VALÈNCIA. La decisión de Volkswagen de construir en Sagunt una gigafactoría de baterías tiene muchas aristas. Más allá de las capacidades logísticas, portuarias y el personal cualificado de la provincia, motivos que propiciaron la elección, existen otras variables que, aunque no fueron determinantes, también tuvieron su peso para declinar la balanza a favor de la candidatura valenciana. Porque la futura instalación no solo supondrá un revulsivo industrial para Valencia, sino que su impacto tendrá eco en todo el arco Mediterráneo y, por tanto, en el resto de provincias de la Comunitat.
La proximidad de Sagunt con la provincia castellonense y sus infraestructuras también ha jugado un importante papel en las negociaciones para atraer al gigante alemán. De entre ellas, el aeropuerto de Castellón (Aerocas) se erige como una pieza clave del entorno que facilitará el trabajo en la futura planta.
Tanto es así que, según explican a este diario fuentes del gobierno valenciano, aunque su consideración no fue decisiva, los directivos de la multinacional sí que valoraron el aeródromo por su cercanía y las sinergías que se podían generar tanto para la compañía como para su futuro parque de proveedores en el polo logístico de Parc Sagunt
En este sentido, cabe recordar que el Grupo Volkswagen cuenta con una flota de aviones propia para facilitar la movilidad de sus directivos. Los servicios aéreos del grupo son gestionados por la filial Volkswagen Air Services GmbH, con sede en el aeropuerto de Braunschweig-Wolfsburg, por lo que contar con un segundo aeropuerto de referencia en el entorno de la planta valenciana favorecerá esos desplazamientos.
El aeropuerto de Braunschweig-Wolfsburg no tiene vuelos regulares de pasajeros o de carga. Su operativa se basa fundamentalmente en vuelos no programados de negocios, sobre todo del Grupo Volkswagen, cuya sede central está en Wolfsburgo. El propio Grupo Volkswagen es uno de los accionistas de referencia de este aeropuerto, que presenta varias similitudes con el castellonense.
El aeropuerto de Castellón, de hecho, está gestionado directamente por la Generalitat Valenciana al estar fuera de la red de Aena, lo que le permite tener más flexibilidad a sus cliente a la hora de organizar sus operaciones y fijar sus propias estrategias en función de sus intereses y del tejido económico de su entorno.
Aunque sí acoge rutas comerciales regulares, el volumen actual le permitiría al Aeropuerto de Castellón compatibilizar esa operativa comercial con la instalación de una base de operaciones con flota propia como la que Volkswagen ya tiene en Wolfsburg. Su capacidad le posibilitará compatibilizar los vuelos regulares con la flexibilidad que requieren las operaciones chárter.
La instalación se encuentra a tan solo 74 kilómetros de Sagunt, una distancia que por autovía se recorre en aproximadamente 50 minutos, lo que permite mayor rango de desplazamiento y conexiones aéreas más allá del aeropuerto de Manises, a unos 30 kilómetros, desde Sagunt.
Además, se ha convertido en un potente centro de mantenimiento de aeronaves gracias a la presencia permanente de la empresa cuarentena aeronáutica Brok-air Aviation Group, que acomete una importante inversión en la construcción de un nuevo hangar de mantenimiento de 450 metros cuadrados.
A todo ello hay que añadir, además, que desde el 31 de octubre el aeropuerto de Castellón tendrá un vuelo diario de lunes a viernes con el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas operado por Air Nostrum. Esta ruta, apoyada económicamente por la Generalitat, supone un salto sustancial en la historia de la instalación, que por primera vez va a estar directamente conectada con un hub internacional con lo que ello significa en cuanto a posibilidades de conexión con destinos transoceánicos.
Por tanto, la posibilidad de recurrir a este aeropuerto también llamó la atención de Volkswagen y todo el parque de proveedores que se va a generar y que irá desde empresas de sectores como el químico hasta la automoción. De hecho, según explican las mismas fuentes, los directivos destacaron la presencia de la instalación aérea y se interesaron por otras infraestructuras de la provincia de Castellón como su hospital, por el radio de afluencia tan corto entre el municipio y la provincia del norte de la Comunitat Valenciana.
No solo Parc Sagunt se nutrirá del efecto 'arrastre' de la gigafactoría, sino toda la industria del entorno. De hecho, la propia compañía ya ha manifestado en varias ocasiones que su voluntad es que la planta se sienta como "una empresa valenciana" y que la mayor parte de su tejido auxiliar sea de la región. También, desde la Generalitat reconocen que se les pidió que en la cadena de valor de fabricación de las baterías se recurriera a firmas valencianas en sus compras y solo se buscará en el exterior aquello que aquí no se produce.
Por el momento, el proyecto de Volkswagen sigue a la espera de la resolución final de las ayudas del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) del vehículo eléctrico. En una asignación provisional, la iniciativa de Seat ha recibido 167,3 millones de euros, la mayor ayuda pública de todas las previstas en este Perte. En concreto, de los 167,3 millones que le preasignan, 95,1 millones se le conceden como subvención y 72,1 millones en forma de préstamo. No obstante, esta cuantía podría cambiar en el periodo de alegaciones.
En cualquier caso, los planes de la compañía pasan por comenzar la construcción de la fábrica, que ocupará cerca de 200 hectáreas en Parc Sagunt, a principios del año 2023 para iniciar el periodo de pruebas y lanzar las primeras celdas a finales de 2025. El proceso productivo de las baterías y su ensamblaje en los vehículos eléctricos se prevé que empiece en diciembre de 2026, con una capacidad de producción de 40 GWh, que permitirá el suministro de 800.000 vehículos eléctricos anuales.
Así, la gigafactoría fabricará celdas unificadas de un mismo tamaño para todos los vehículos del grupo empresarial, aunque suministrará principalmente a las plantas del grupo en Martorell y Pamplona. A tan solo 10 kilómetros se instalará una planta de Iberdrola para la generación de energía renovable que suministrará a Volkswagen.