El Elche CF abre mañana una nueva etapa en su casi centenaria historia. Un capítulo más del libro de la nefasta gestión que ha acumulado durante los últimos años y que le ha llevado a tener que marcharse de su casa, en busca de nuevos terrenos de juego para poder ejercitarse. La pérdida de los campos de entrenamiento anexos al estadio Martínez Valero es la punta de un iceberg al que no se le está dando la importancia que merece. Vivimos más entretenidos entre las cortinas de humo que significan vigencia de convenio, estado del terreno de juego o ahorro de gasto que conlleva la operación; que señalando una operación que tarde o temprano traería consecuencias.
Aunque el equipo seguirá alternando el trabajo en anexos y polideportivos, resignado en su nuevo futuro mientras agoniza su presente hasta convertirse en pasado, mañana viernes será el principio del fin de cuarenta años en los que se romperá con la tradición y la comodidad que supone presumir de haber tenido tus instalaciones propias, envidia de muchos otros clubes. Más de cuatro décadas en las que, varias generaciones han acudido a los campos de entrenamientos para ver a sus estrellas. Ahora, en su lugar, se levantará un centro de ocio que será la tumba de un lugar que muchos recordaremos con nostalgia y cariño.
Pero, más allá de sentimentalismos, es importante bajarla al suelo y jugarla en corto. Que las ramas no nos impidan ver el bosque. El Elche CF se ha quedado sin sus anexos porque, aun después de venderlos, poder recuperarlos en subasta y no saber gestionar un derecho de tanteo preferencial; no ha valorado lo que tenía. O quizás sí, pero no el Club, igual otros sí. Pocas explicaciones recuerdo, más allá de un ex consejero franjiverde jactándose en Junta de Accionistas de ser uno de los compradores de los terrenos, sobre el tema. Incluso, si tengo que hacer memoria, recuerdo muchos balones fuera de un presidente, que dice que dimitió cuando en realidad le han finiquitado, cuando se le preguntaba por el tema.
¿Cómo es posible que un derecho de tanteo preferencial (Elche CF) para igualar una oferta no redunde en su beneficio y sean terceros los que lo disfruten (empresarios, constructores, y entre ellos un consejero que, insisto, a la pregunta en Junta de Accionistas (05/02/2018) "se puede saber quiénes son los propietarios (de los terrenos del anexo)" diga "yo soy uno de ellos")? ¿Si es el Elche CF el que los compra (según explican) por qué el Elche los tiene que abandonar? Son esas cosas que sólo pasan en una sociedad anónima deportiva en la que manejan los destinos los que gestionan sin poner un céntimo de euro, y esperan a final de mes que el máximo accionista ponga el dinero sobre la mesa para ellos seguir gestionando. Si, esos, curiosamente los que ya no están.
Es sólo una gota en el océano de problemas que ha vivido el Elche CF durante los últimos años. Algo tan banal como insignificante, o nimio, si lo comparamos con todo lo acumulado pero, gota tras gota, el vaso se acaba llenando para desbordar y la piedra acaba erosionada. De aquellos polvos, estos lodos. Algo que me lleva al presente. Lo que ha hecho el Elche CF es el truco del almendruco. ¿No saben qué es? Se lo explico. Algo tan sencillo como utilizar las almendras inmaduras (almendrucos) para hacer leche que, al estar amarga por el fruto todavía estar verde, se endulza con un poco de miel. ¿Lo entienden? Maquillar los problemas con soluciones rápidas. Endulzar los problemas. Me quedo sin campos porque los vendo, que me busquen otros, y aquí paz y después gloria porque se ha resuelto el entuerto.
Lo más curioso de todo es que la solución al problema, bañada de buena voluntad del Ayuntamiento para encontrar una solución al problema de, recuerdo una sociedad anónima deportiva; se busca de puertas hacia fuera cuando el Club se ha blindado bajo un caparazón accionarial que pretende ser armadura y muralla para sellar la entrada, por ejemplo a las Juntas de Accionistas subiendo el número de títulos para tener voz y voto. Una táctica que me recuerda mucho a un mensaje de la ex concejal de Deportes, Cristina Martínez, "ahogados piden pero luego el Club es suyo". Pues eso. Fue en noviembre de 2015, hace cuatro años. Parece que las cosas no han cambiado mucho. El problema es que sólo sabes lo que tienes cuando lo pierdes, veremos quién es el primero en echarlo de menos.