Las piedras en el riñón pueden ser extremadamente molestas y condicionar nuestro día a día. De hecho, el cólico nefrítico es uno de los trastornos más dolorosos que llegan a los servicios de urgencias junto a la rotura de huesos, la apendicitis o las hernias de disco.
La presencia de piedras en el riñón (también llamada litiasis renal), es bastante común. Esta enfermedad, conocida y tratada desde hace siglos, aparece con mayor frecuencia en hombres entre los 30 y los 60 años: según datos del Departamento de la urología de la Universidad de Navarra, la litiasis renoureteral es la tercera afección más frecuente del aparato urinario y afecta a casi un 12% de la población masculina y un 5% de la población femenina, lo que supone una prevalencia y sintomatología más elevada en los hombres a razón de 3 a 1.
El Dr. Sven Petry, jefe de urología del hospital Quirónsalud Torrevieja, define la litiasis renal como un cuadro clínico “caracterizado por la presencia de cálculos urinarios o concrementos cristalinos de diferentes composiciones y tamaños en las vías urinarias drenantes”.
Y es que, los cálculos pueden aparecer tanto en el interior de los riñones como en los uréteres y la vejiga, y pueden ser de diferentes tamaños, desde pequeños como granos de arena hasta grandes como una perla.
En función de su tamaño y de su composición, el tratamiento de las piedras en el riñón será diferente y requerirá un tipo de intervención más o menos invasiva.
Respecto a la aparición de piedras en el riñón, su origen muchas veces es desconocido, aunque en otras ocasiones se asocia con elementos multifactoriales, entre los que destacan las anomalías genéticas y las infecciones que favorecen las etapas litogénicas, ya que las piedras se forman cuando las sales minerales, que normalmente se disuelven en la orina, se acumulan y se precipitan.
"La formación de piedras en el riñón se debe al aumento de los solutos, la modificación del pH urinario y/o la disminución de los inhibidores de la cristalización facilitan el proceso. Una vez que se ha formado el cristal, éste queda retenido en el aparato urinario y se produce su crecimiento mediante la agregación de nuevos cristales, como si fuera un imán. De forma mucho más simple y resumida, podemos decir que los cálculos se forman cuando la orina se concentra, lo que permite que los minerales se cristalicen y se unan".
Los cálculos urinarios a menudo pasan desapercibidos durante mucho tiempo y únicamente se notan cuando comienza a desplazarse del riñón y pasan a los uréteres, donde se atascan en las vías urinarias.
Su síntoma más habitual es el llamado cólico nefrítico, un dolor intenso, espasmódico e intermitente que se produce por la obstrucción de la salida de orina del riñón.
Normalmente, el dolor del cólico aparece en la zona lumbar y se irradia hacia el abdomen anterior e incluso hacia los genitales. Lo más inquietante es que la molestia no puede paliarse, ni siquiera cambiando de postura. A veces, el cólico nefrítico por piedras en el riñón también se asocia a náuseas, vómitos y sudoración, pudiendo llegar incluso a causar fiebre.
“ Otro de los síntomas de la litiasis renal es la hematuria”, añade la doctora Araceli Amorós, uróloga de Quirónsalud Alicante, “es decir, la presencia de sangre en la orina debido a las lesiones que el cálculo produce en su paso por la vía urinaria. Muchas veces esta presencia de sangre es imperceptible a la vista, por eso una de las herramientas que puede facilitar el diagnóstico de la litiasis renal es el análisis de orina.
Para terminar, los cálculos renales pueden ser causa o consecuencia de infecciones frecuentes de la orina, especialmente cuando su aparición es recurrente.
El diagnóstico de la litiasis renal se realiza teniendo en cuenta los síntomas clínicos y el análisis de la orina. Para valorar la situación, tamaño y repercusión del cálculo, suelen emplearse métodos de diagnóstico por imagen como la ecografía, la radiografía simple de abdomen y el TAC de abdomen.
"Las pruebas por imágenes como la ecografía o una tomografía computarizada pueden mostrar fácilmente cálculos renales en las vías urinarias ", añade el Dr. Sven Petry.
"En función de su composición química, los cálculos urinarios se dividen en 5 grupos, aunque casi el 60% de ellos son de oxalato cálcico. El segundo grupo más numeroso son los cálculos de ácido úrico".
Saber esta composición es importante, ya que facilita hacer un metabólico-mineral para descartar la reaparición de la enfermedad litiásica o la presencia de otras enfermedades asociadas.
Respecto al tratamiento de las piedras en el riñón, depende de múltiples factores.
"La mayoría de los cálculos renales pequeños no requieren un tratamiento invasivo. De hecho, es posible expulsar un cálculo pequeño sin demasiados problemas. Si las piedras son más grandes y no pueden expulsarse por las vías urinarias (a partir de 7 mm) se precisará un tratamiento invasivo", la uróloga de Araceli Amorós de Quirónsalud Alicante y Elche.
En piedras de menos de 2 centímetros, se usa la litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOC, por sus siglas) o la endoscopia.
"En la LEOC, que es un tratamiento ambulante con sedación, se utilizan ondas sonoras para crear vibraciones fuertes (ondas de choque) que rompen los cálculos en pequeños pedazos que pueden expulsarse fácilmente con la orina. En la endoscopia, se introduce bajo anestesia un tubo muy delgado que posee una luz y una cámara (ureteroscopio) a través de la uretra, la vejiga y el uréter hasta llegar al riñón. Una vez localizado el cálculo, las herramientas especiales (martillo neumático o láser) pueden romper el cálculo en trozos que se eliminarán con la orina".
En los cálculos renales de más de 2 centímetros, se emplea un procedimiento llamado "nefrolitotomía percutánea" y que consiste en la extracción quirúrgica del cálculo renal mediante instrumentos telescopios pequeños, "no más gruesos que un bolígrafo", que se introducen a través de una pequeña incisión "que se realiza en la espalda".
Aunque probablemente existe una herencia litiásica, la formación de piedras en el riñón puede asociarse a numerosos factores extrínsecos, alimenticios y ambientales.
"La prevención de los cálculos renales normalmente requiere una combinación de cambios de estilo de vida y de medicamentos", además de la supervisión del médico, según indica el Dr. Petry de Quirónsalud Torrevieja.
"Cualquier trastorno metabólico como el hiperparatireodismo, la hiperuricemia o las enfermedades autoimmunes como el M. Crohn favorecen la producción de las piedras. Pero, además, una vida sedentaria, una deficiente ingesta hídrica, una dieta desequilibrada y el aumento del peso corporal también pueden predisponer la producción de piedras. Estos factores sí que podemos controlarlos, reduciendo el riesgo de aparición de este problema renal".
Puedes solicitar más información acerca del tratamiento de la litiasis en Quirónaslud Alicante y Torrevieja
