en la frontera / OPINIÓN

Elche: Las Clarisas, hotel o ruina 

12/12/2021 - 

Han pasado casi 15 años desde que el Ayuntamiento de Elche se hizo con la propiedad del convento de Las Clarisas a cambio de una permuta urbanística que incluía la construcción de un nuevo recinto para las monjas casi en la ladera del Vinalopó, cerca de la antigua Fábrica de Ferrández. La operación la ejecutó Diego Macià en la etapa final de su último mandato y ya entonces se barajó la idea de destinar este noble edificio, con una de las pocas fachadas renacentistas que se conservan en Elche, para usos hoteleros. De hecho hubo contactos formales con la empresa pública Paradores Nacionales que puso distintas pegas, algunas subsanables. Y ahí quedó la cosa. Han pasado casi tres quinquenios, varios alcaldes (Mercedes Alonso, Alejandro Soler) y volvemos al punto de partida, a la idea primigenia que albergó Macià y que ahora recoge su discípulo político, el alcalde Carlos González.

Una historia circular y un tiempo de oro en el que ha habido tímidos conatos, casi todos fallidos, de reconvertir el edificio como centro cultural: como mucho, podemos hablar de mini-usos. Alguna que otra exposición en el claustro, algún que otro concierto, alguna que otra conferencia o presentación de un libro, y pare usted de contar. Bueno, me salto una intervención casi épica de Asun Noales y Otra Danza en la capilla: acababa de perder las elecciones doña Alonso.

Reconvertir el conjunto monumental en un centro cultural como dios manda, en pleno corazón histórico de Elche, requeriría de una inversión multi-millonaria en función directa de una rehabilitación integral puesto que hay áreas muy degradadas. ¿Tiene riñón el Ayuntamiento para eso? No. ¿Tendría riñón la Generalitat para apoyar una iniciativa de estas características? Sí. ¿Se ha planteado en cualquier caso un proyecto serio y singular de usos cívicos/culturales para el antiguo convento? Rotundamente no. Entendamos, para ser gráficos, como proyecto singular la sede del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) en Alcoy. O la rehabilitación de Las Cigarreras en Alicante, con fondos europeos. O el proyecto de ampliación del Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA). Hay que ser realistas: en Elche, y desde hace ya años, las apuestas por la cultura son confusas; o difusas; o inexistentes. Y no será tampoco por falta de espacios: muertos de risa o cerrados a cal y canto. Que no se me enfade la concejala del ramo, Marga Antón, por favor: me limito a describir de un mal que empieza a ser endémico y que es anterior a ella.

Los empresarios Francisco Sanmartín y Jesús Vicente han planteado una propuesta formal ante el Consistorio para reconvertir Las Clarisas en un hotel coqueto, de cuatro estrellas, con 32 habitaciones, y una inversión de 7 millones de euros, como avanzaba el otro día, en este mismo periódico, Pablo Serrano. Habría que concretar el régimen de concesión y el canon correspondiente. Expuesto todo lo expuesto en estas líneas, a mí me parece de antemano una idea atrevida e ingeniosa que reportaría beneficios para la dinamización del centro de Elche: vida diurna y nocturna, que es lo que hace falta. ¿Qué ganamos con edificios emblemáticos para usos terciarios que cierran a las 5 de la tarde? Yo creo que nada. Hay un antecedente sonoro: la desaparición del Hotel Palas de Alicante, en plena fachada marítima, para su reconversión en oficinas municipales: finales de los años noventa.

No sé que opinará el grupo municipal de Compromís con lo del hotel de Las Clarisas: tan puristas como son en todo lo tocante al patrimonio histórico (corramos un velo con el Mercado Central), y tan alérgicos como suelen a ser a la colaboración entre lo público y el sector privado. Sí que ya hay conatos plataformeros, muy respetables, algunos muy próximos a Compromís, para reivindicar un uso cultural para el convento. Son los mismos, o parecidos, que bramaron en su día en contra de la cesión de los antiguos juzgados para la Universidad del CEU que al fin y a la postre está funcionando como un motor importante de dinamización de otra de las zonas históricas de Elche: El Pla.

Yo albergo el barrunto de que el principal escollo que van a tener que sortear los promotores de esta idea (Ayuntamiento y empresarios) es el plácet de la Conselleria de Cultura y de sus técnicos del departamento de Patrimonio (Las Clarisas son un bic, bien de interés cultural). Una conselleria dirigida por Compromís, Vicent Marzà, que ya abortó una idea con bastantes paralelismos: la reconversión del cine Ideal de Alicante para un gran hotel según el plan que formalizó el grupo Baraka. Eran tantas las exigencias de rehabilitación (incluso de elementos ornamentales absolutamente degradados o fulminados por el paso del tiempo) que al final tuvieron que desistir. Si la Generalitat no compra y rehabilita El Ideal (el importe sería muy similar a la cifra que se baraja para Las Clarisas de Elche) solo hay un futuro: ruina y demolición. Ojalá que eso no pase en Elche.

CODA: Los premios Miguel Hernández a la cultura alicantina que acaba de instaurar la Diputación tienen su cosa. Veinte distinciones, nada más ni nada menos. Yo creo que en dos años se les agota el repertorio. Y, lo que es peor, un mezclote con escaso sentido. Y fallos de bulto: catalogan al Grup de Reüll en la categoría de nuevos creadores cuando llevan tres décadas dinamizando los pueblos de La Marina Alta con iniciativas como la del Art al Carrer. Mezclote insufrible: distinguir el Misteri d’Elx, que ya es Patrimonio de la Humanidad, no tiene ni pies ni cabeza, y menos aún meterlo en el saco de cultura popular (La Festa tiene sustratos de música culta, tanto en las partes más antiguas como en la polifonía barroca). Mezclar El Misteri con la Coral Crevillentina... mejor me callo. Y, en todo caso, no enterarse de que Manuel Gutiérrez Aragón, en compañía del ilicitano Pablo Más, está confeccionando un documental sobre El Misteri, son ya muchas ganas de no enterarse. Que nadie se enfade por favor. Que nadie se espante, querida P. Zennnnnnnnnnnn.

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