ELCHE. Andrea Vicente es psicóloga, pero está más enfocada en la rama ahora de terapia de pareja, relaciones afectivas y gestión emocional. Acumula ya 14 años de trayectoria. Empezó con psicología infanto-juvenil y familiar, pero se ha especializado en terapia de parejas porque, como ella misma dice, "veía que debido a muchas parejas el tema luego afectaba muchísimo a los menores". "Me enfoqué muchísimo al principio de mi carrera en ayudar a a los niños y adolescentes y pensé bueno, si salvo a las parejas, tal vez los niños estén menos afectados".
-¿Cuándo se produce ese cambio?
-Pues hace justamente ahora cinco años.
-Entiendo que después de la pandemia tuviste un crecimiento de consultas...
-Sí, en plena pandemia, sobre todo aquellas personas que ya podían permitirse el hecho de tratar la salud mental y estar con un psicólogo. Digamos que mi boom a nivel online empezó justo en la pandemia, donde nunca pensé que hubiese tanta gente que necesitaba ayuda y realmente a partir de ahí siempre ha ido creciendo. En pandemia me preguntaba ¿madre mía, los negocios, qué pasará con ellos? Pues mira, en el negocio de la psicología ha sido al contrario. Creo que el covid nos hizo duplicar el trabajo a los psicólogos.
"Los trastornos que más trabajamos en el Covid fueron la depresión, la ansiedad y tema de relaciones afectivas"
-Entiendo que las consultas que tuviste a partir de la pandemia también eran afectivas o ¿volviste a tus orígenes?
-Los trastornos que más trabajamos en el covid fueron la depresión, la ansiedad y tema de relaciones afectivas, es decir, temas de pareja, porque evidentemente cuanto más tiempo estás con la pareja, más discrepancias pueden salir y más conflictos. Pero si tuviese que decir creo que lo que más trabajé en aquel momento era ansiedad y depresión.
-Y desde entonces hacia aquí, ¿has apreciado mejoras en tus clientes? ¿Y en el resto de la sociedad?
-A nivel de los pacientes, cuando ya empiezan un proceso terapéutico, he notado muchísima mejoría en todos ellos. Al final vienen para que les des herramientas. Pero sí que es cierto que, a día de hoy, sigo notando que son más las personas que necesitan apoyo psicológico, es decir, ahí no noto una mejoría. A nivel de población no estamos mejor, más bien al contrario, pienso que cada vez nos es más difícil digerir ciertas problemáticas. Necesitamos apoyo y por eso creo que las consultas de los psicólogos van siempre creciendo en vez de disminuir.
"A nivel de población no estamos mejor, más bien al contrario, pienso que cada vez nos es más difícil digerir ciertas problemáticas"
-A nivel de gestión pública de las autoridades sanitarias, ¿tú crees que han reaccionado tarde a la hora de hacer frente a las necesidades de salud mental que tenía la población?
- Han reaccionado muy tarde y aun así creo que el abordaje que se está haciendo ahora sigue sin ser el correcto. Lo que no puede ser es que yo me encuentre en la consulta a mis pacientes diciendo que han ido y que les han dado sesiones con el psicólogo dentro de dos o tres meses y que luego han vuelto a pedir cita y les han vuelto a dar a los dos y a los tres meses, y que las consultas son entre 10 a 15 minutos. A mí me dan esta información diariamente varios pacientes. Y eso me desgarra el corazón como psicóloga porque sé perfectamente que es inviable trabajar bien con 10 ó 15 minutos de terapia. Aparte, apuntan muy poco. Y te lo digo tanto a nivel profesional como experiencia personal. Yo he ido a psicólogos en el ámbito público y yo al ser psicóloga les he dicho pero ¿no apuntas nada?. No, no, luego apuntan una frase y con esto parece que les basta. Puedes imaginar la calidad. O sea, no veo calidad en la parte pública.
-¿La psicología ha sido la gran olvidada de la salud pública?
-Totalmente. Es una pena porque sinceramente creo que una de las partes más importantes del ser humano es el poder controlar nuestros pensamientos, nuestras emociones, para que el día a día podamos percibir las amenazas de una manera que digamos, oye, somos resolutivos, podemos hacerle frente y que no me desborde. Estas técnicas no se nos enseñan ni en el colegio ni en ningún lado. Y aparte, que económicamente ya sabemos que el psicólogo barato no es. Debería haber estado ya establecido correctamente desde hace años, pero ha tenido que haber Covid para que se ponga un poquito más de remedio. Y aún así, para mí aún no es suficiente, como he dicho anteriormente.
"Lo que hace el móvil realmente es activar las zonas de exaltación del cerebro"
-Te pregunto ahora por algunas de las medidas que se han puesto en marcha, que afectan también a la psicología, en este caso de los niños. El hecho de prohibirles el teléfono móvil en las aulas, ¿qué te parece?
-Bueno, a mí me parece muy correcto, porque los psicólogos, que estudiamos mucho el cerebro humano, lo que hace el móvil realmente es activar las zonas de exaltación del cerebro. El teléfono, a nuestro cerebro, le está haciendo funcionar muchísimo y hay ciertas cosas que no son beneficiosas a ciertas edades, porque el cerebro sabemos que siempre se está desarrollando y que las primeras etapas, incluso hasta la adolescencia, es primordial que el funcionamiento sea correcto. Y digamos que todo el trabajo que tiene que hacer nuestro cerebro con una pantalla es muy desgastante, y no es recomendable. Más aparte porque dentro de la pantalla, la información que tenemos a día de hoy no es real. Los adolescentes, tanto los niños, están en redes sociales, se comparan. Más aparte, que están también accediendo a temas que tal vez ni tengan que acceder con las edades que tienen. Creo que entendemos a lo que me refiero.
"El teléfono, a nuestro cerebro, le está haciendo funcionar muchísimo y hay ciertas cosas que no son beneficiosas a ciertas edades"
- Los adultos también han mostrado dependencias, algunos también con el móvil, otros con las apuestas, con adicciones al fin y al cabo. ¿Qué puede hacer la psicología para toda la gente, esa que se mete en un mundo que no es el que debiera?
-El móvil nos genera mucha dopamina, que es esa sustancia al final que es como una droga que la necesitamos. ¿Qué pasa? Pues que podemos acceder, como tú has dicho, a ciertas adicciones que al final van a estropear nuestra vida. Y eso es así, como tú has dicho, también con el juego. O sinceramente mira, una adicción al móvil, simplemente el estar pasando horas y horas, lo que te hace es que pierdas el foco. Pongo un ejemplo. En el compromiso que tienes con tu pareja, porque al final no le estás dedicando un tiempo de calidad. O sea, estás hablando con tu mujer, pero estás mirando el móvil a la vez, entonces ahí no hay calidad. Entonces realmente la pregunta que nos tenemos que hacer como seres humanos es realmente ¿qué me está aportando el estar mirando el móvil? Una adicción me está causando más problemas, más que una estabilidad con mi pareja, y además pierdo dinero y ya luego estoy volviendo a apostar para ver si recupero ese dinero. Al final me meto en un ciclo de mentiras con mi pareja, etcétera. En el momento que yo digo oye, esto no me está aportando beneficio ninguno, yo tendría que ser capaz... y ahí está el psicólogo. Estamos ahí cuando no somos capaces porque entendemos que las adicciones al final es algo que mi cerebro cree que yo necesito y cuando no lo tengo, pues empieza el síndrome de abstinencia de que empiezo a sentirme mal, mi gestión emocional es diferente, estoy más irascible, etc. Y no tenemos las herramientas a nivel personal y por eso estamos ahí (los psicólogos) para intentar decir vamos a trabajar con el móvil pero de una manera funcional, no que el móvil me genera al final que muchas áreas de mi vida estén siendo afectadas por este hecho. Porque el móvil, bueno, yo creo que todos sabemos que el único beneficio que tenemos es que aporta una información inmediata, en un clic podemos tener todo lo que queramos, pero si no hay control, esto hay que trabajarlo.
-Y adicciones positivas o saludables entiendo que también las hay. ¿Y cuáles son?
-Adicciones positivas en el móvil es que utilicemos el móvil para algo que al final nos haga crecer como personas...
-Me refería a otros hábitos, más saludables más allá del móvil
-Si, claro que los hay. Para mí la tecnología, yo si la pudiese descartar, la descartaría porque pienso que es para cualquier persona. Evidentemente, es más importante tener unos hobbies y unos hábitos con la naturaleza. Un ejemplo, salir a tomar aire puro. Tener un hobby como el deporte, que siempre sabemos que vas a segregar unas hormonas beneficiosas para la salud. De hecho, cualquier psicólogo que está en terapia recomienda que se haga deporte, que tengamos interacciones sociales. A veces la tecnología, por ejemplo, lo que hace es todo lo contrario: mi encierra en mi hábitat, en mi salón y que no salga de ahí, cuando podría tener redes sociales, salir, tomarme un café, disfrutar,... Al final somos seres gregarios, que estamos hechos para vincularnos socialmente, y esto es necesario. Esos hábitos se tienen que fomentar en nuestro día a día.
"Debemos entender que el amor no es fácil, que es pura construcción"
-Y del tema de las parejas...¿qué me dices?
-Yo estoy muy enfocada con ese tema. Muchas personas están vinculadas en relaciones afectivas y deben enteder que una pareja es una construcción. El amor siempre digo que se aprende porque tenemos que esforzarnos diariamente, tenemos que modelarnos con la persona que estamos al lado, y es un trabajo continuo, diario, que a veces cuando formalizamos la relación de repente ya no estamos como la etapa de enamoramiento y ya nos involucramos tanto. Y pienso que el día a día es esencial, con pequeños detalles para que esos pequeños detalles marquen la diferencia y que, al final, el día a día, lo vamos a pasar con nuestra pareja, casi un 24/7, y el otro tiempo, en el trabajo. Debemos entender que el amor no es fácil, que es pura construcción y que si dos personas quieren se pueden construir cosas muy bonitas, y que perduren en el tiempo.