VALÈNCIA. La salida del valenciano José Luis Ábalos, ministro de Transporte, en la profunda y sorprendente crisis del Gobierno impulsada por Pedro Sánchez el pasado mes de julio empieza a dejar notar las primeras consecuencias. Tal y como informó este diario, los cambios apuntaban a producirse después de que se superara el 40º Congreso Federal del PSOE celebrado en València, una cita orgánica que debía ser un paseo triunfal para Pedro Sánchez sin ruido alguno.
Superada esta cita, la ministra entrante en el área de Transportes, Raquel Sánchez, cercana al líder del PSC y exministro de Sanidad, Salvador Illa, ha decidido comenzar a mover las piezas de su cartera, que se ha visto notablemente poblada de dirigentes valencianos de la mano de Ábalos.
La primera salida relevante se conoció este martes: según informó Diario del Puerto, el presidente de Puertos del Estado, Francisco Toledo, será relevado en los próximos días de su puesto por el director de Desarrollo y Planificación del ente público, Álvaro Rodríguez Dapena, ingeniero próximo a la nueva secretaria de Estado de Transporte, Isabel Pardo de Vera.
Sobre la decisión, el propio exdiputado socialista, exrector de la UJI y expresidente de la Autoridad Portuaria de Castellón remarcó que es "absolutamente normal" y que entra dentro de lo "lógico" cuando se produce una nueva etapa ministerial. "La vida son etapas, he tenido muchas en mi vida", comentó, además de agradecer la oportunidad.
Una salida que, según fuentes socialistas consultadas por este diario, no agradó a la cúpula del PSPV que lidera el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. En este sentido, y aunque distintos dirigentes aseguraban "entender" que la nueva ministra pudiera diseñar su equipo, también manifestaban su deseo de que Toledo hubiera seguido en un cargo que se considera estratégico para la Comunitat Valenciana. Más aún cuando el exdiputado, pese a ser un nombramiento de Ábalos -cuya familia política se ha caracterizado por ser la oposición interna a Puig-, no ha participado de las cuitas internas.
En este sentido, el relevo de Toledo parece dejar claras dos cuestiones: la primera, que empieza a evidenciarse cierta pérdida de poder valenciano tras la salida de un ministro de la Comunitat en un cargo tan relevante; y la segunda que los dirigentes designados por Ábalos o gracias a su influencia no tienen garantizada su continuidad inmediata. Es el caso del presidente de Enusa, José Vicente Berlanga; la directora general de Seittsa, Cristina Moreno, o el coordinador de Cercanías en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Fulgencio.