VALÈNCIA. Solamente en España, el mercado bursátil mueve al año 9 millones de inversores. Si se compara con el de EE.UU. (50 millones con cerca de 330 millones de habitantes) y el resto del mundo (500 millones), se puede decir que tenemos un mercado bastante robusto. Es una buena noticia porque muchos son los expertos que ven en La Bolsa el reflejo real de la economía de un país.
Las Bolsas de Valores cumplen tres funciones principales: ayuda a la financiación de las empresas; sirven de foro para la valorización de las mismas y abren la puerta al intercambio de capitales.
La lástima es que esas puertas no se abren a todos por igual. No porque las restricciones legales lo impidan sino, por desinformación y falta de conocimiento financiero. Al menos eso es lo que opina Juan Luis Fernández Martínez, catedrático de Matemática Aplicada en la Universidad de Oviedo. Para facilitar el acceso a la Bolsa a cualquier persona interesada en mejorar la rentabilidad de sus ahorros ha fundado este profesor, junto al joven doctor en Matemáticas e Informática Lucas Fernández Brillet, una startup denominada StockFink.
Con ella han creado un algoritmo basado en técnicas de inteligencia artificial que permite predecir el comportamiento de las acciones bursátiles en el plazo de siete días. “Nuestro objetivo es democratizar la inversión en bolsa”, aseguran. La herramienta analiza cada día los mercados financieros (Ibex35, IbexC, IbexS, Nasdaq-100 y Euro Stoxx 50) y, en base a los resultados, envían cada noche a los suscriptores un documento en formato pdf con las predicciones de las variaciones de los distintos valores.
En StockFink solo predicen y aportan datos para la toma de decisiones. Ni recomiendan ni te acompañan en la inversión porque el objetivo final es empoderar a los pequeños inversores. Que sean ellos mismos quienes aprendan a gestionar sus finanzas. No obstante, para mejorar la experiencia, antes de convertirse en suscriptor de StockFink es preciso realizar un curso de formación online que dura dos horas al precio de 40 euros. Además de las nociones básicas sobre el mercado bursátil, el curso incluye un mes de predicciones gratuitas para que el alumno vaya aplicando los conocimientos que adquiere.
También en Ninety Nine, creen que el mercado bursátil tienen a la desintermediación, aunque ellos se presentan como un broker online. La idea original corresponde a Javier Sanz Álvarez (CEO) quien, interesado en invertir en Bolsa, se resistía a pagar las elevadas comisiones que reclamaban los brokers.
Residente entonces en Estados Unidos seguía los pasos de una startup de éxito, Robinhood -ahora con más problemas y de la que reniegan-, así que decidió articular un proyecto similar junto a Carlota Gómez, procedente de la banda de inversión.
Autorizada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Ninety Nine es una aplicación para todo aquel que quiera invertir en Bolsa en las mejores compañías del mundo, como Coca-Cola, Google, Netflix o Amazon sin cobrar comisiones y con la posibilidad de transferir dinero de forma inmediata y retirarlo en el momento que decidan.
Cuando arrancó este neobroker la forma que tenía de monetizar era a través de una tarifa plana establecida en función de la cantidad a invertir. Esta fórmula ya ha desaparecido y lo han sustituido cobrando una comisión fija del 0,5% por cambio de divisa, 5 euros por las transferencias instantáneas y 25 euros por valor si decides traspasar tu cartera a otra plataforma de inversión.
Facilitar el acceso a las altas rentabilidades del mercado inmobiliario institucional es el motivo que dicen perseguir en wecity, auspiciada por Merry del Val, Antonio Mañas y José Navarro. Se trata de una plataforma tecnológica de crowdfunding inmobiliario que se propone como fuente de financiación alternativa a los promotores y abre al gran público la posibilidad de invertir en el mercado inmobiliario institucional.
Autorizada también por la CNMV, la propuesta se orienta a dos clientes principales. Están, por un lado, los promotores, a quienes aportan una nueva vía de financiación. Por otro lado, se encuentra el gran público poniendo al alcance de cualquier inversor los activos del mercado inmobiliario institucional, antes solo reservados a una minoría. “Tenemos la vocación de democratizar la inversión inmobiliaria y dar acceso a sus altas rentabilidades a todo inversor que se registre con nosotros”, declaran.
Aunque distinguen entre inversor acreditado (sin límites de inversión), abren también la plataforma a ahorradores más profanos y con tickets de inversión inferiores para democratizar las oportunidades del acceso al mercado inmobiliario en tres tipos de activos: residencial, retail y oficinas-logístico. En este sentido, el nicho al que se dirigen es, pues, ese grupo de ahorradores con pocas opciones en inversión en este momento, más allá de la bolsa.
Democratizar la inversión forma también parte del discurso de la fintech española Alter5, una plataforma que cuenta ya con más de 50 inversores institucionales con el foco puesto en inversiones en energía limpia. Se presentan como una plataforma de tecnología financiera “que brinda acceso directo a una amplia gama de inversiones sostenibles seleccionadas”.