutos, a finales de 2019 y en él se incluía su versión de 'Con altura' de Rosalía que tanto éxito les dio. Pero es que tras esta llegaron otros temas como 'La típica canción', 'Ansiedad', 'Desastre de persona' o 'Paco y Carmela', que también acumulan millones de reproducciones. "Llevamos 5 años que según como se mire puede ser mucho o poco, pero en estos años hemos pensado que habíamos llegado a nuestra cima en muchas ocasiones y siempre hay cosas nuevas", reconocen las artistas en una conversación con este diario.
Ginebras toca hoy sábado en el festival SanSan de Benicàssim como parte del tour de su segundo disco ¿Quién es Billie Max? Pero es que además, en paralelo, acaban de publicar una reinterpretación del mítico tema de Joan Manuel Serrat, 'Hoy puede ser un gran día', el cual formará parte de la banda sonora de la nueva película de Nacho G. Velila, Menudas piezas. De este y sus otros proyectos charlan con Castellón Plaza.
-Ginebras cantando una canción de Serrat. ¿Os imaginabais en algún momento está combinación?
-En absoluto, pero tampoco nos imaginábamos cantando una canción de Rosalía y la que liamos… Eso es lo que nos tiene totalmente enganchadas a este proyecto, que cada día pasan cosas más locas y sorprendentes que son muy adictivas. Además, el gran maestro Joan Manuel, al que admiramos muchísimo, tenía que dar el visto bueno. La presión era muy real.
-'Hoy puede ser un gran día', en concreto, parece una canción muy vuestra. ¿Cómo fue trabajarla?
-Lo que más nos gusta hacer, ahora mismo, es divertirnos tocando, así que solo teníamos que hacer eso, divertirnos. Queríamos que fuese cañera, también porque nos lo pidieron. Se encargó de hacer la adaptación principalmente Raquel y después de varios ensayos y trabajarla en el estudio con Pau Paredes, conseguimos hacer algo que creemos que suena mucho a Ginebras, respetando las melodías originales y sobre todo, divirtiéndonos mucho.
-Si algo os identifica como banda es precisamente el optimismo que irradias en las canciones. Pero, ¿cómo se trabajan temas como la ansiedad desde este estado de ánimo? ¿No os resulta complejo?
-No solo tenemos las canciones que están publicadas, hay muchas más detrás en las que escribimos en caliente y con la emoción muy reciente. Pero creemos que se nos da mejor tratar los temas una vez procesados y en frío. Desde ese punto nos es más fácil hablar de sensaciones un poco más crudas, pero dándoles la vuelta para que nos motive y no para que nos frene. Tiramos mucho de recuerdos o de vivencias de nuestras amigas, y ‘Ansiedad’ salió de ahí, de querer ayudar a una amiga.
-Solo habéis creado una balada y es para agradecerle al público su apoyo. ¿Cuánto significa para Ginebras poder estar viviendo de la música?
-En nuestra primera balada queríamos sentirnos identificadas las cuatro y no hay mejor tema que dedicársela a todo el que hace esta locura posible y a nosotras mismas, por supuesto. Suena muy típico, pero de verdad que no hay palabras para agradecer a cada una de las personas que sigue ahí o que viene nueva, el amor con el que nos tratan. Estar rodeadas de un equipo increíble hace mucho, porque nos han hecho confiar en esto y es el mayor de los retos. Vivir de la música es algo que pensábamos completamente imposible, así que imagínate cómo estamos, flipando todo el rato. Y sí, muy, pero que muy agradecidas.
-Alguna vez habéis hablado del final de la banda y del miedo que tenéis a que esta se acabe. Pero, ¿tiene que acabar? ¿Existe una fecha de caducidad en la música?
-Alguna vez se ha intentado hablar, pero siempre hay alguien que dice: no vamos a hablar de eso, ahora estamos genial y cuando llegue, ya veremos. Así que evitamos la conversación. Creo que ahora lo importante es prevenir las movidas internas, fortalecer nuestra unión, currar muchísimo y seguir ilusionándonos con cada cosa que hacemos. Lo que pase después ya se verá. No queremos sonar pedantes, pero: aquí y ahora.
-¿Y qué le queda a Ginebras por hacer?
-Ser madres jajajaja A ver, llevamos 5 años que según como se mire puede ser mucho o poco, pero en estos 5 años hemos pensado que habíamos llegado a nuestra cima en muchas ocasiones y siempre hay cosas nuevas, así que vamos a verlas venir. Un nuevo sueño que nos gustaría muchísimo sería hacer la BSO de una película y estar nominadas en los Goya. Total, soñar es gratis.
-Hace poco leí un artículo que hablaba de las alianzas que el feminismo ha trazado con la cultura punk para romper con lo establecido y os ponía a vosotras como ejemplo. ¿Siempre habéis tenido presente lo de transgredir o ha salido de forma natural?
-De hecho, en ningún momento transgredir ha sido algo premeditado. En las canciones hablamos de nuestra realidad y nuestra forma de pensar, y era inevitable hablar de ciertos temas con cierto posicionamiento. Las cuatro luchamos activamente en la lucha feminista y por los derechos del colectivo LGTBIQ+, pero no necesariamente queremos abanderarnos de ello en nuestras canciones. Comunicarnos sin tabúes ni censura hace a veces más, que una metáfora culta. Que nos pongan de ejemplo o referentes en estas cosas, nos hace empoderarnos y agradecer por partes iguales.
-Volviendo al presente y aprovechando que tocáis en el SanSan de Benicàssim, hablemos también del Billie Max Tour. ¿Estáis satisfechas con la acogida que ha tenido el disco?
-Muchísimo. Es la primera vez que nos sentamos a planificar una gira al completo. Escenografía, intro, vestuario, visuales, equipo, setlists posibles… Ha sido una montaña rusa y nunca mejor dicho, porque es lo que llevamos en el escenario, pero literalmente una montaña rusa de emociones. Teníamos muchos ojos puestos en lo que hacíamos y no sé si hemos defraudado o no, pero nosotras estamos hiper satisfechas con lo que hemos logrado. Además, las salas se están llenando todas y está sido una gira idílica. Y al disco le están dando mucho amor, tanto que a veces ¡se lo tatúan! Así que no, no hay queja. Aun así, seguiremos luchando por hacer mejores discos y mejores shows. No nos vamos a conformar.
-Aunque no en todos, habéis tenido alguna experiencia desafortunada en conciertos donde el público no dejaba de hablar. ¿Creéis que esta idea de que a un festival no se va solo a escuchar música, ha terminado afectando a los mismos grupos?
-Fue un vídeo que quizá fuera de contexto se magnificó más de lo que debería. Estamos muy acostumbrados a los festivales porque básicamente ocupan 10 meses de 12 del calendario, y a pesar de que la música es el epicentro, no deja de ser un entretenimiento social, en un contexto de fiesta, pero completamente social. Y seamos sinceras, si no es tu grupo favorito, un festival sale mucho más rentable que una sala, pero el público tiene que ser consciente de que en las salas todo se escucha más y que además de respetar al artista, tiene que respetar al que tiene al lado que sí quiere escuchar las canciones y los discursos que se dan.
-Tenéis mucha gira por delante, dadle al público algunas pinceladas de que pueden encontrar en vuestros directos…
-Llevamos una montaña rusa (siempre que el espacio nos lo permite) de luces de neón en el escenario. Creo que eso ilustra muy bien lo que ofrecemos en un show. ¿Qué sientes antes de subirte a una montaña rusa? Miedo quizás, pero sabes que lo vas a disfrutar y que durante ese trayecto no vas a pensar en nada más que no sea divertirte. Eso es lo que intentamos hacer en nuestros shows, que la gente desconecte de sus problemas y conecten con la energía que tanto nosotras, como el sonido, las luces, los efectos y sobre todo el público, transmite.