ALICANTE. Alicante ostenta el honor de ser la niña bonita del Mediterráneo, esa ciudad amable, abierta, hospitalaria, cosmopolita y a la vez deudora de su legado, que atrapa al visitante pocos minutos después de conocerla. Deambular por sus calles es disfrutar de un entramado de arterias salpicadas de históricos monumentos y edificaciones diseñadas por ilustres arquitectos… De plazas y rincones con encanto en los que perderse sin mesura de tiempo… De bulliciosas vías comerciales cuyos viandantes y su constante ajetreo ponen la nota de color en el trasiego diario… De callejuelas laberínticas que nos llevan y nos traen por un casco antiguo poseedor de esa belleza inigualable que regalan sus encaladas fachadas de casas bajas… De cientos de bares, tabernas, restaurantes y cafeterías que constituyen el corazón de la capital y que se postulan como puntos de encuentro garantes de una jovial y entretenida vida diurna y de animadas jornadas nocturnas.
Alicante es cultura, es gastronomía, es diversión, es celebración. Es respeto por nuestras tradiciones, mirando siempre hacia el futuro. Es tecnología, es ciencia, es universidad, es turismo. Es emprendimiento y a la vez herencia familiar. Es actividad, porque los alicantinos y alicantinas siempre estamos en constante movimiento, en ebullición de pensamiento y de acción. Nos atraen los retos, nos gusta progresar, nos agrada mejorar nuestra vida y la de las personas que nos rodean.
Pero, sobre todo, Alicante es mar. Vivimos de cara a nuestras playas, sintiendo de cerca el olor a salitre, el sonido del oleaje y el espectáculo visual que ofrece esa tenue línea del horizonte que nos devuelve hermosos amaneceres e hipnóticos atardeceres.
Estas particularidades definen nuestro carácter y personalidad, conforman nuestra idiosincrasia y constituyen nuestra mejor tarjeta de presentación. Porque Alicante se nutre de un patrimonio vivo que traspasamos y compartimos de generación y generación y también de puertas hacia afuera. Y nuestras Fogueres de Sant Joan representan una de nuestras manifestaciones culturales más arraigadas, queridas y veneradas por los alicantinos.
Las hogueras son pasado, presente y futuro de nuestra tierra. Definen nuestro carácter mediterráneo y se convierten en testigo excepcional de la defensa y promoción que hacemos de ellas en cualquier rincón del mundo. Porque la fiesta grande de Alicante la vivimos siempre abocados a la calle, para hacer partícipes de cada uno de los actos a cuantas personas nos visitan, en pleno solsticio de verano.
Los barrios están llenos de alegría, de música, de olor a pólvora, de compañerismo e ilusión. Este año 2023 con mayor intensidad, si cabe, superado el revés sanitario de la pandemia.
Como presidente de la Diputación de Alicante, es un orgullo defender nuestro extraordinario acervo festivo, nuestras señas de identidad propias. Luzcamos nuestra mejor sonrisa, hagamos ambiente en los diferentes distritos y acompañemos a nuestras Bellezas y Damas de Honor para fortalecer este incalculable patrimonio inmaterial, declarado de Interés Turístico Internacional.
Visca Alacant i visquen les Fogueres de Sant Joan!
* Carlos Mazón Guixot, presidente de la Diputación de Alicante