ALICANTE. Puede que a Yacine Qasmi, Iván Sánchez o Tekio les pudiera la presión, pero lo que nadie puede poner en duda es que Iago Herrerín, el portero del Athletic de Bilbao, no tenía siempre al menos un pie sobre la línea de gol como exige la reglamentación cuando los jugadores del Elche disparaban sus penaltis.
El mayor ejemplo de lo anterior pero no el único fue la quinta pena máxima de los franjiverdes, la ejecutada por un Iván Sánchez que no dudó en protestar lo ocurrido al árbitro, el jiennense José Luis Munuera Montero, además de a su asistente, una reclamación que terminó cayendo en saco roto.
Sin VAR
Tras el partido José Rojo 'Pacheta' no quiso entrar en polémicas pero a nadie le escapa que de haber funcionado el videoarbitraje este miércoles la pena máxima de Iván Sánchez se hubiese repetido. Un penalti cuya transformación, no lo olvidemos, hubiese supuesto la clasificación del Elche para los octavos de final de la Copa del Rey, una ronda en la que curiosamente ya habrá VAR.