VALÈNCIA (VP). El déficit hídrico que padece la Comunitat Valenciana y el recorte del trasvase Tajo-Segura ha enfrentado este jueves a los grupos del Botànic (PSPV, Compromís y Unides Podem) y al PP en Les Corts Valencianes.
La comisión de Medio Ambiente ha debatido una iniciativa del PP que instaba al Consell a "aunar esfuerzos, junto con los regantes y la Diputación de Alicante", para conseguir "una mayor garantía de éxito" en el recurso contra el decreto por el que se aprueba la revisión de los planes hidrológicos, entre ellos el del Tajo-Segura.
La propuesta, defendida por el diputado popular Miguel Barachina, ha sido rechazada con los votos en contra del Botànic, que la ha considerado "innecesaria y redundante", pues el Consell ya ha tomado la decisión de recurrir el decreto del Gobierno.
Barrachina ha advertido de que el recorte del Tajo-Segura supone un "golpe de muerte" a la agricultura alicantina, y ha pedido que se adopten "acciones jurídicas coordinadas", ya que no se fía de que el president de la Generalitat, Ximo Puig, vaya a defender los derechos hídricos de la Comunitat.
El socialista Ernest Blanch ha considerado innecesario instar al Consell a hacer algo que ya ha anunciado que va a hacer; ha rechazado entrar en el juego del PP y generar "más guerras del agua", y ha defendido que Puig ha dejado claro que el trasvase Tajo-Segura es irrenunciable para la Comunitat.
Graciela Ferrer (Compromís) ha acusado al PP de "rasgarse las vestiduras por ser el que más defiende el Tajo-Segura y el agua", pero ha recordado que cuando gobernaban "estuvimos un año sin tener agua del trasvase", algo que Barrachina ha reconocido y justificado por no haber agua en este momento.
"Los años que no había agua, no se podía trasvasar. Sucedió en los últimos años de gobierno de Mariano Rajoy y volverá a suceder en el futuro", ha señalado, y ha dicho que "lo malvado" son las 22 decisiones del Gobierno que han corregido a la baja las propuestas de los técnicos de la comisión explotación.
Ferrer ha destacado que eso que hace unos años era extraordinario, con el cambio climático será cada vez más habitual y cada vez habrá menos agua. "Eso no lo quieren entender porque les sale más a cuenta decir barbaridades y azuzar conflictos y guerras del agua", ha denunciado.
Beatriu Gascó (Unides Podem) ha ido más allá, al advertir de que la sostenibilidad de los ríos es "difícilmente compatible" con una actividad agrícola "tan demandante de agua y en un contexto tan severo de cambio climático", y ha abogado por la desalinización con energías renovables y por no seguir promoviendo el regadío.
Miguel Barrachina ha replicado que no existe un problema de falta de agua, pues en estos momento el agua que regaba los campos alicantinos acaba en el Atlántico, a través de Portugal, un país al que no le hace falta ese recurso.
Ciudadanos ha apoyado la propuesta del PP porque, según el diputado Fernando Llopis, en España "hay agua para todo el país", y Vox también lo ha hecho por considerar que la izquierda pretende destruir la agricultura en España.