ALICANTE. El candidato del PPdeG a la reelección como presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha logrado igualar la marca de su predecesor, Manuel Fraga, de cuatro mayorías absolutas consecutivas, al haber incluso mejorado resultados y haber llegado a 42 escaños en las elecciones de este domingo, en las cuales el BNG da un contundente sorpasso al PSdeG-PSOE e incluso supera en un diputado los resultados que había conseguido en 1997 con el histórico Xosé Manuel Beiras al frente.
Después de que las elecciones de abril fuesen suspendidas por la pandemia del coronavirus, todas las encuestas pronosticaban una mayoría absoluta del PP. Feijóo no muestra señales de desgaste tras 11 años al frente del Gobierno gallego, al aumentar en uno los diputados obtenidos en septiembre de 2016 y mejorar en medio punto el porcentaje de apoyos.
En sus segundas elecciones como candidata, Ana Pontón, de 43 años de edad, pero que lleva 16 años en el Parlamento gallego, logra casi 15 puntos y medio más de apoyo respecto a hace cuatro años y liderará la oposición.
El BNG de Ana Pontón pasa de seis a 19 diputados y mejora los resultados históricos de 1997, cuando los nacionalistas liderados por Xosé Manuel Beiras habían dado el sorpasso al PSdeG de Abel Caballero y habían alcanzado los 18 escaños.
Precisamente en aquella fecha, los socialistas habían obtenido su mínimo histórico durante los siguientes 19 años, hasta que en las autonómicas de septiembre de 2016 se quedaron con 14 escaños, como tercera fuerza parlamentaria.
En las autonómicas de este domingo repiten el resultado de 14 actas en el Pazo do Hórreo, pese a que mejoran en punto y medio el porcentaje de apoyos respecto a hace cuatro años, con el 96,68% del voto escrutado.
Por su parte, Galicia en Común, la coalición en la que concurría Podemos, junto con IU y Anova (el partido precisamente fundado por Xosé Manuel Beiras tras abandonar el BNG), se queda fuera del Parlamento y el Bloque capitaliza de lleno la desintegración de En Marea, cuyos 14 diputados, sumergidos en peleas internas, acabaron la legislatura pasada en distintos grupos del Parlamento.
Alberto Núñez Feijóo (Os Peares, 1961) ha logrado emular la marca de Manuel Fraga de cuatro mayorías absolutas consecutivas --incluso ha mejorado resultados, con 42 escaños--, lo que refuerza, más si cabe, su papel destacado como 'barón' en el PP estatal.
Pero no solo eso. Su victoria en un escenario incierto a causa de la pandemia y pese al brote en A Mariña lucense que ha marcado los últimos días de campaña se traducirá en que los populares consolidarán casi cuatro décadas de poder en Galicia. Y es que, salvo giro inesperado de guión, cuando la XI Legislatura acabe, en 2024, el PPdeG habrá gobernado 37 de los 43 años transcurridos desde las primeras elecciones de la autonomía, celebradas en 1981.
De hecho, desde que Alianza Popular (AP), con Gerardo Fernández Albor al frente, se situó por delante de UCD en esos primeros comicios autonómicos, los populares siempre han sido los más votados. Y fuera del poder han estado solo en dos ocasiones y por tiempo limitado, la primera de ellas en la II Legislatura, tras la moción de censura que dio la Presidencia al socialista Fernando González Laxe en septiembre de 1987. Apenas dos años después, en las elecciones de diciembre de 1989, Fraga recuperó la Xunta.
Fue la primera de cuatro mayorías absolutas del 'león de Vilalba', que en 2005 se vio obligado a dejar la Xunta tras no lograr una quinta y abrir la puerta a una alianza de PSdeG y BNG, que dirigieron el Gobierno bipartito hasta que, en 2009, Feijóo volvió a recuperar el poder para el PP.
Ahora, pese al nerviosismo que recorría las filas del PPdeG en los últimos días, con dirigentes temerosos de la incidencia de la pandemia, que sitúa a los mayores como población más vulnerable, el de Os Peares ha dado la razón a las encuestas.
Al margen de reafirmar la hegemonía del PP gallego, reeditar por cuarta vez su mayoría absoluta y mantener el Gobierno gallego refuerza a Feijóo en un lugar único en su partido, como el 'barón' más fuerte en el PP de Pablo Casado. Aunque con tres mayorías absolutas, su voz ya era una de las más potentes en las filas populares y él no ha dudado en ejercer como contrapunto en el giro a la derecha que muchos en el partido ven en su actual dirección.
La escenificación más reciente de ese contrapunto es la crítica que Feijóo hizo tras la bronca protagonizada en el Congreso por la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, y el vicepresidente Pablo Iglesias. "Basta ya de este tipo de espectáculos", pidió, en una intervención que dentro del partido se leyó como una reprobación a una de las representantes más significativas del ala dura del PP. Ella respondió que tampoco le gustan algunas intervenciones del dirigente gallego.
Pero en la campaña --en la que las siglas han vuelto a quedar reducidas a tamaño de copyright en una imagen gráfica centrada en el propio Feijóo--, se ha vuelto a evidenciar la preferencia de los populares gallegos por rodearse de dirigentes estatales con fama de moderados, como Esteban González Pons. Aunque es cierto que Pablo Casado ha estado muy presente en la campaña gallega.
Dentro del partido se ve una intencionalidad de beneficiarse en clave personal de la victoria que ahora ha llegado. Pero es que el propio líder del PP, en un acto muy simbólico para los populares en la plaza de toros de Pontevedra, en el que se reunió con Mariano Rajoy para respaldar a Feijóo, dijo claramente que confiaba en que una nueva mayoría absoluta del gallego sirviese para "catapultar" al PP en España.
En una entrevista reciente con Europa Press, Feijóo aseguró que Pablo Casado no tenía nada que temer de él y volvió a insistir en que su contrato con Galicia no terminará hasta 2024, pese a las voces que, como una y otra vez ha sucedido en los últimos años, lo vuelven a situar dando un salto a la política estatal.
Y es que Feijóo, un apasionado de la política estatal, renunció a su día a competir para suceder a Mariano Rajoy como líder del PP, pero el eterno debate catalán, las negociaciones previas a la investidura de Pedro Sánchez y su apuesta por una 'gran coalición' --al margen de los argumentarios de Génova-- le devolvieron protagonismo en 'prime time' en los medios nacionales.
Todo quedó en un segundo plano por la pandemia que ha afectado a España, pero dentro de su partido son muchos los que recuerdan que "los trenes pueden pasar más de una vez en la vida" y que la biografía política de Feijóo en clave estatal puede estar aún sin escribir.