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Erika Torres: "La restricción hídrica para adelgazar es un error; el 80% de nuestro cerebro es agua"

8/09/2021 - 

ALICANTE. Con el fin de verano, llega el momento de reincorporarnos a nuestras actividades laborales y/o académicas. Sin embargo, el fuerte calor persiste y surgen preguntas acerca de cómo mantener correctamente hidratado nuestro cerebro o cómo afecta el exceso de calor y la falta de agua a nuestras funciones neurológicas.

Quien responde a todo a ello es la doctora Erika María Torres San Narciso, neuróloga del Hospital QuirónSalud Alicante. Advierte de que “la restricción hídrica para el adelgazamiento es un error” porque, entre otras cosas, “el 80% de nuestro cerebro es agua” y por ello debe estar siempre bien hidratado. Una indicación que pone aún más en valor la importancia de El agua en la Salud.

¿Qué porcentaje de agua forma parte del cerebro humano?

El cerebro está formado por un 75-85% de agua. Siendo el agua el 60% del total de nuestro cuerpo, resulta evidente la importancia que tiene este componente para nuestro cerebro.

¿Puede un pequeño desequilibrio hídrico alterar nuestras funciones cerebrales?

El agua interviene en el cerebro de diferentes formas; es parte del buen funcionamiento de los procesos mentales y de la adecuada supervivencia de las neuronas y del resto de células nerviosas que forman el cerebro. Fundamentalmente, una disminución de cantidad de agua de entre el 1-2% del peso corporal puede dar lugar a disminución en el rendimiento cognitivo.

¿Hasta qué punto es necesaria una adecuada hidratación para mantener a pleno rendimiento las funciones cerebrales? 

Es esencial mantener una adecuada hidratación para que nuestro cerebro se mantenga activo, despierto, ágil, fresco y rápido a la hora de dar respuestas.

¿Cómo afecta el exceso de calor y la falta de agua a nuestras funciones neurológicas?

El exceso de calor afecta a nuestras funciones neurológicas, en primer lugar, porque descansamos peor por la noche, lo que supone que no tengamos un sueño reparador. El descanso cerebral se ve alterado y, por lo tanto, cuando nos ponemos en marcha al día siguiente ya tenemos un cierto cansancio de inicio.

Además, el hipotálamo es una parte del cerebro encargada de las funciones vitales del cuerpo: control de emociones, control de ciclo vigilia-sueño..., mantener la temperatura corporal. Cuando las temperaturas se acercan a los 40º y los superan, esta parte del cerebro tiene que hacer un sobreesfuerzo para mantener la temperatura corporal a 36º y eso que nuestras funciones cognitivas disminuyen su rendimiento, pudiendo aparecer fatiga mental, dificultades para la concentración y ralentización en la capacidad de dar respuestas. Por último, el calor va a incrementar el riesgo de deshidratación y, por ello, de falta de agua en nuestro cerebro.

Cuando tenemos falta de agua en nuestro organismo aparecen síntomas de todo tipo, en concreto, en lo que se refiere a nuestro ámbito neurológico pueden aparecer: dolor de cabeza, dificultad para concentrarse, mareo, desorientación e, incluso, alucinaciones y alteración del nivel de conciencia hasta llegar al coma en los casos más graves.

¿Qué consumo de agua es necesario durante el verano para mantener fresco y activo el cerebro durante el verano?

Lo adecuado es un consumo de 2,5 litros a 5 litros al día, en función del tipo de trabajo que llevemos a cabo, las condiciones medioambientales a las que estemos expuestos y el nivel de actividad física que mantengamos. Las personas que tengan mayor actividad física e intelectual y las que se expongan más al calor y sol, serán las que necesiten aumentar más las cantidades de agua que consumen al día.

¿Qué tipo de oficios y profesiones necesitan un mayor aporte de agua para mantener el ritmo cerebral de su actividad?

Los oficios que se expongan más al sol en verano o altas temperaturas y/o tengan mayor actividad física, personas que se dedican a la construcción, al arreglo de carreteras, jardineros, profesionales de la limpieza, socorristas, mineros… van a necesitar protegerse del sol mojándose la cabeza, llevando sombreros o gorras, bebiendo agua frecuentemente. También y aunque no lo parezca, gente con un desarrollo intelectual importante con agendas apretadas, reuniones constantes, estrés, salidas y entradas con cambios de temperaturas bruscas, como abogados, empresarios, sanitarios, profesores… deben prestar mucha atención a su hidratación diaria, si quieren mantener una actividad mental con el mayor rendimiento durante toda su actividad laboral. 

Algunas personas reducen el consumo de agua para adelgazar, ¿cómo afecta esto al cerebro?

Como hemos comentado antes, con una pérdida de agua de tan sólo un 1-2% del peso corporal, comienzan los primeros síntomas de deshidratación. La restricción hídrica para el adelgazamiento es un error. Aproximadamente, el 80% de nuestro cerebro es agua; este dato ya debe hacernos abandonar este método de adelgazamiento. Si hacemos esto, nos encontraremos con falta de energía desde el primer momento, por la fatiga mental, lentitud a la hora de realizar acciones, a la hora de procesar información y concentrarnos, desánimo.... Es mucho mejor método de adelgazamiento hacer deporte en las horas en las que menos exposición tenemos al sol, comer sano e hidratarnos de una manera más frecuente. Esto hará, además, que nuestro cerebro secrete más cantidad de endorfinas y que nos sintamos más felices.

¿Podría darnos tres consejos para mantener correctamente hidratado nuestro cerebro?

  • Ingerir diariamente fruta y verdura, alimentos ricos en agua. Además, cuando queramos refrescarnos en la playa, en la piscina… en vez de tomar una bebida hidrocarbonada o con alcohol (que colaboran en nuestra deshidratación), optar por el agua o los zumos naturales.
  • Consumir entre 2.5 y 5 litros de agua al día, adaptando la cantidad a nuestras necesidades físicas e intelectuales. Beber de forma frecuente, a sorbos pequeños, sin necesidad de que aparezca la sed, ya que ésta es un síntoma de deshidratación.
  • Protegernos del sol con sombreros, sombrillas… Si vamos a hacer deporte, refrescarnos el cuello, la cabeza, las muñecas frecuentemente con agua y, por supuesto, evitar la exposición en las horas de más calor.

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