El 'think tank' presenta en la UPV su propuesta de políticas públicas 'Industrializar la digitalización', que aboga por exprimir una oportunidad única porque "por una vez, España no ha perdido el tren de la próxima revolución" y pone a València como modelo de ecosistema "a seguir".
VALÈNCIA. El Cubo Azul de la Ciudad Politécnica de la Innovación (CPI), el parque científico de la Universitat Politècnica de València, acogió ayer jueves un acto sencillo y al tiempo, de gran potencia simbólica en el ámbito de la innovación. La presentación en València de una propuesta de políticas públicas (Policy Paper) bajo el título Industrializar la digitalización por parte del Real Instituto Elcano supone en sí mismo un guiño al ecosistema valenciano, al tratarse de la primera vez que este think tank, primero entre los españoles en los rankings internacionales, aleja de Madrid la puesta de largo de uno de sus documentos sobre estrategias políticas. “No es casualidad” la elección de València, remarcó el presidente de Elcano, José Juan Ruiz, quien señaló que España “puede aprender mucho de lo hecho aquí” en un tema en el que “nos jugamos mucho”.
Elaborado por el investigador principal del instituto, Andrés Ortega, el documento abunda en la necesidad de diseñar “a medio y largo plazo” en España una política industrial “para fabricar los productos tangibles e intangibles necesarios para la digitalización de la economía, la sociedad y las administraciones públicas”. En su línea de poner el foco en el sector industrial español y europeo, la propuesta describe el modelo del ecosistema valenciano como un “marco a seguir” tanto en el desarrollo de empresas y productos como en el sistema de I+D que alimenta a las grandes empresas, pero también a las pymes.
En la apertura del acto, el rector José Capilla recogió el guante y se ha mostrado orgulloso como anfitrión del evento, interpretando el gesto de Elcano como un reconocimiento a “la fuerte apuesta” que la UPV realizó en los años 90 con la puesta en marcha de la CPI, “nuestra interfaz de trabajo con la sociedad, en la que las empresas se interrelacionan con los investigadores y se genera mucha innovación y muchas patentes”. En opinión de Capilla, el proceso de digitalización "es estratégico para España y Europa para el desarrollo de nuestra industria, que debe ponerse en línea y competir ante China y EEUU aprovechando la gran oportunidad que suponen los fondos Next Generation".
Y es que el plan de recuperación europeo pivotó como gran protagonista de fondo del evento, el motor económico al que los intervinientes confiaron el vigor de una transformación que tenga un impacto profundo en nuestra sociedad. Así, Ruiz señaló como clave de la revolución digital "el cómo convertimos esas ideas en productos y servicios que afectan radicalmente la vida de nuestras sociedades, porque nos jugamos cómo operativizamos las grandes ideas de innovación tecnológica para mejorar la prosperidad de los ciudadanos". Y algo más: "ese cambio tiene que ser masivo, todos tienen que participar en él". En esta línea, Ortega hizo hincapié en que "España ha de aprovechar el proceso de digitalización, acelerado por la pandemia y con los fondos europeos, para no solo digitalizarnos sino fabricar algunas de las cosas que necesitamos para esta diitalización, tangibles e intangibles. Hay que sacar provecho en toda la cadena de valor". El autor del paper definió el momento presente como el que está a las puertas "de un nuevo industrialismo", en el que se trata de "crear mejor empleo" y en el que también subyace "el afán de recuperar soberanía española y europea" mediante la construcción de un ecosistema adecuado y una buena gestión del mismo.
José Juan Ruiz: "esta es una oportunidad que hay que aprovechar y convertir nuestra necesidad de progresar en algo que nos permita estar en el corazón de Europa"
El documento basa la industrialización de la digitalización en productos intangibles (software, Inteligencia Artificial, computación y comunicación cuántica, ciberseguridad y la industria de las lenguas españolas) y tangibles (sensores, microprocesadores y microelectrónica, cables submarinos, cloud, redes, centros de datos, infraestructuras de telecomunicaciones y 5G y satélites de comunicación). El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, en consonancia con los fondos europeos, responde parcialmente al reto. Pero en materia de dispositivos avanzados y de tecnología profunda (deep tech) se pone el acento en que los tiempos son mayores, de 2 a 20 años, precisando además, según Ortega, de además alianzas nacionales e internacionales, "porque ningún estado o empresa puede hacerlo por sí solo". Un primer paso son los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE), figura de colaboración público-privada nacional inspirada en los Proyectos Importantes de Interés Común Europeo (IPCEI). Su objetivo es potenciar un sector industrial competitivo, sostenible e innovador en lo digital, en el vehículo eléctrico y conectado, en salud, o en el sector agroalimentario, entre otros.
Además, el Policy Paper analiza el excesivo peso de las pymes en la economía española y en el ámbito de la innovación, la gestión de los recursos y del talento, así como de las patentes. En las conclusiones del informe se lanzan propuestas y recomendaciones, entre ellas el estudio de la creación de una ARPA (Advanced Research Projects Agency) española y europea, y la elaboración de una estrategia española de tecnología profunda (deep tech) como oportunidades que no se deben perder.
Según Ruiz, "tenemos que aparcar el pesimismo", porque "por primera vez, España no ha perdido el tren de la próxima revolución, el de la digitalización: tenemos empresas, investigadores, universidades, políticas de coordinación de lo público y lo privado, y los fondos Next Generation". En definitiva, se trata "de una oportunidad que no podemos despilfarrar, hay que aprovecharla para convertir toda nuestra necesidad de progresar en algo que nos permita estar en el corazón de Europa". En esta línea, el presidente de Elcano se refirió al "gran ejemplo de cohesión de un ecosistema" ofrecido por la Comunidad Valenciana, y particularmente por València.
En coherencia con esta consideración, en el documento se hace alusión a proyectos en ámbitos como los chips fotónicos (Instituto de Tecnología Nanofotónica, con la empresa derivada Das Photonics) o la Inteligencia Artificial (empleada por el equipo del investigador Avelino Corma en el Instituto de Tecnología Química (ITQ) para descubrir 2,4 millones de nuevos materiales -zeolitas- de aplicación industrial). Pero sobre todo, se destaca la fortaleza del ecosistema valenciano en torno a pilares como la UPV, Lanzadera y la asociación Startup Valencia, junto a empresas punteras tan "conocidas a nivel mundial en su mercado especializado" como desconocidas en España (Brainstorm3d, AAA, Elite 3D, Flyware). Además, se resalta la "estrecha colaboración universidad-empresa" como clave de bóveda de la transformación de la marina del Puerto de València en "un centro de innovación creativo, y en buena parte promiscuo (interdisciplinar)", lo que junto al impulso desde el sector público por parte de actores como la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana (Redit) o la Agencia Valenciana de Innovación (AVI) están llevando a València a situarse junto a Málaga como dos "nuevos polos, pequeñas Californias, cuando antes se las veía como pequeñas Floridas". Ortega puntualizó, al respecto, que en el ecosistema valenciano "los institutos y centros de investigación se han convertido en departamentos de I+D de las pymes que no pueden permitírselo… y estos centros permiten escuchar, aprender y probar antes de invertir, lo que puede ayudar a superar el lastre que arrastramos, ese 85% de empresas con menos de 8 trabajadores".
Andrés Ortega: "los institutos y centros de investigación valencianos se han convertido en departamentos de I+D de las pymes que no pueden permitírselo"
En la mesa redonda, Corma, fundador y ex director del ITQ, habló sobre su experiencia con la Inteligencia Artificial aplicada a su campo de especialización, la investigación y desarrollo de catalizadores de procesos químicos. En este sentido, el profesor de Moncofa explicó que muy pronto se dieron cuenta en su instituto de que competían no solo con otros laboratorios universitarios, sino también con centros de investigación de grandes empresas. Conscientes de la necesidad de contar con un equipo de experimentación "muy potente, para no vernos limitados en nuestro proceso por el número de proyectos que pudiéramos hacer cada día", en el ITQ apostaron por desarrollar robots para preparar catalizadores, logrando centuplicar su capacidad de producción. A continuación, al multiplicarse los datos disponibles surgía la necesidad de tratarlos y establecer correlaciones: "al no poder hacer esto de forma directa acudimos a la parte matemática, y en colaboración con Vicente Botti, del Instituto Valenciano de Investigación en IA, atacamos la minería de datos". El resultado fue "muy bueno" y llevó al ITQ a acuerdos con importantes empresas, licenciando a otras empresas sus desarrollos tecnológicos en robótica en reactores. El siguiente paso fue la conexión con Rafael Gómez en el MIT: la aplicación de IA les permitió "llegar a predicciones sobre los materiales que podríamos utilizar, gracias a las grandes capacidades de establecer correlaciones y generar predicciones. Pasando de las simulaciones por ordenador a sistemas de robotización, explicó Corma, "se comprobó que se podían obtener resultados claramente diferenciadores, lo que ha permitido dar otro salto, obteniendo una nueva ventaja respecto a los competidores y atrayendo el interés de compañías inversoras, interesadas en lo que estamos haciendo".
De la nube a los semiconductores y la microelectrónica
Por su parte, la investigadora de Elcano Raquel Jorge constató en la mesa que la actualización de la política industrial de la UE ha abierto la puerta a la industrialización de la digitalización, "y por ejemplo, España es uno de los promotores del IPCEI de la nube, y asimismo podríamos entrar en otros como el de semiconductores o el de microelectrónica". Otra vía de alianzas europeas son los Joint Undertakings, en los que "no solo pueden participar estados sino también regiones y por tanto, comunidades autónomas". En este punto, Jorge se mostró persuadida de que la Comunidad Valenciana "tiene mucho encaje en estas políticas industriales".
Ximo Puig: "no hay sectores condenados a desaparecer, sino a transformarse"
Por su parte, la consellera de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital, Carolina Pascual, hizo hincapié en la "responsabilidad" que supone la buena utilización de los fondos europeos en la política industrial con objetivos concretos. Pascual señaló que actualmente "es más necesario que nunca tener una buena capacidad de reacción y ver como oportunidades los desafíos del presente, detectando nuestras carencias y haciéndonos preguntas interesantes". A este respecto, se refirió a la conectividad como uno de los temas clave. En la Comunidad, dijo, contamos con un 94,2% del territorio cubierto con banda ancha, por encima de la media española, pero persiste un pequeño porcentaje de la población y algunos polígonos industriales "que están en desventaja", por lo que la Generalitat cifra en 40 millones de euros el esfuerzo inversor previsto para alcanzar el 100% del territorio valenciano. La consellera se mostró a la expectativa ante el despliegue del 5G, "en el que estamos bien posicionados dentro de España y con planes pilotos preparados" para que su progresión suponga una palanca de transformación digital de los procesos productivos". Asimismo, Pascual hizo alusión a la próxima presentación de un Plan Estratégico de Transformación Digital de la Comunidad y subrayó la "inestimable ayuda de las cinco universidades públicas valencianas en esta transformación".
Finalmente, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, clausuró el acto proclamando que la innovación "no es una opción" para la administración autonómica, que afronta "una década de oportunidades, porque la pandemia nos ha ofrecido la capacidad de acelerar transiciones que teníamos en marcha, que eran imprescindibles y para las que ahora tenemos energía económica -de nuevo los fondos europeos- para desarrollarlas mas rápidamente". Puig dijo que la transformación digital debe ser entendida como un bien común y debe servir para "convertir en empleo el conocimiento que tenemos en sectores clave". En este sentido, precisó que se trata de "intentar que esos sectores, algunos de ellos maduros, puedan ponerse al día gracias a la innovación, porque no hay sectores condenados a desaparecer, sino a transformarse".