Los recientes éxitos en fórmula 1 de Fernando Alonso y de Carlos Sainz me llevan a recordar el Circuito de Vistahermosa en Alicante. Tanto es la espectacularidad de la conducción de estos dos pilotos que a veces piensas que sus adelantamientos son más propios de una carrera de motos que de coches. Y ahí siguen, compitiendo, alcanzando metas. Y subiéndose al pódium para recoger el trofeo merecido a su esfuerzo, destreza y valentía, que todo esto necesitan para estar entre los grandes.
El Circuito de Vistahermosa se iniciaba a la altura de lo que es hoy el colegio Jesuitas, bajaba para doblar por la Goteta hacia el mar, recorría la cantera en subida para continuar por la avenida de Villajoyosa, recorriendo la avenida de la Albufereta y bajaba de nuevo por la avenida de Denia en un circuito circular. Para coches. También se usó para motos, como ya les conté en este periódico. ¡Un circuito urbano!, una oportunidad perdida de tener un circuito de velocidad en la ciudad como tiene Mónaco o como tenía Valencia.
El urbanismo y la seguridad serían las excusas para justificar hoy que ese circuito no puede volver a tener ese recorrido. Pero sería espectacular que los bólidos modernos recorrieran nuestras avenidas por la fachada marítima de la ciudad y le dieran otro interés turístico y deportivo a este Alicante traspasado de Mediterráneo, en expresión del escritor Gabriel Miró.
La afición por el motor y la velocidad ha sido una constante entre los españoles. Ha habido grandes figuras, como Ángel Nieto (que corrió en Alicante en el Circuito Vistahermosa) o los citados más arriba en automovilismo.
El que se considera el primer automóvil matriculado en Alicante fue un Motobloc matrícula A-1 que se entregó a su propietario Trino Esplá el 2 de diciembre de 1907. En Valencia fue un Peugeot comprado por Francisco Garcés el 30 de abril de 1902 con matrícula V-1, y en Castellón fue un Hispano Suiza que compró Rafael Pelocha el 3 de abril de 1908 con matrícula CS-1. Grandes aventureros, circular con aquellos artilugios por esas carreteras de Dios era toda una proeza.
Los bólidos – unos monoplazas pequeños - corrieron veloces por las carreteras de la capital alicantina. Permita un apéndice. Tuve la oportunidad de conducir un fórmula 3 hace algunos años en el Circuito de Jerez y le garantizo que fue una auténtica gozada. Claro que la organización nos ponía un coche delante para que no fuéramos demasiado deprisa. Pero, aun así, quería emular a Alonso … De ilusión también se vive, ya sabe. Esos monoplazas se parecen a los primeros bólidos de mediados del siglo XX, por esto lo menciono.
¿Cuándo recorrieron bólidos de competición las avenidas alicantinas? Ahora se lo digo. Para muestra, un botón, como dice el refrán. Así ocurrió durante las Fiestas de Invierno de 1951. En este año Francisco Alberola Such era el alcalde de Alicante. Sabe que me gusta mencionar al alcalde de cada época para contextualizar mejor ese periodo de la historia de Alicante. Permita un paréntesis sobre este alcalde. Liberal, monárquico, fue detenido en otoño de 1936. La intervención de Eduardo Barrera, Cónsul argentino, le salvó la vida. Liberado, Alberola fue el depositario de la reliquia de Santa Faz. El alcalde Lorenzo Carbonell se la entregó para salvarla de su quema por mercenarios republicanos anticlericales, según se cuenta en Alicantepedia. La escondió en la Finca Marco del Cónsul mencionado. En otra ocasión le contaré cómo la Santa Faz se salvó de la barbarie. Después de la guerra, Alberola fue concejal, miembro de la Diputación, y alcalde. De su mandato destaca la municipalización del agua corriente, restableció las buenas relaciones que Alicante tenía con Orán, así como la venta de los terrenos en Aguamarga a Manufacturas Metálicas Madrileñas para la construcción de la fábrica Aluminio Ibérico. También fue Procurador en Cortes. Después de dejar la representación política, tuvo varios cargos, entre ellos el de vicepresidente de la Caja de Ahorros de Alicante.
Una competición especial para coches en el Circuito de Vistahermosa fue el Premio Escudería Alicante celebrado el 15 de febrero de 1970 organizada por el Automóvil Club de Alicante. De este año el alcalde de Alicante fue José Abad Gosálbez destacando – entre sus logros – el hermanamiento con Niza, la construcción de la plaza Galicia, facilitar la construcción del Meliá, recuperó el Palmeral para la ciudad y urbanizó de nuevo el paseo de Gómiz, compró terrenos privados no edificados de la isla de Tabarca para evitar su especulación y mal uso, … También fue presidente del Hércules, Procurador en Cortes, …
Vuelvo con la competición en el Circuito de Vistahermosa de 1970. La web del Automóvil Club de Alicante recoge las competiciones históricas organizadas por ellos. Y entre ellas, esta. La ganó Carlos Senante. Participaron las Escuderías Zaragoza, Universitaria y Citra, quedando en este orden en la competición. En el Comité organizador estaban Lamagniere y Francisco Gomis, muy involucrados en actividades sociales y deportivas. Los patrocinadores – que siempre es importante citarlos ya que sin ellos muchas cosas serían imposibles de realizar – fueron el Ayuntamiento de Alicante, Talleres Levante y Talleres Electro-Diesel Borrás.
Hoy este circuito existe, pero es una carretera de tránsito normal, lejos de carreras. Siguen rugiendo los coches a su paso, pero ya no por tratarse de una competición sino de la vida cotidiana.