opinión

El Ibex 35 vuelve a dar la nota bajista entre los principales índices

Los componentes del indicador español son crónicos en la remuneración por dividendos, algo que sabemos que reduce el precio de la acción como explica el analista

6/06/2022 - 

MADRID. El selectivo español ha dejado claro que sólo funciona bien cuando el contexto del mercado favorece a valores ligados a sectores defensivos, proinflacionarios y vinculados a las decisiones de política monetaria de subidas de tipos de interés. También tiene relativa importancia que la marca de máximos alcanzada el pasado lunes entre los 8.950 y los 9.000 puntos, es una resistencia irrompible que genera presión sobre la plaza española desde el último año. Pero además, mantiene una corrección crónica que se mantiene desde los máximos históricos de 2008 cuando el índice superó la marca de los 16.000 puntos.

¿Qué quiere decir esto? Pues que desde la gran crisis financiera de 2008, el selectivo español ha venido desarrollando de manera concatenada máximos decrecientes que fortalecen el contexto de que algo extraordinariamente bueno e importante ha de ocurrir para que los inversores apuesten por el mercado español. Y este, por lo tanto, pueda superar esta resistencia descendente, que a día de hoy se antoja estar en los 9.400 puntos.

Los componentes del índice son crónicos en la remuneración por dividendos, algo que sabemos que reduce el precio de la acción y que sin una guía de negocio clara los inversores no apuestan por recuperar. Seguimos ante una filosofía en la que los inversores siguen comprando una política de dividendos que se financia o bien con ampliaciones de capital o incrementos en el endeudamiento o peor, la retribución con nuevas acciones que diluyen cada vez más la representatividad de los inversores en general. Ya que muchos de ellos prefieren recibir el dividendo y a su vez, perder representatividad en su posición sobre la cotizada.

Aunque vemos esfuerzos por incorporar nuevos sectores al índice, como por ejemplo las farmacéuticas, seguimos sin dar visibilidad a los valores tecnológicos, que son los que realmente aportan los mayores impulsos en épocas de bonanza. Véase el Nasdaq en Estados Unidos o el Dax en Alemania, cuyo comportamiento ha sido más parecido precisamente al del selectivo tecnológico estadounidense.


Sin embargo, nos resignamos a pensar que 'menos mal' que tenemos muchos bancos que nos protegen en momentos de subidas de tipos como el actual; o menos mal que tenemos una gran representatividad de compañías energéticas, sensibles a las alzas de las materias primas como el petróleo o el gas natural.

Todo ello cuando en realidad deberíamos estar incentivando que nuestro sector tecnológico de referencia -el energético vinculado a las renovables- será en el futuro lo que hoy llamamos energéticas. Ya hemos visto cómo la gran dependencia al petróleo y el gas natural y su concentración de origen a un solo proveedor, Rusia, ha puesto de manifiesto la necesidad imperiosa de ayudar precisamente a las renovables a crecer en su negocio.

Necesidad soberana

Ahora sí se nota ese apoyo porque hay una necesidad soberana, y nunca mejor dicho, de las naciones a luchar por su autosuficiencia energética a la que no han hecho caso porque todavía estamos pagando las subvenciones reguladas al boom de las renovables precisamente en el periodo 2008-2012.

En conclusión, lo que quiero decir es que tenemos delante de nosotros una de las mayores oportunidades de crecimiento empresarial, laboral y económico, de desarrollo tecnológico, innovación e inversión en I+D, sostenibilidad, de cumplimiento de los criterios ESG y escalabilidad y más importante, de reconocimiento internacional -uno de los principales factores de atracción de capital extranjero- de la historia de España, mientras algunos parece que todavía no se han dado cuenta.

Darío García es analista de XTB

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