MONZA (EFE). Ferrari afronta su carrera de casa, el Gran Premio de Italia en el circuito de Monza, con la previsión de repetir victoria, tras la conseguida por el monegasco Charles Leclerc en Spa Francorchamps (Bélgica) el pasado domingo y que supuso la primera de una temporada de la que esperaban mucho más, ya que están muy lejos del líder del mundial, el británico Lewis Hamilton (Mercedes).
Otra campaña decepcionante, a pesar de ser el equipo con más ritmo durante la pretemporada, pero que intentará 'maquillar' volviendo a subir a lo más alto del podio en el templo de la velocidad, algo que no consigue desde la temporada 2010 en la que Fernando Alonso, en su primer año en la escudería de Maranello, logró darle una alegría a los 'tifosi'.
El asturiano, bicampeón del mundo de Fórmula Uno con Renault (2005 y 2006), abandonó la categoría reina a finales del año pasado para centrarse en otras disciplinas en las que ha logrado ser campeón del mundo de resistencia, dos veces ganador de las 24 horas de LeMans y una de las 24 horas de Daytona, las 1.000 millas de Sebring y las 6 horas de Spa.
Pero Alonso anunció que hará un breve paréntesis en su preparación para el Dakar y que estará en Monza, un circuito en el que ya el año pasado los aficionados de Ferrari le demostraron su cariño por su trabajo en la escudería roja en los cinco años que pilotó para ellos (2010-2014).
A pesar de la ilusión por volver a ganar en casa en un fin de semana que servirá también como celebración del 90 aniversario del equipo, ésta será pasajera ya que Hamilton sigue comandando con puño de hierro la clasificación tras haber sumado 268 puntos en las trece carreras anteriores -8 victorias-, 65 por delante de su compañero de equipo -el finlandés Valtteri Bottas- y hasta 99 de ventaja sobre el primer Ferrari, el del alemán Sebastian Vettel.
Una distancia que le debería valer como colchón para hacerse con su sexto título, a pesar de que en Monza sufrirá con su Mercedes debido a la gran diferencia velocidad punta que se vio respecto a Ferrari en Bélgica.
Eso sí, la climatología podría propiciar un giro de 180 grados al guión previsto. La última previsión estima un 70 por ciento de probabilidad de lluvia para el domingo -día de la carrera- y un 20 para el sábado cuando se disputa la clasificación.
Por su parte, el español Carlos Sainz (McLaren) llega a Monza con ganas de redimirse del pasado fin de semana en el que un fallo de fiabilidad en su coche le hizo abandonar en la segunda vuelta de la carrera, tras tener una salida en falso por falta de potencia.
En principio, la configuración del templo de la velocidad no favorece a su coche, pero el piloto madrileño, que está firmando una gran temporada y que ocupa la séptima posición en la clasificación, el mejor del resto -como se conoce a los que no cuentan con un coche ganador-, contará con una nueva especificación de su motor Renault que espera que le haga sufrir menos en las largas rectas.
Además, el 'descenso' del francés Pierre Gasly a Toro Rosso tras un mal inicio de temporada en Red Bull hace que Sainz se ponga como objetivo alcanzar la sexta posición del piloto galo que tiene a tan solo 7 puntos. Este saldrá desde el fondo de la parrilla tras penalizar por cambiar piezas de su motor Honda, por lo que Monza puede ser una gran oportunidad para recortar distancias.
Unas posiciones que el mexicano Sergio Pérez también tiene entre ceja y ceja después de un fin de semana en Bélgica que supuso un soplo de aire fresco en el aspecto personal. Tras hacer pública su renovación con Racing Point para las próximas tres temporadas -una duración inusual en la Fórmula Uno y que demuestra la confianza que se tienen piloto y equipo- logró acabar en sexta posición en Spa-Francorchamps y llega confiado a un Gran Premio en el que tener una alta velocidad punta es importantísima, y él la tiene.
Eso sí, el nombre que estará más presente en Monza es el del francés Anthoine Hubert, que falleció el pasado sábado a causa de las heridas propiciadas por un duro accidente en la curva del Raidillon durante la primera carrera de la Fórmula 2.
El galo, de 22 años, fue embestido a gran velocidad por el coche del estadounidense-ecuatoriano Juan Manuel Correa, tras salirse de pista y golpear las protecciones. Un impacto que se produjo en la zona del lateral del habitáculo -la menos protegida de los monoplazas- y que la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) considera como el más peligroso.
Correa fue trasladado el martes a la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital especializado en el Reino Unido después de permanecer ingresado en el hospital CHU Lieja, donde fue operado de fracturas en las piernas y una leve lesión vertebral.
Una terrible noticia que sacudió al paddock y tras la que se seguirán rindiendo homenajes durante el Gran Premio de Italia.