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encuentro de expertos y sociedad civil en casa mediterráneo

El urbanismo sostenible, a debate: un arma contra el cambio climático tras muchos errores del pasado

19/09/2024 - 

ALICANTE. El futuro del urbanismo pasa, por necesidad, por un urbanismo sostenible, que sea capaz de soportar los retos y problemáticas a las que se enfrenta el cambio climático, cuyas consecuencias ya se dejan ver en la configuración de espacios como el litoral del Levante español. Una situación agravada, además, por un desarrollo urbanístico en las últimas décadas muy cuestionable. Esta es una de las principales conclusiones del encuentro que acogió ayer la Casa Mediterráneo de Alicante las jornadas tituladas "Del litoral a la ciudad: encuentro entre expertos, ciudadanos e instituciones". Una cita que reunió a expertos especializados en Urbanismo de la Comunidad Valenciana y Murcia junto con asociaciones vecinales en defensa de un urbanismo adaptado a las necesidades del siglo XXI y que ponga por delante criterios de sostenibilidad más allá de los puramente económicos.

La cita la inauguró Paula Fernández-Wulff, directora general de la Agenda 2030, quien puso sobre la mesa el papel del urbanismo en la consecución de los objetivos enmarcados en esa declaración de intenciones formulada por la inmensa mayoría de los países de Europa. Una conferencia de apertura a la que se sumó también Andrés Perelló, director de Casa Mediterráneo.

La primera mesa redonda de la mañana giró alrededor de la "Protección ecosistémica y jurídica del litoral: el Mar Menor". Una ponencia que enfrentó al director general del Mar Menor, Víctor Serrano Conesa, con expertos investigadores universitarios como Francisca Giménez Casalduero (catedrática de la UA y directora del CIMAR) + Santiago Álvarez (catedrático de la UMU y socio de “Nueva Cultura del Agua"), quienes analizaron las causas y consecuencias del colapso de este ecosistema marino, mientras Serrano defendía el trabajo de la administración para recuperarlo.

La segunda mesa de la jornada, "Urbanismo sostenible frente al cambio climático", con la participación de Elena López, CEO de Icatalist, Antonio Prieto, perito judicial geógrafo y Juan de Dios Moreno, Arquitecto del Servicio de Ordenación del Territorio de la Región de Murcia), fue la que puso sobre la mes besos retos de cara al futuro del desarrollo urbano con la necesidad de poner el acento sobre la sostenibilidad. Para Elena López, de Icatalist, esa perspectiva sostenible del urbanismo es una realidad, si bien "aún estamos definiendo cómo la aplicamos". Por su parte, Juan De Dios Moreno puso el acento en la necesidad de unificar criterios, normativas y legislaciones, ya que en algunas ocasiones, como en las acciones llevadas a cabo para la recuperación del Mar Menor, existen diferencias normativas a nivel estatal, autonómica y loca a aplicar en un mismo territorio que pueden llegar a ser contradictorias entre ellas y hacer que allá donde actúe una administración, entorpezca el trabajo de otra pese a compartir un mismo fin. 

Por su parte, Antonio Prieto, puso el foco en las consecuencias del cambio climático en lo que respecta a la configuración urbanística del litoral, con una conclusión poco esperanzadora: en muchas ocasiones, las obras de ingeniería no son más fuertes que la naturaleza, por lo que no se puede hacer nada por frenarla. En este sentido puso ejemplos como el de las casas del Pinet en Elche, donde el mar ha llegado literalmente a las puertas de las viviendas o Arenales del Sol, con el malogrado hotel de la pedanía como ejemplo de cómo en ocasiones "el desarrollo urbanístico debe ser decreciente y es necesario recuperar espacios ante el avance del mar y la pérdida de playa". Lo mismo ocurre con las casas de Babilonia en Guardamar, donde "la  remodelación  de la desembocadura del Segura y su espigón hizo que la aportación de sedimentos del Río Segura fuera a parar a otra playa", ocasionando la pérdida de hasta 60 metros de arena en el municipio en los últimos cien años. 

La cita contó también con talleres y entidades que incidieron en la necesidad de acabar con el urbanismo especulativo, que se desarrolla sin control mermando los recursos del territorio, cada vez más escasos y con la necesidad ya no solo de afrontar los retos que supone el cambio climático de cara al presente y futuro sino también a la hora de corregir errores del pasado que han ocasionado graves daños a la configuración de nuestro territorio.

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