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Catedrático e investigador del instituto de neurociencias

Jorge Manzanares: "Un derivado del cannabis puede ser útil para regular la abstinencia por cocaína"

1/02/2021 - 

ELCHE. Existe un componente del cannabis que puede ayudar en el camino para dejar la cocaína: el cannabidiol. Se extrae de la planta de cannabis y es capaz de regular la respuesta conductual motora y de ansiedad, así como cambios en la función cerebral en un modelo animal de abstinencia espontáneo a cocaína. Son datos experimentales, fruto de una investigación liderada por el catedrático de Universidad Jorge Manzanares Robles, y director del grupo de investigación de Neuropsicofarmacología Traslacional del Instituto de Neurociencias UMH-CSIC. Alicante Plaza habla con Manzanares, quien aporta luz sobre este y otros proyectos desde el Instituto de Neurociencias, de las trabas para elevar a ensayo clínico sus descubrimientos y de cómo la covid-19 ha frenado parte de su labor por no ser considerados como trabajadores esenciales. 

¿Cómo es el equipo con el que trabaja buscando dianas terapéuticas para trastornos del cerebro y aplicando propiedades de componentes del cannabis?

Se trata del grupo de Neuropsicofarmacología Traslacional. Es un equipo pequeño, pero muy productivo. Lo componemos, fijos, unas cuatro personas -catedráticos o investigadores y profesores- y también personal predoctoral o de másteres. También estamos en la Red de Trastornos Adictivos, a nivel nacional, desde 2008, aunque no sabemos si esa red desaparecerá. La parte traslacional del grupo es porque trabajamos desde el ratón al ser humano. 

Trabajamos con dianas terapéuticas que puedan explicar la conducta del cerebro en situación de adicciones o trastornos neurológicos. Además, investigo desde hace 27 años con derivados cannabinoides, a partir de la planta o sintéticos y el equipo que dirijo también lo hace. Dentro de la planta del cannabis hay más de 120 cannabinoides, además de otros muchos compuestos. El THC es el más conocido, con algunas propiedades terapéuticas pero que también pueden ser nocivas y llevar a trastornos psicóticos. Por otro lado está el cannabidiol que, aunque en Estados Unidos se consideró una sustancia que podría causar adicción, en Europa nunca se ha considerado así cuando este compuesto está aislado. En los últimos ocho años el cannabidiol se vio útil para tratar epilepsias pediátricas resistentes a otros fármacos. 

Los estudios en animales con los que trabajamos demuestran que tiene propiedades muy variadas, antipsicóticas y sirve también, por ejemplo, para mejorar procesos de memoria. Nuestro equipo lleva trabajando cinco años con cannabidiol puro en varios campos. 

En 2020 ha trabajado con el cannabidiol como posible ayuda para dejar la cocaína. ¿Qué avances han podido comprobar en este campo? ¿en qué otro tipo de adicciones se estudia el uso de este componente del cannabis?

Este cannabinoide que no produce dependencia es capaz de regular la respuesta conductual motora y de ansiedad, y de dar con cambios en la función cerebral en un modelo animal de abstinencia espontáneo a cocaína. Pero el estudio con cannabidiol se remonta en este equipo a hace cinco años y se ha aplicado a otras sustancias antes que a la cocaína. 

En modelos animales, el cannabidiol se ha demostrado muy eficaz para controlar la dependencia al alcohol; esta es una de las investigaciones que nos gustaría llevar a estudio clínico y la hemos propuesto para una convocatoria de ayudas. Se trata de un estudio muy detallado en el que tenemos, en consumo voluntario, un sistema para ver el refuerzo que produce , la capacidad de recaída e incluso estudios de atracón en ejemplares de machos y hembras, con diferencias significativas. 

En 2019 hicimos una publicación sobre el cannabidiol como compuesto capaz de controlar la abstinencia en ratones provocada por THC. Ya en 2020 trabajamos sobre la abstinencia a la cocaína y comprobamos que se puede controlar la ansiedad, signos motores de la abstinencia y regular otros cambios notables asociados a ella. Esto significa que el tratamiento con cannabidiol podría ser una alternativa para personas en fase de abstinencia por cocaína. Queda por comprobar qué pautas serían adecuadas seguir, la dosificación, medios... pero ya tenemos resultados interesantes. Y es que no solo controla la conducta de durante la abstinencia, sino que hay cambios en indicadores cerebrales más importantes. 

Además, trabajamos en otros estudios. Por ejemplo, en 2020 hemos creado un modelo muy sofisticado, que esperamos que se publique en breve, sobre estrés postraumático crónico y el uso de cannabidiol en estos casos. 

¿En qué se diferencia el cannabidiol de otras alternativas terapéuticas?

Depende del caso. Hay muchos tipos de tratamientos según la fase adictiva o de trastorno. No se aplica ni funciona igual. El abordaje farmacológico es diferente en cada caso. Lo que sí es común es que el cannabidiol es una sustancia muy versátil desprovista de efectos secundarios graves.

¿Abren la posibilidad de ensayar en pacientes el uso del cannabidiol para regular los signos de abstinencia cuando intentan dejar el consumo de cocaína?

Nos encantaría, pero será difícil. Para un ensayo clínico hay que contar con dos opciones; o que el proyecto se pueda avalar -desde el Ministerio del Interior abren muy pocas opciones de investigaciones clínicas independientes- o que una farmacéutica lo financie. Esta otra opción es difícil porque tienen que ver una posibilidad de potencial patente. Pero sí, nos encantaría y estamos en conversaciones con una empresa en España que podría hacerlo o ayudarnos, y también con otras firmas en América Latina. 

¿Qué necesitarían -financiación, equipos, apoyo- para sacar adelante el tratamiento, en el caso de ser efectivo con humanos?

Seguro que mucho dinero para los ensayos. El cannabidiol puro es una sustancia muy cara. Por ejemplo, para un estudio con 30 personas durante seis semanas se necesitarían unos 100.000 euros de producto -sin contar con otro tipo de pruebas o análisis-. Los proyectos y ayudas nacionales no suelen alcanzar. Quizá, en colaboración con alguna empresa podría costearse el precio del cannabidiol puro o incluso que lo suministre de forma gratuita. 

¿La crisis de la covid-19 ha supuesto un parón de otras investigaciones?

Sí. En este país, muy desgraciadamente, ni los investigadores públicos ni los privados se consideran trabajadores esenciales, mientras que en otros países sí lo son. Por eso tuvimos en marzo y abril los laboratorios cerrados y hubo que matar a animales porque no había modo de mantenerlos. Estuvimos parados. A partir de junio pudimos avanzar y seguir adelante. 

Además, el campo que trabajamos es importante. La pandemia de la covid-19 ha aumentado muy considerablemente el consumo de drogas, alcohol y otras sustancias y por eso tenemos que seguir investigando. Me gustaría que se nos considerara trabajadores esenciales; los investigadores no vamos a pasearnos a los laboratorios y muchas veces nuestro trabajo depende de plazos y momentos muy concretos porque el experimento así lo requiere. 

La pandemia ha dificultado el desarrollo de todas las investigaciones, e incluso se ha prohibido en algunos caos el paso a becarios. Nuestra labor es muy importante para muchos problemas derivados de la covid-19, en psiquiatría ¿por qué se suspenden estas investigaciones?

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