El Simposium Internacional del Sector Agroalimentario de la Vega Baja aborda los retos que tiene que afrontar la industria para dar respuesta a los nuevos hábitos de consumo para ser más competitivos, innovadores y aumentar sus ventas.
ORIHUELA.- Los hábitos de consumo de frutas y verduras están cambiando. La gastronomía ha vuelto a ejercer un papel relevante en las relaciones sociales, hay un aumento de vegetarianos, mayor interés por lo saludable, menos tiempo para cocinar y necesidad de información. Ese nuevo escenario establece diferencias entre comprar alimentos y saber qué hay detrás de esos alimentos y estas circunstancias son las que el sector agroalimentario tiene que trabajar para ser más competitivos y aumentar sus cuotas de mercado.
Estas cuestiones se abordaron en la jornada inaugural del Sya Orihuela (Symposium Internacional del Sector Agroalimentario de la Vega Baja) que se celebra hasta este viernes en el auditorio de la Lonja de Orihuela.
El encargado de desgranar las nuevas oportunidades a las que tiene que hacer frente la industria del sector fue Giancarlo Colelli, de la Universidad italiana de Foggia, quien enumeró las tendencias del mercado en la industria de productos frescos.
Esas tendencias pasan por ofrecer un servicio añadido que va más allá del envase y permite mostrar la información nutricional, valores y características del producto que va a consumir así como la historia que tiene: dónde ha sido cultivado, cuándo y el proceso del mismo.
Toda esta información se puede conseguir a través de códigos que incluyan los productos (como los códigos QR), con aplicaciones vinculadas con esas frutas y verduras o bien lo más desarrollado que son estaciones de medidas en los puntos de venta, tal y como señaló Colelli.
Otra de las tendencias del mercado, apuntada por el ponente italiano, es la diferenciación bien porque es un producto que nadie sabe cómo hacerlo o bien porque las condiciones del suelo o climáticas son diferentes y aportan unos sabores o matices distintos a los productos de otras zonas.
Este experto internacional resaltó el crecimiento de ventas de los productos de IV gama (procesado de hortalizas y frutas frescas limpias, troceadas y envasadas para su consumo) que, en el caso de las lechugas, ya ha superado a las ventas en fresco.
“En los últimos años la IV gama ha funcionado muy bien, las ventas han aumentado en Europa y van a seguir aumentando pero podemos añadir más servicios para ser más competitivos”, precisó Giancarlo Colelli, quien apostó por innovar e introducir más variedad de productos en este tipo de procesado así como extender su vida útil.
El ponente italiano también se refirió a uno de los productos estrella de la comarca como es la alcachofa de la Vega Baja y lo interesante que es para el sector, a la par que complicado, poder venderla ya procesada con formatos de IV gama.
Al respecto, dijo que hay que tener en cuenta varios aspectos relacionados con el pardeo de la alcachofa como el tipo de variedad, que eso es el 50% del trabajo, los meses centrales de la temporada de alcachofa que es cuando el pardeo del producto es más lento, que el tiempo entre cosecha y procesamiento sea muy corto así como la necesidad de cadena de frío o que el envase no acumule mucho CO2; entre otros aspectos.
A la marca de la alcachofa de la Vega Baja también se refirió el Jefe de Servicio de Calidad Alimentaria de la Consellería de Agricultura, Juan José Nicasio, quien habló de la valorización de los productos en origen y de las distintas figuras de calidad diferenciada.
En este sentido, señaló las diferentes figuras que hay para defender un producto y las cualidades del mismo a través de una marca colectiva, una marca de calidad de la Comunidad Valenciana o bien una Denominación de Origen Protegida (DOP) o una Indicación Geográfica Protegida (IGP).