LA REVISTA DEDICA UNA EDICIÓN MONOGRÁFICA A LA ARQUEOLOGÍA SUBMARINA EN LA PROVINCIA

En busca del tesoro submarino: 'Canelobre' se sumerge en las profundidades del patrimonio

26/03/2022 - 

ALICANTE. “Cuanto más se investiga, más se conoce sobre nuestro patrimonio arqueológico submarino”, afirmaba este viernes Jaime Molina, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Alicante, durante la presentación del nuevo número de la revista Canelobre, una edición monográfica centrada en el patrimonio arqueológico submarino de la provincia de Alicante. “Pensando en el lector, para que disfrute y tome conciencia”, añadía José Antonio Moya, investigador del Instituto Universitario de Arqueología y Patrimonio Histórico de la Universidad de Alicante.

Ambos expertos han coordinado esta publicación que ha llevado más de un año de trabajo con más de una veintena de artículos de otros tantos expertos en la materia. Una revista que ha incorporado tanto a los nuevos talentos de la arqueología como a los grandes referentes, los pioneros, contando con las firmas de los alicantinos Rafael Azuar, Omar Inglese, Antonio Espinosa, Xavier Nieto, Alejandro Pérez, Francisco Álvarez, Fernando Candela, Carlos de Juan Fuertes o Jorge Blázquez, así como la del brigada jefe de los GEAS de la Guardia Civil de Alicante, Antonio García; la de la responsable del Centre d'Arqueologia Subaquàtica de Catalunya, Ruth Geli; o la de la directora del Centre d'Arqueologia Subaquàtica de la Comunitat Valenciana, Asunción Fernández.

El Portus Ilicitanus, el pecio romano del Bou Ferrer, Lucentum, el Deltebre I o la creación de la Carta Arqueológica del Patrimonio Cultural Subacuático de Alicante son algunos de los temas abordados por diferentes investigadores. “El mar es el museo más grande del mundo y este Canelobre pretende darlo a conocer, porque solo se cuida lo que se conoce”, apuntaban los coordinadores de esta edición. “Queremos concienciar al gran público sobre la protección del patrimonio, porque es de todos y hay que cuidarlo”, añadían. Y así lo han hecho, con la alta divulgación como objetivo, tratando al lector de forma rigurosa, pero de manera atractiva.

Para esa tarea ha sido fundamental apoyarse en imágenes, muchas de ellas inéditas. “Ha habido un salto tecnológico en la documentación, una renovación en la calidad de la imagen que hemos querido reflejar”, explicaban. Así, zonas que no se habían podido investigar hasta ahora se han podido documentar gracias a las imágenes de buceadores que llevan años introduciéndose en las profundidades del mundo acuático de la provincia y que aportan su testimonio gráfico. Los restos más conocidos son los más modernos, mientras que los más desconocidos son los que se encuentran en aguas más profundas. “Más allá de los cincuenta metros de profundidad, ya es difícil de investigar”, comentan. Lugar en el que se encontrarían, precisamente, algunos submarinos de la Gran Guerra, a entre setenta y noventa metros de profundidad.

“Se estima que conocemos aproximadamente el 80% de los hundimientos que se han producido”, explican, una cifra que nos coloca en “un buen nivel de conocimiento”. Sin embargo, no se puede descartar que, con los programas sistemáticos de catas arqueológicas se pueda llegar a conocer mucho más. “El Mediterráneo es un mar con un gran pasado histórico que ha tenido mucho tráfico por el comercio”, recuerdan. De hecho, ese tráfico es el que determina la cantidad de restos y su época. “Hay muchos restos de época antigua y de época moderna, mientras que hay menos restos de época medieval, un periodo en el que el tráfico disminuyó”, describen.

El monográfico incorpora, además, una introducción del jefe del Área del Patrimonio Arqueológico Subacuático del Instituto de Historia y Cultura Naval de Madrid, Alfredo González, así como la investigación del profesor de la UA Daniel Mateo sobre el pecio Mariposa E hundido en Cerdeña o el valioso legado de Jorge Juan, en un estudio sobre su barco del periodista Juanjo Payá. Asimismo, Miguel San Claudio, de la Universidad de Texas, ofrece información sobre las naves atlánticas de la época de mayor esplendor de la Armada Española, los galeones de Felipe II.

Desde el punto de vista divulgativo, el Canelobre recoge interesantes aportaciones de Gabriel Soler y Juan Eduardo Guillén, del Instituto de Ecología Litoral, junto al testimonio del fotógrafo submarino Rafael Martos. Tampoco faltan artículos metodológicos como el del coordinador, José Antonio Moya, sobre la documentación fotográfica ni el relato de dos generaciones de profesionales del buceo, Terencio Pérez y Alejandro Pérez.

Canelobre desvela los tesoros ocultos

"El valor de la revista, que combina con gran acierto análisis rigurosos con interesantes fotografías, un número muy especial y atractivo para un amplio perfil de lectores que recoge en sus páginas los hallazgos más significativos encontrados en nuestras costas, auténticos tesoros ocultos a nuestros ojos y que forman parte imprescindible del relato de la historia", destacó Julia Parra, vicepresidenta y diputada de Cultura. La diputada, que ha presentado este viernes el Canelobre junto a la directora cultural del Instituto Alicantino de Cultura, Pilar Tébar, el director del departamento de Revistas, Héctor Fernández, y los coordinadores del número, ha asegurado que el proyecto desde el primer día ha contado con el entusiasmo y el apoyo del área de Cultura y del presidente de la Diputación, Carlos Mazón. "Con él vimos una oportunidad de abrir el Instituto Juan Gil-Albert a un campo de estudio en el que es necesario seguir explorando con una visión amplia y multidisciplinar", afirmó. El acto celebrado en la sede del instituto alicantino ha contado además con la presencia del director del MARQ, Manuel Olcina.

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