VALÈNCIA. Si durante muchos años nos dedicamos a cubrirlas de hormigón, ahora toca pintarlas de verde, desde las fachadas hasta los tejados de las casas o las carreteras por las que circulan los coches. La renaturalización de las ciudades es un concepto cada vez más relevante en la planificación urbana contemporánea. Se basa en un proceso que busca integrar elementos naturales en el entorno urbano reintroduciendo la vegetación en espacios baldíos por la construcción humana.
El reto abarca una amplia gama de acciones, desde la creación de nuevos espacios verdes hasta la recuperación de parques desolados, la restauración de ecosistemas degradados o la incorporación de elementos naturales en la arquitectura y el diseño urbano.
Durante el Fi Gathering Zurich, organizado por Social Nest Foundation y Elea Foundation en abril de 2024, se exploró cómo la naturaleza es un activo social y financiero crucial. Se destacó aquí que más de la mitad del PIB global depende de la naturaleza y sus servicios, aunque la mayoría de estos beneficios carecen actualmente de valor en el mercado financiero.
En integrar naturaleza y arquitectura se han especializado en SingularGreen, una startup con sede en Alicante fundada por Jordi Serramia y Hugo Riquelme quienes definen a la suya como “una empresa de paisajismo fuera de lo común”. Se orientan al desarrollo de las llamadas Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) utilizando su tecnología para conseguir aislamiento térmico con muros verdes y embellecer las edificaciones.
Hacen fachadas, toldos vegetales, jardines verticales, biopiscinas…todo recubierto con elementos naturales al objeto de mejorar la calidad del aire y proteger a los edificios. Suyo es, por ejemplo, el diseño y ejecución de la fachada del edificio Suiters en Alicante, del grupo Marjal (antigua sede de la aseguradora AXA) convertido hoy en un edificio residencial con un carácter peculiar y un jardín vertical que reviste su fachada y amortigua 2,2 grados centígrados la temperatura ambiental, con la consiguiente reducción del consumo de energía destinada a la climatización.
También corresponden a esta empresa los dos grandes jardines verticales de planta conservada instalados en el hall de facturación del aeropuerto de Valencia creando “un vibrante y llamativo portal verde que da la bienvenida a los viajeros a medida que entran a la terminal”, afirman.
Al paisajismo se dedican también en Citerea, un pequeño estudio ubicado en Madrid liderado por la arquitecta paisajista Ana Luengo Añón y la ingeniera Agrónoma y Máster en Jardinería y Paisajismo Coro Millares Escobio. En este empeño por renaturalizar las ciudades han acometido, a iniciativa de diversos ayuntamientos e instituciones, obras para recuperar distintos parques y jardines públicos que se mantenían en mal estado y crear otros nuevos.
En el caso de Valencia una de sus intervenciones ha sido la construcción del parque Polífilo, en las inmediaciones del palacio de Congresos de Norman Foster, considerado uno de los jardines más bonitos y mejor cuidados de la ciudad con una extensión cercana a los 40.000 metros cuadrados.
Tras meses de deliberaciones, la UE aprobaba el pasado mes de junio la Ley de Restauración de la Naturaleza, norma que persigue restaurar los ecosistemas dañados de Europa e impulsar la biodiversidad de la zona. La Ley pretende restaurar al menos el 20% de las zonas terrestres y marítimas para 2030 y todos los ecosistemas degradados para 2050.
Conforme a ésta, se establecen objetivos y obligaciones vinculantes para que los Estados miembros rehabiliten sus hábitats naturales, el 80% de los cuales se encuentran actualmente en mal estado. Incluye la restauración de humedales, ríos, bosques, praderas y ecosistemas urbanos y marinos, así como de las especies que albergan.
Dentro de la Ley, una de las medidas específicas insta a la plantación en el territorio comunitario de al menos 3.000 millones de árboles nuevos de aquí a 2030. En este sentido, Valencia, reconocida por la Comisión Europea como Capital Verde Europea durante 2024, está haciendo los deberes. Con un patrimonio arbóreo estimado en torno a 419.000 ejemplares, de los cuales más de 148.000 son gestionados por el ayuntamiento, la corporación municipal se propone ahora enriquecer el inventario con la plantación de 2.000 nuevos árboles y revisar la conservación de lo ya existente.
Emprendimientos que aplican a la reforestación son los de ReTRee, donde ayudan a las empresas a compensar su huella de carbono plantando árboles y restaurando ecosistemas dañados, o Bosquia, con una propuesta similar. En GreenBlue Urban, por su parte, han desarrollado lo que denominan ArborSystem, “que ofrece al árbol las mejores oportunidades de crecimiento y madurez en entornos urbanos, aportando además una respuesta sostenible a la gestión de agua de lluvia”. De impacto es también la solución de Coolx con un software basado en IA y tecnología satelital capaz de asegurar que las cadenas de suministro de determinados productos no recurren a la tala de árboles. Miden especialmente el impacto ambiental de plantaciones de café y cacao.
Y para aquellas ciudades que tienen la suerte de estar rodeadas por el mar, una de las startups que más éxitos está cosechando en su lucha por revertir los efectos adversos de la actividad humana en los mares es Gravity Wave, nacida en la Comunitat Valenciana. Su proyecto impulsa la limpieza de plástico y redes de pesca del mar y de los puertos con pescadores para transformarlo en productos de valor. La solución ha conseguido también cautivar a numerosos inversores, entre ellos los hermanos Gasol, naturales de Barcelona.