ELCHE. El confinamiento y la restricción de la movilidad ha hecho que en las grandes ciudades de los países donde se han adoptado estas medidas la emisión de dióxido de nitrógeno (NO2) —proveniente de los combustibles fósiles, es decir, el que se genera con el tráfico— y otros gases contaminantes se haya reducido drásticamente. España no es la excepción y un informe publicado el 31 de marzo por Ecologistas en Acción sobre esta situación muestra en las 24 principales ciudades que la contaminación del aire urbano ha caído un 55 % durante la segunda quincena del mes de marzo. Sin embargo de Elche —al igual que Cartagena— no hay datos porque sus estaciones de medición están en emplazamientos de 'fondo urbano', es decir, estaciones que no están influenciadas ni por el tráfico ni por la industria, las que representan la contaminación de una zona, y que por tanto muestran una concentración más diluida de las emisiones.
El colectivo no las considera representativas porque sendas estaciones, una en el Parque de Bomberos y otra instalada en el Parque Agroalimentario, no miden la contaminación urbana de puntos clave para el tráfico, sino esa contaminación "de fondo", el aire representantivo de un entorno o zona, que además en este caso, también registra las emisiones de Santa Pola y Crevillente. Sin embargo, hasta el año 2007 aproximadamente sí existía una estación de medición urbana, 'de tráfico', ubicada en la Avenida de la Libertad, y que rebasaba con creces la emisión legal permitida en todas las partículas. En 2006 superó durante 126 días el nivel de polución máximo aconsejable. Fue dada de baja en octubre de 2007. Unas cifras que se miden según los niveles de partículas microscópicas sólidas o líquidas en suspensión en la atmósfera (PM). En el gráfico se ve el caso de las partículas grandes (PM10). Según han denunciado los ecologistas, se quitó para no registrar esas altas cifras y por ello se mantienen únicamente las dos de fondo urbano, que registran menos cantidad.
En cualquier caso, la Generalitat ha acordado con el Ayuntamiento cambiar de lugar la de fondo urbano del Parque de Bomberos, a priori por uno de esos puntos críticos —como lo son también la Avenida Vicente Blasco Ibáñez, según indican los estudios de la UMH—, aunque está por determinar. Con la actual situación de emergencia se ha quedado en punto muerto. El problema que hay con la contaminación de avenidas de mucho tráfico como las mencionadas es que la concentración es tan alta que no da tiempo a que esas micropartículas se diluyan, por lo que los vecinos cuyos edificios dan a estas calles soportan bastante más contaminación que zonas con menor tránsito, lo que puede acarrear problemas de salud a medio o largo plazo, con cada vez más pruebas que lo relacionan con el surgimiento de casos de asma. Según otros estudios, se plantea que las PM1, es decir, partículas de una micra o menos, pueden llegar incluso al torrente sanguíneo.
Con todo, las estaciones de fondo urbano han mostrado que en comparación a las mismas fechas del año pasado se han rebajado en al menos un 50% las PM de NO2, por lo que si están ubicados en lugares con menor densidad de tráfico, en los puntos críticos el descenso habrá sido mayor. Pero al no tener estaciones en estos sitios, no es medible por el momento. Tan solo se pueden conseguir con los datos que recaba el Laboratorio de Contaminación Atmosférica de la UMH con el que hay un convenio que se va renovando para medir el aire en diferentes puntos. El inconveniente es que se hacen dos oleadas al año y la primera correspondiente a finales de 2019 y el presente curso aún no se ha registrado, por lo que habrá que esperar para ver los valores de las emisiones en las zonas sensibles. Ya detectaron el año pasado esa zona donde más había, entre la Avenida de la Libertad y Vicente Blasco Ibáñez, superando de nuevo con creces los valores indicados por la OMS.
Por último, para las estaciones de fondo hay que tener en cuenta que con este tiempo inestable, se pueden confundir las cifras de las emisiones de estos gases, y en la estaciones existentes como la del Parque de Bomberos, hay que recoger los filtros cada dos semanas para cerciorarse del volumen de PM. La bajada será obvia, como indican los gráficos. No obstante, en el marco general, el reto es rebajar esas cifras. Los límites legales incluso con su trasposición europea de las emisiones se cumplen a cuentagotas. La OMS ha tenido que relajar los límites porque si no prácticamente todas las grandes ciudades de cada país superarían estos valores. Pero aún con los actuales, más laxos, son más restrictivos que los de cada país. Cada uno los adapta según su posición.
Según los estudios del Departamento de Epidemiología y Bioestadística del Instituto de Salud Carlos III, la mortalidad atribuible por la exposición a corto plazo a las partículas, el dióxido de nitrógeno (NO2) y el ozono, por causas naturales, respiratorias y circulatorias, ascendería en conjunto en España a una media de 10.000 muertes anuales. Pequeñas reducciones en los niveles de estos contaminantes pueden ser determinantes para salvar vidas, en el corto plazo. A nivel local, el equipo de gobierno está impulsando el Plan Centro para lograr una movilidad más sostenible y respetuosa con el peatón. De momento tan solo en el centro de la ciudad.