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la organización esperaba una condena más contudente de los liberales

En el PP, muy molestos con la cúpula de Cs, casi que prefieren una 'transición' en Orihuela que ofertas y sacrificios 

8/04/2022 - 

ALICANTE. En el Partido Popular de la Comunitat Valenciana hay una decepción profunda con la cúpula de Ciudadanos. Un día después de presentarse la moción de censura de Orihuela, contra el alcalde popular Emilio Bascuñana, no existe ningún comunicado oficial de la organización en el que se diga que rechazan tajantemente el voto de censura que van a respaldar sus concejales en la capital de la Vega Baja, ni la apertura de expedientes. Sólo en la jornada del miércoles, cuando se presentó el acuerdo entre PSPV, Cs y Cambiemos, hubo declaraciones de la dirección provincial, verbalizadas por el diputado provincial Javier Gutiérrez -que comparte gobierno con Carlos Mazón-; desde el área de Institucional de Cs se ratificaron esas declaraciones y este jueves lo ha vuelto a decir la vicepresidenta de la Diputación de Alicante, Julia Parra, pero nada de la cúpula nacional, que sigue pronunciarse. Sólo han existido declaraciones de los cargos de Cs en la provincia de Alicante.

Ante este panorama, en el PP existe malestar con la dirección nacional de Ciudadanos y ven muy prosperable el relevo en la Alcaldía. Conscientes de esa circunstancia, por lo menos esperaban un gesto contundente de Cs hacia los cinco concejales de Orihuela firmantes de la moción, y que asumiesen, más pronto que tarde la condición de tránsfugas (la condición de no adscritos que anulara esa moción requiere más pasos legales). Pero a día de hoy, Aix y los suyos siguen siendo concejales de Ciudadanos y miembros de su grupo municipal.

En el PP eran y son conscientes de que las relaciones en el seno del pacto de gobierno entre populares y liberales ya habían superado todas las líneas rojas y que era, con los actuales actores -Emilio Bascuñana y el líder local de Cs José Aix- irreconciliable. Incluso, algunas fuentes hablan de que alcanzaba a los propios ediles de ambos grupos, por lo que una posible reconciliación era complicadísima y podría generar otro tipo de desgastes. 

Así que en el seno del PP, en estos momentos, son más partidarios de aplicar una estrategia pensando ya en las elecciones de 2023 y seguir con los planes trazados de reactivar el partido y buscar un/a nuevo/a candidato/a que les asegure un buen resultado y poder gobernar, a ser posible, en solitario.  Ni siquiera hacer sacrificios y ofertas para tratar de reconducir el acuerdo con Ciudadanos. Los sacrificios tienen poco margen; las ofertas, serían, de consumarse, con propósitos electorales. Y ante escenario, en el PP prefieren liberarse de hipotecas futuras y si es posible, de un adversario.

Además, en Génova hay una nueva dirección con directrices claras sobre Ciudadanos: queremos a sus votantes, no a sus cargos. Criterio muy diferente al que seguía el equipo de Pablo Casado, que incorporó al ex número dos de Cs, Fran Hervías, que ya había hecho algunos fichajes para la formación popular. En el caso de Alicante, por ejemplo, dos concejales de Villena abandonaron el grupo municipal de Cs, y una de ellas, Mari Carmen Martínez Clemor, reingresó a la disciplina del PP. En estos momentos, los compromisos que adquiriera o adquiriese la antigua dirección están rotos.

De los sacrificios, el PP sólo podría plantearse un cambio en la Alcaldía: que Emilio Bascuñana cediera la vara de mando a uno de sus compañeros/as de grupo y mirar de reconducir la situación. Pero en el seno del PP, insisten, son casi más partidarios de una estrategia de largo plazo: activar el proceso del cambio iniciado hace meses con el nombramiento de la gestora; rentabilizar el desgaste que pueda generar la alianza entre Ciudadanos y la marca local de Podemos -pese a que estos no van a compartir equipo de gobierno- y azuzar la división interna en el PSOE oriolano. 

Como ha publicado Alicante Plaza, el hecho de que Carolina Gracia se convierta en alcaldesa le da una nueva oportunidad para repetir en las elecciones de 2023, pues el sector de los soleristas (dirección provincial) ya tendría la mayoría en la agrupación -de acuerdo con los resultados de las elecciones al congreso comarcal- y podrían haber forzado un cambio de candidato/a de no plantearse la moción de censura. Por eso, en el PP consideran que tras la maniobra de Orihuela también está la mano de Ximo Puig y la dirección autonómica del PSPV para salvar a su candidata, la futura alcaldesa. Y en caso de forzarse el cambio, se iría a primarias, y Gracia iría con todo el poder institucional.

Por ello, el PP insiste que es necesario que la cúpula de Cs considere a sus concejales de Orihuela como tránsfugas para poner a Puig ante la tesitura de respaldar o no un voto de censura con ediles expulsados por su partido.  No obstante, hasta el 25 de abril queda mucho tiempo, y con la Semana Santa por delante. Hay tiempo para cualquier imprevisto: en el PP de Orihuela también se revisa la acción de gobierno de Ciudadanos para ver si alguna anomalía duerme el sueño de los justos en un cajón y de esta manera, descabalgar a alguno de los firmantes de la moción.

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