MADRID. En los últimos años se hablaba mucho de la 'represión financiera' y de lo mala que era para los ahorradores, entendida represión financiera como bajos tipos de interés y, como consecuencia, baja remuneración en cuentas corrientes y depósitos.
Esto puede que les quedará muy bien decirlo a los economistas que hablaban de ello, pero la realidad es que el fin de la 'represión financiera' hace mucho daño a los ahorradores. Los mismos que ven como sus fondos de inversión y planes de pensiones de renta fija pierden valor un día sí y otro también, como consecuencia de la subida de los tipos de interés de los bonos en el mercado.
Por ejemplo, la media de rentabilidad de los fondos de renta fija de medio y largo plazo en lo que va de año, es decir, en solo mes y medio es de una pérdida superior al 2%. Y tampoco sube la remuneración de los depósitos porque los bancos tardarán mucho tiempo en repercutir las subidas de tipos a sus clientes.
Pero el fin de la 'represión financiera' no afecta solo a los ahorradores que tienen fondos de inversión de renta fija. También afectará a todos aquellos ciudadanos que tengan un crédito hipotecario a tipo variable. ¿Por qué? Porque, según cambie la tendencia de los tipos de interés, irá aumentando el Euríbor al que van referenciados la mayoría de los créditos.
Ni siquiera hace falta que el Banco Central Europeo (BCE) suba los tipos de interés oficiales. Y cuando lo haga, lo cual probablemente ocurra en el tercer trimestre del presente ejercicio, se notará todavía más.
Víctor Alvargonzález es socio fundador y director de Estrategia de Nextep Finance