ALICANTE. Este miércoles, la Diputación de Alicante se ha debatido una moción contra el transfuguismo. La iniciativa, presentada por el grupo Compromís, y respaldada por el PSPV, ha comenzado con una acción inesperada: el diputado de Compromís, Gerard Fullana, tras las primeras frases, se ha levantado de su escaño y se ha desplazado hasta la presidencia para hacer entregar del libro Ciudadano Zaplana, del periodista Francesc Arabí, al titular de la institución, Carlos Mazón. Posteriormente, durante las intervenciones, el debate ha subido de tono por parte de todos los portavoces. Fullana, de manera vehemente, ha explicado que el propósito de la moción era que se repitan las formas de gobierno de otras épocas; Ciudadanos le ha afeado que Compromís también ha pactado con tránsfugas (y le ha recordado el último caso de Godelleta); el PSPV ha pedido ejemplaridad a todos los grupos y que ha resaltado que no condenar al transfuguismo pone en evidencia a toda la clase política, y por último el PP le ha afeado a Compromís que el Botànic haya despedido 1.300 sanitarios y, de manera irónica, le ha recordado al diputado valencianista que en la institución no hay ninguna estatua ecuestre que se tenga que derribar.
El debate ha sido el colofón de un debate bastante bronco, en el que PP y Ciudadanos han tenido que hacer frente a las duras críticas (y a veces) elevado tono de Gerard Fullana, sobre todo, a raíz del rechazo del recurso contra la propuesta de adjudicar una auditoría para fiscalizar los gastos del grupo popular en el anterior mandato. Tanto la diputada del PP María Gómez como el portavoz de Ciudadanos, Javier Gutiérrez, han acusado a Fullana de hacer política-espectáculo o de aprovechar el primer pleno presencial para montar performances.