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EL CIENTÍFICO SERÁ ENTREVISTADO ESTE MIÉRCOLES, 25 DE ENERO, A LAS 18:30 HORAS, EN ESPACIO SÉNECA  

Fernando Maestre: "No habrá agua para trasvasar; hay que buscar una alternativa al Tajo-Segura"

25/01/2023 - 

ALICANTE. Espacio Séneca acogerá este miércoles, 25 de enero, a partir de las 18:30 horas, una charla con el científico alicantino Fernando Maestre, profesor de la Universidad de Alicante, donde dirige el Laboratorio de Ecología de Zonas Áridas y Cambio Global. Un encuentro organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Alicante. El alicantino, nacido en Sax, es uno de los científicos más citados en el mundo. Recibió el Premio Nacional de Investigación Alejandro Malaspina en el área de ciencias y tecnologías de los recursos naturales que otorga el Ministerio de Ciencia e Innovación y, también, el Premio Jaume I en Protección del Medio Ambiente, entre otros. Desde la UA, alerta de que la desertización avanza a gran velocidad en la provincia de Alicante a causa del regadío. Una actividad que ahora se ve condicionada por los recortes en el trasvase Tajo-Segura.

— El Consejo de Estado acaba de avalar el plan hidrológico que reducirá el caudal del trasvase Tajo-Segura. ¿Qué opinión tiene al respecto?

— Yo creo que este plan era muy necesario ya que conviene recordar que los anteriores planes hidrológicos del Tajo no fijaron caudales ecológicos en ese río como tal. Por consiguiente, en la nueva propuesta de planificación no se eleva el caudal ecológico del Tajo ya que no estaba establecido con anterioridad. Este plan responde también a la necesidad de acatar varias sentencias judiciales y la normativa europea al respecto que establece que todos los ríos deben tener un caudal ecológico que garantice el agua necesaria para preservar los valores ecológicos en su cauce.

— Asaja cifra el recorte en las transferencias del Tajo al Segura en 105 hectómetros cúbicos anuales, lo que conllevará la pérdida de 6.300 empleos directos en Alicante y 9.000 en Murcia, así como 27.000 hectáreas de regadío menos, con un coste económico que alcanzará los 5.692 millones de euros…

— Desconozco cómo han obtenido estas cifras, pero lo que debemos tener claro es que ya no va a haber tanta agua para trasvasar y que hay que limitar el regadío (que no para de crecer año a año) y buscar alternativas. No estamos ante un problema nuevo, como bien indica Jorge Olcina. El trasvase se diseñó en unas condiciones climáticas que no son las actuales y se basa, además, en datos erróneos: nunca ha llovido tanto en la cabecera del Tajo como indicaba el plan del trasvase original.

A ello se une el cambio climático que estamos sufriendo, que hace que las precipitaciones en la cabecera del Tajo hayan disminuido notablemente y, por ende, lo han hecho también las posibles aportaciones anuales para el trasvase. Teniendo en cuenta todo esto, hay que ponerse manos a la obra para buscar su progresiva sustitución.

— Tratando de buscar algo positivo, si hay menos regadío, ¿habrá menos desertización?

— Sin duda, disminuirá la presión sobre nuestros recursos hídricos, lo que disminuirá a su vez la degradación de nuestro territorio y su desertificación.

— ¿Existen entonces alternativas realistas al trasvase para paliar ese efecto económico?

Sí. La reutilización de aguas depuradas y la desalación (a un precio razonable) son las alternativas para la agricultura en los próximos años.

— Por otro lado, en paralelo, la provincia de Alicante avanza a gran velocidad en su desertización. Como experto en la materia, ya que su trabajo ha contribuido a la formación del paradigma del desarrollo de zonas áridas ¿Cree que hay soluciones?

— Sí, pero pasan por un uso más racional de recursos naturales como el agua y el suelo, disminuyendo la intensificación de la actividad agrícola y la puesta en marcha de planes de conservación de suelo y de restauración de ecosistemas degradados.

— El último galardón con el que ha sido reconocido es el Premio Hélice de la Aneca, pero acumula decenas. Entre ellos, el Premio Nacional de investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación o el Premio Jaume I de la Generalitat Valenciana. Las instituciones le respaldan, pero ¿se siente escuchado? Es decir, ese conocimiento que pone al servicio de las administraciones públicas, ¿es realmente usado para actuar en consecuencia?

— En mi caso, tengo un contacto estrecho y fluido con el Ayuntamiento de Sax, al que asesoro en numerosos temas ambientales y que presta mucha atención y considera todo lo que digo para mejorar el medioambiente de Sax y la calidad de vida de sus vecinos.

"Muchas veces decimos verdades incómodas que restan votos"

Si bien me consta que la mayoría de las administraciones son sensibles ante los problemas ambientales y tienen interés en lo que tenemos que decir, a veces decimos verdades incómodas o transmitimos recomendaciones cuya aplicación no resulta popular y puede restar votos. Ello provoca que no se pongan en práctica todas las cosas que se deberían hacer para afrontar estos problemas.

— Esa preocupación global por la actual situación de los ecosistemas y los recursos naturales, entonces, ¿se plasma a la hora de plantear y ejecutar, de forma efectiva, todas esas posibles soluciones?

— Lamentablemente no, ya que, por un lado, muchas de estas soluciones requieren una mirada y actuaciones a largo plazo, lo que contrasta con la visión cortoplacista que suele guiar a la acción política y, por otro, implican cambios en nuestro día a día que nos cuesta mucho asumir. Un ejemplo muy ilustrativo es la dificultad para dejar de usar tanto el coche particular y peatonalizar o reverdecer nuestras ciudades.

— En el caso de las universidades, donde usted ejerce su función investigadora y docente, ¿cree que tiene los recursos suficientes para desarrollar e implementar ese conocimiento?

— No. Sufrimos una escasez crónica de recursos que hace que sea muy difícil formar grupos de investigación estables. A ello se le une una burocracia asfixiante y con poco sentido común que nos quita mucho tiempo, nos genera muchas preocupaciones y que dificulta notablemente el correcto desempeño de nuestra actividad.

— En algunos foros se ha mostrado contrario a la “endogamia”, al actual sistema de gobernanza y a otros inconvenientes que se viven en el sector universitario. ¿Qué aspectos se deberían mejorar para impulsar y mejorar este sector sus funciones? 

— Esto daría para escribir un libro, pero, siendo muy breve, algunas medidas que podrían implementarse, además de un aumento de los recursos, sería cambiar la gobernanza y burocracia para que las plazas se decidieran por tribunales externos, algo clave para reducir la endogamia, y que hubiera más movilidad del profesorado ya que la mayoría del profesorado de la Universidad de Alicante, por poner un ejemplo, nunca se ha movido de Alicante o lo ha hecho muy poco.

"El rector debería poder ser una persona ajena a la propia universidad para que no prime el interés personal de sus electores"

Por otro lado, hay que simplificar la burocracia para que no tengamos que perder tanto tiempo en papeleo y podamos centrarnos más en nuestra labor docente e investigadora. También es importante desarrollar una carrera dual en la universidad, con profesores con dedicación preferente a la docencia y la investigación, y un reconocimiento claro para ambas vías, así como promover la contratación de profesorado extranjero. Además, un tema que sin duda es tabú es que el rector o la rectora a pueda ser una persona ajena a la propia universidad, de modo que no tenga tantas ataduras y pueda mirar más por el interés general de la institución que por el personal de sus electores.

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