VALÈNCIA (EP). El Banco de España ha estimado que del aumento de la recaudación del IRPF entre los años 2019 y 2023, que ha pasado de 86.000 a 124.000 millones de euros, 11.000 millones de ingresos adicionales se deben al efecto a la inflación y a la ausencia de adecuación del impuesto al alza de los precios, lo que se conoce como progresividad en frío.
Esta es una de las principales conclusiones que se derivan del estudio 'Los efectos heterogéneos de la inflación sobre la recaudación por IRPF' incluido en su 'Informe Anual 2023' publicado este martes.
El Banco de España apunta a que, según los cálculos de su microsimulador, la recaudación por IRPF habría pasado de 86.000 millones de euros en 2019 a 124.000 millones en 2023, lo que supone unos ingresos extra de 38.000 millones, y añade que de haberse indexado el IRPF desde 2019 hasta 2023 de acuerdo al IPC del año anterior, la recaudación habría sido de 11.000 millones menos.
En cuanto a la recaudación del IRPF en porcentaje del PIB entre el año 2019 y el ejercicio 2023, la mitad de estos ingresos se deben al efecto de la subida de la inflación en estos años, dado que el impuesto no se ha deflactado.
En concreto, los cálculos de la autoridad monetaria apuntan a que del incremento del 1,6 puntos porcentuales del PIB de la recaudación por IRPF entre 2019 y 2023, pasando del 6,9% al 8,5%, la progresividad en frío, esto es, la no deflactación del impuesto, explicaría aproximadamente la mitad de dicho aumento (0,8 puntos del PIB) y la otra mitad se explicaría por el mayor crecimiento de la base tributaria del IRPF respecto al crecimiento del PIB.
Asimismo, la progresividad en frío también tiene consecuencias en los tipos efectivos que pagan los contribuyentes. Así, los tipos medios efectivos del IRPF se habrían elevado desde el 12,8% en 2019 hasta el 14,7% en 2023, y un 70% de este aumento, precisa el Banco de España, lo causaría el efecto de la progresividad en frío.
Igualmente, estima que, en ausencia de cambios futuros en la normativa del IRPF, el tipo medio efectivo del impuesto podría alcanzar el 15,3% en 2025, un 20% mayor que en 2019.
De cara a los próximos años, el organismo calcula que no deflactar el IRPF este año ni el siguiente subiría los ingresos del impuesto hasta el 9% del PIB en 2025, lo que se traduciría en un incremento de la recaudación del 29% respecto a 2019, antes de la pandemia.
La autoridad monetaria precisa que, en cambio, si los parámetros actuales del IRPF se actualizasen en 2024 y 2025 con el IPC del año precedente, la ratio del IRPF sobre el PIB se situaría en un 8,6%, cercana a su valor de 2023, aunque aún un 24% superior que en 2019.
El Banco de España apunta que el elevado dinamismo de los ingresos públicos en España en los últimos cuatro años viene explicado, fundamentalmente, por el fuerte crecimiento de la recaudación procedente del IRPF, que se debe al crecimiento de la base imponible porque hay más empleados y pensiones más altas, pero también a la mejora de los salarios y al impacto de la inflación en los ingresos.
El organismo dirigido por Pablo Hernández de Cos estima que de los ingresos extras del IRPF derivados de la progresividad en frío, esto es, de no indexar el IRPF a la inflación, el 52% de debe a no actualizar con la inflación los beneficios fiscales (reducciones y deducciones sobre todo) y el otro 42% se explica por el alza del tipo marginal que pagan los contribuyentes como consecuencia de la mejora de sus salarios para adecuarlos al aumento de los precios.
En cuanto al impacto concreto de la progresividad en frío por niveles de renta, o deciles de renta en la terminología del Banco de España, para los declarantes con unos ingresos de hasta 19.873 euros anuales (decila cuarta), el incremento de su renta da lugar a aumentos relativos muy elevados de su cuota tributaria si no se actualizan los beneficios fiscales con el IPC, dado que suponen una parte muy importante del cálculo de su cuota tributaria.
En cambio para las rentas más altas, más de 54.000 euros anuales, el efecto de la progresividad en frío está causado en mayor medida por la progresividad de las escalas del gravamen, dado que el peso de beneficios fiscales en su cuota tributaria es menor.
Por otro lado y en términos generales, el Banco de España destaca que el efecto de la progresividad en frío provoca una reducción de la desigualdad de la renta, en la medida en que supone un incremente generalizado de los tipos medios efectivos a lo largo de toda la distribución de la renta.
A la vista de estos datos, la autoridad monetaria propone en su 'Informe Anual' una "revisión integral" del sistema tributario español, y apuesta por incrementar el peso relativo del IVA y de la imposición sobre el consumo, "que genera menores distorsiones sobre los mercados de factores y productos".
Asimismo, afirma que los potenciales efectos distributivos negativos que, en ocasiones, están asociados a la tributación sobre el consumo podrían evitarse dedicando parte de la recaudación a transferencias compensatorias a los colectivos vulnerables perjudicados.
"Los beneficios fiscales que se aplican a la tributación sobre el consumo en España suponen un gasto considerable (unos 53.000 millones de euros en 2022), que se debería revisar y evaluar en función de su eficacia y eficiencia", subraya.
En la misma línea y en materia del IRPF, propone ampliar la base imponible del IRPF "mediante la reforma o eliminación de diversas reducciones", y aboga por ampliar también la fiscalidad medioambiental, un ámbito en el que España ha venido recaudando menos que otras economías europeas a lo largo de las últimas.
Por último, señala que el avance de la digitalización y la globalización de la actividad económica exigen mantener los esfuerzos para "coordinar y armonizar el sistema fiscal a nivel internacional", tal como se está llevando a cabo, por ejemplo, en lo relacionado con los acuerdos de tributación internacional alcanzados en el marco de la OCDE y el G20.