ELCHE. El Dátil de Oro, el que fuera restaurante emblemático del Parque Municipal durante los últimos años, ya es oficialmente historia. El juez ha aprobado el plan de liquidación tras el concurso de acreedores en el que entró el restaurante en el año 2016 y por el cual estuvo varios meses en standby, esperando la resolución del concurso, aunque cuando llegaron las vacaciones de navidad, al inicio de este año ya advertían que no sabían si volverían al trabajo. Ahora, el Ayuntamiento trabaja para licitar la próxima concesión.
Una situación que se remonta a 2015, cuando la cooperativa que gestionaba el restaurante solicita voluntariamente un concurso de acreedores tras cuatro años de pérdidas por la crisis —reduciendo su factura a la mitad— y que se aprueba en 2016. A principios de este año la situación ya parece sentenciada para la quincena de trabajadores que estaban tanto en el Dátil de Oro como en el restaurante del Parque Deportivo y los cinco miembros de la cooperativa. El 27 de diciembre se remitía el cese de actividad y ya el 11 de mayo de este año se aprueba el inicio del expediente para resolver la concesión de la obra pública del restaurante del Parque Municipal —el Dátil de Oro— y el del Parque Deportivo. Con la situación concursal de por medio, el Ayuntamiento estaba a la espera del auto del juzgado para declarar la disolución de la sociedad, que ya no existe; tan sólo como persona jurídica porque tiene que seguir con los planes de liquidación, lo que ahora ha aprobado el juez, para cerrar cuentas, pagos, venta de patrimonio… Una operación que podría alargarse años.
En cualquier caso, desde la administración local ya se está trabajando en la licitación para un nuevo inquilino en el Parque Municipal, ya que es uno de los atractivos turísticos de la ciudad. De hecho, la Asociación de Empresas Turísticas de Elche (Aete), ya instó al Consistorio a que acelerara el proceso para que hubiera algún nuevo adjudicatario en este importante enclave en el que el Dátil de Oro tenía la concesión desde 2001 y hasta 2026, pagando un canon anual de 68.000 euros. Sin embargo, teniendo en cuenta el procedimiento, redactando el concurso, sacando la licitación, resolviendo las plicas… es imposible que este verano la infraestructura hostelera tenga a una nueva empresa.
Una tardanza en la que incidió la portavoz de gobierno, Patricia Macià, advirtiendo que son varios meses los que se tarda en poner en marcha un pliego. A esto habría que sumar además la falta de personal en los diferentes departamentos, lo que influye también al tiempo con el que se resuelven o salen a la luz los concursos públicos. Son trámites largos, tardan entre tres o cuatro meses cuando es un pliego fácil. Además todo confluye a su vez con la nueva ley de contratos públicos, lo que puede hacer más largo si cabe el proceso administrativo del que se están encargando los técnicos.
