VALÈNCIA, (EP). Aída Cadenas, especialista en Endocrinología y Nutrición de IMQ, ha explicado que el confinamiento ha traído un aumento de peso de entre uno a cinco kilos, junto con un descenso notable en la actividad física.
"Algunas encuestas, abiertas y voluntarias, con los consecuentes sesgos que esto significa, como la que ha realizado la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) aportan datos para la reflexión. Por ejemplo, que aproximadamente el 50 por ciento de los encuestados había subido entre 1 y 3 kg de peso en las primeras cuatro semanas de la cuarentena, y de ellos, prácticamente el 75 por ciento eran mujeres. Pero alrededor de un 15 por ciento había aumentado hasta 5 kg, a pesar de que el 60 por ciento de los encuestados reconocía haber puesto algo de su parte para que esto no ocurriera así", detalla.
A pesar de que esta encuesta no dispone de todo el alcance que los especialistas desearían, "sus resultados sí se corresponden con lo que muchos endocrinólogos estamos viendo en nuestras consultas en los últimos días". "Un aumento de peso que, en muchos casos, ha llegado a los cinco kilos", argumenta.
Y esto, según la experta, ha ocurrido fundamentalmente por dos motivos: "Por un lado, por un cambio en nuestra alimentación; y por otro lado, por la falta de actividad física en relación con el confinamiento".
Según refiere la experta, se ha producido un cambio notable en los productos que se han consumido con más frecuencia en las primeras semanas del confinamiento y en las últimas. "Empezamos comprando víveres 'de supervivencia', como comida envasada y preparada; alimentos básicos, como aceite, arroz, pasta y legumbre; productos de limpieza del hogar, sobre todo lejía y desinfectantes; y, por supuesto, el ya famoso papel higiénico. Pero en las últimas semanas los consumos han variado sobre todo con respecto a las bebidas alcohólicas, cuyo consumo ha aumentado en un 130 por ciento, y las conservas", señala.