ALICANTE (EFE). Emoción, dudas y algunos nervios en el primer concierto sinfónico de España con presencia de público desde que en marzo se decretó el estado de alarma, el celebrado este viernes en el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA), donde 267 espectadores han disfrutado entusiasmados de la VI Sinfonía de Beethoven.
Este concierto gratuito mediante inscripción previa bajo la denominación 'Beethoven 250. Renace la música' ha corrido a cargo de cincuenta músicos de ADDA·Simfònica bajo la batuta de Josep Vicent cuando la Comunidad Valenciana vive los últimos días de la fase 2 de desescalada antes de pasar a la tercera y última.
El auditorio alicantino tiene capacidad para mil butacas pero la separación mínima de dos metros ha obligado a reducir el aforo a menos de un tercio, concretamente a 267 personas, que han entrado ordenadamente en el auditorio con mascarilla, aunque en muchos casos sin poder ocultar su excitación.
El público se había inscrito previamente vía online para asistir hasta en grupos familiares de cuatro personas y han sido situados estratégicamente separados del resto por tres asientos vacíos y con los de delante y detrás en filas alternas.
Josep Vicent ha escogido para este particular reestreno, uno de los primeros conciertos con público en el Viejo Continente, a Beethoven y su VI Sinfonía, con la obertura de 'Las Ruinas de Atenas', también del alemán. Vicent ha explicado a Efe que este concierto de cerca de una hora trata de convertir a su orquesta en "útil a la sociedad" con dos partituras de Beethoven "opuestas" aunque ambas con un mensaje muy definido.
La determinación, en el caso de la obertura, y la relación del hombre con su entorno, en cuanto a la sinfonía, uno de los grandes males y retos del hombre en la actualidad, para este director de orquesta.
Vicent ha confiado en poder lanzar, de esta manera, el mensaje de "lo importante que es respetar la naturaleza" para poder disfrutar de un futuro mejor. Para esta singular ocasión, el Auditorio de la Diputación de Alicante ha señalizado el suelo para asegurar el distanciamiento, ha preasignado las butacas y al acabar la sesión tiene preparada una megafonía interna en la que pide: "No se vaya de su butaca hasta que el personal de sala se lo indique".
Esas medidas son añadidas a las ya habituales de la calle de llevar mascarilla hasta sentarse en la localidad y tomarse la temperatura a la entrada, cuestión ésta que también se aplica al personal de atención y a los miembros de la orquesta.
Durante el concierto, los cincuenta músicos están en el escenario separados entre sí por un mínimo de dos metros y los miembros de los instrumentos de viento tienen una distancia añadida de una pantalla de metacrilato, para disminuir aún más el riesgo de contagio de la covid-19..
El concierto, el primero de una serie cada viernes, sábado y domingo hasta el 28 de junio, ha sido preparado con esmero por Josep Vicent, que ha relatado que tenía muchas ganas de, por fin, "volver