VALÈNCIA. El Instituto Coordenadas acaba de elaborar un estudio en el que considera que los impuestos a la banca y las empresas energéticas son “dañinos” en un momento de riesgo de recesión para España.
En el actual escenario a corto y medio plazo nada halagüeño para las economías internacionales, el vicepresidente ejecutivo del Instituto Coordenadas, Jesús Sánchez Lambás, considera que “el anuncio de tributos o gravámenes como golpes de efectos supone una práctica arbitraria y dañina, y mucho más en momentos como los actuales, en los que hay riesgo elevado de recesión”.
Este tipo de gravámenes sorpresivos pueden suponer, según el Instituto Coordenadas, una destrucción de riqueza superior a la presumible recaudación que generará, incluso aunque se lograran los ambiciosos objetivos de recaudación anunciados por el Gobierno. También el Instituto de Estudios Económicos (IEE) los considera “exagerados”, como ya ocurrió en su momento con la denominada 'tasa Tobin' y los impuestos sobre determinados servicios digitales.
El Instituto Coordenadas critica que en ningún momento el Gobierno ha hecho alusión a las políticas monetarias expansivas del Banco Central Europeo (BCE), con inyecciones de liquidez y compras masivas de deuda pública a lo largo de muchos años, que han llevado la ratio Deuda/PIB a máximos inéditos del 120%.
Según datos del Instituto de Estudios Económicos (IEE), estas medidas acarrearán cerca de 72.000 empleos destruidos en banca y energía, de los cuales cerca de 35.000 procederán de los primeros (un 48%) y el resto lo sufrirán las plantillas de eléctricas, gasistas y petroleras.
Asimismo, el IEE considera que incrementar impuestos a la banca es una medida “ineficaz e ineficiente” que no ayuda a controlar la inflación. Además, la irrupción de impuestos es una muestra de presión regulatoria que impacta de manera negativa en la ‘percepción país’ para inversores extranjeros. Es un parámetro que caracteriza la inseguridad jurídica, reflejado en el incremento de prima de riesgo de 20 puntos básicos nada más conocerse la noticia. En lo que va de año, se ha ensanchado casi 50 puntos básicos, hasta rondar los 120 puntos de diferencial con Alemania.
Los expertos consideran que la prima de riesgo no tiene por qué aumentar si suben los tipos de interés, como ocurrió el pasado 21 de julio, cuando el BCE incrementó por primera vez en 11 años el tipo oficial del dinero, desde el 0,25% al 0,75%. Una subida algo superior a la prevista, precisamente, para contener la inflación.
La prima de riesgo mide la diferencia de rentabilidad entre el bono de referencia español y el alemán. Es el principal indicador para comprobar la percepción del mercado sobre la solvencia de España. Ha empeorado en 45 puntos en 2022.
Mientras las cifras de PIB sobre España se revisan a la baja, la recaudación fiscal está en máximos históricos. La recaudación, en términos de PIB, se ha incrementado desde el 39,3% en 2019 hasta el 41% a finales de 2021, es decir, un aumento de la presión fiscal de casi dos puntos. Y eso, antes de anunciar los citados nuevos gravámenes.
Hacienda ingresó en los seis primeros meses del año un 18,2% más que en el mismo periodo del año anterior. Por su parte, el Excedente Bruto de Explotación (EBE) de las empresas sigue en un 6,1% por debajo de las cifras prepandemia.
Las estimaciones de PIB de España han sido recortadas en los últimos tiempos por diferentes instituciones relevantes. En abril, el Ministerio de Economía rebajó casi a la mitad la expectativa de un 7%, hasta el 4,7%. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF) también rebajaron sus previsiones económicas sobre España.
El FMI lo hizo en 8 décimas porcentuales, hasta el 4%, mientras que la Airef lo hacía en tres décimas, hasta el 4,2%. Para 2023, sus previsiones son más negativas, hasta el punto de que el Ejecutivo las ha retocado ligeramente a la baja, en 8 décimas, hasta el 2,7%, culpando a las tensiones internacionales.
La industria financiera ha vivido años de tipos de interés negativos, que han causado que el negocio ordinario fuera siempre deficitario. Una vez llega una cierta normalización, que en ningún caso aflorará antes de un ejercicio a las cuentas de resultados, aparece ese gravamen sobre la normalización.
Por lo tanto, según el Instituto Coordenadas, será inevitable que se produzcan recursos en los tribunales de justicia. La anulación total o parcial de los impuestos, ya sea por motivos de retroactividad, de vulneración de la capacidad económica o, incluso, formales, tendrían un posible coste añadido para los contribuyentes españoles en el medio plazo, que se sumarían a los efectos nocivos para la inversión.