VALÈNCIA. La catástrofe de la Dana que azotó la Comunitat Valenciana, y en particular la provincia de Valencia, el pasado 29 de octubre ha obligado a todo el Consell a modificar sus agendas y centrar su actividad diaria en la gestión del día de después de la tragedia: a Infraestructuras, habilitar transporte que supla las faltas de conexiones por carretera y tren; a Sanidad, controlar y analizar el suministro de agua potable en los municipios afectados, así como llevar un seguimiento de las posibles enfermedades que surjan en la "zona cero"; o a Educación, redistribuir a los menores cuyos centros escolares han sido arrasados en otros colegios e institutos de la provincia, entre muchas cuestiones.
En el caso de la Conselleria de Hacienda, tampoco la actividad ha continuado con normalidad. La Dirección General de Función Pública que dirige Javier Lorente, por ejemplo, tomó al decisión la semana pasada de aplazar los exámenes de oposiciones más inmediatos -previstos para el 23 y 30 de noviembre- al próximo mes de febrero para que ningún aspirante se pudiera ver afectado por la dificultad de las conexiones y transporte que sufren numerosos municipios. También los Presupuestos de la Generalitat de 2025, que debían haberse aprobado dos días después, el 31 de octubre, en un pleno extraordinario del Consell pudieron presentarse.
La intención en el gobierno valenciano era posponer la presentación el menor tiempo posible para poder llegar a tiempo a que fueran aprobados por Les Corts Valencianes antes de que finalizara el ejercicio actual, antes del 31 de diciembre. Algo que, sin embargo, hoy por hoy nadie en el Consell asegura. Incluso, son más las voces que dan por hecho que el escenario más probable es el de la prórroga de las cuentas ante la imposibilidad de cumplir con toda la tramitación parlamentaria antes del 1 de enero de 2025. La prórroga, en ese caso, es automática, con independencia de lo que se tarde en aprobarlos ya iniciado el año.
La tragedia, según explican fuentes del Ejecutivo y fuentes parlamentarias, obliga ahora a rehacer casi por completo los Presupuestos de la Generalitat. Más aún cuando, explican, la legislatura va a estar condicionada por la recuperación y reconstrucción de la Comunitat, y en particular de los municipios con los que la dana se ha cebado: industria, comercios, viviendas... todo requiere un diseño de las cuentas distinto al que se había planteado antes de que todo esto ocurriera. O dicho de otro modo: los presupuestos para 2025 que se habían dibujado, ya se han quedado antiguos. Hay que modificar partidas, crear fondos específicos e incorporar fondos europeos que se puedan recibir para la recuperación.
En Les Corts Valencianes, además, también insisten en que la prórroga ahora mismo es el escenario más probable. Y no solo por que el gobierno deba rehacer las cuentas, sino también por el margen que deja el calendario a que todavía pudieran validarse los presupuestos antes de que acabe el año. Un margen que, según fuentes jurídicas consultadas por este diario, a día de hoy ya no existe. "Al 99% va a ser imposible aprobar un presupuesto antes del 31 de diciembre", sostienen.
Lo cierto es que al rediseño por parte del Consell, le sigue todo un periplo parlamentario de cerca de mes y medio de tramitación. En primer lugar, el nuevo proyecto de ley debería ser aprobado por el Ejecutivo valenciano para más tarde remitirlo al Parlamento y que este lo publicara en el Boletín Oficial de la Comunitat Valenciana (BOCV). Una vez estuviera lista la publicación, debería celebrarse una reunión de la Mesa de Les Corts y una Junta de Síndics para ordenar la comparencia de los consellers para que explicaran las partidas de sus departamentos para el próximo ejercicio. Un trámite con el que ya habría transcurrido, al menos, una semana.
En este punto, conviene apuntar que si se produce finalmente una reestructuración del Consell esta semana, esto obliga a que el rediseño de las cuentas se realice ya después de estos cambios internos con los consellers definitivos ya en sus nuevos cometidos. Un matiz con el que las fuentes jurídicas de la Cámara consultadas concluyen: "Si la presentación de los presupuestos se va ya a la semana que viene, no habrá presupuestos antes del 1 de enero".
En cualquier caso, tras la comparecencia de consellers, se abriría el plazo de enmiendas a la totalidad y después debería celebrarse un debate de totalidad. Incluso, explican fuentes jurídicas, aunque ningún partido presentara enmiendas a la totalidad del texto legal. "Haya o no haya enmienda a la totalidad, hay que hacerlo", sostienen. Una vez vencido ese trámite, Les Corts abrirían plazo para que los grupos parlamentarios registraran sus enmiendas parciales, que deberían primero traducirse y más tarde ubicar en función de la parte del articulado de la ley a las que se presentaran para poder posteriormente publicarlas.
Todo esto, no podría tener lugar en menos de dos semanas. "Es inviable", explican fuentes parlamentarias a este diario. Y, aún así, toda la burocracia no habría acabado ahí: las enmiendas deberían debatirse en comisión, votarse y finalmente celebrarse el pleno final.
En el escenario más optimista, explican, podría darse la situación de que se aprobaran los presupuestos un 31 de diciembre "si todos corremos mucho". Pero para ello, añaden, el Consell debería presentar las nuevas cuentas esta misma semana. Algo que, no obstante se da por descartado con la previsible reestructuración y dado que ahora mismo el Consell se halla sumido en el seguimiento diario de los avances que se producen en las zonas afectadas. Presidencia, además, se centra especialmente en la comparecencia a la que debe enfrentarse Carlos Mazón el próximo jueves 14 en Les Corts Valencianes, donde comparecerá para explicar la gestión de la dana que ha hecho su gobierno.
Esto, eso sí, no quiere decir que no vaya a haber nuevas cuentas para el año que viene, sino que las actuales se prorrogarán más allá de 2024 hasta que se validen unas nuevas ya a partir del año que viene. Por lo pronto, este martes se celebrará una Mesa de Les Corts y una Junta de Síndics donde está previsto que se rehaga el calendario parlamentario tras la alteración del actual.