ALICANTE. El bipartito de Alicante, constituido el pasado mes de junio por 9 ediles del Partido Popular (PP) y 5 de Ciudadanos (Cs), vivió este martes su primera disensión interna con el Teatro Principal como escenario de fondo. En realidad, si se quiere, con una cuestión hasta cierto punto menor: la fórmula en la que se debía abordar el proceso de elección del nuevo director de la sala, y cómo y quién debía plantearla al resto de copropietarios (Banco Sabadell y Generalitat), primero, y a la opinión pública, despúes.
Sin embargo, lo cierto es que por anecdótico que pudiese parecer, el episodio sí permitió que trascendiese públicamente la primera diferencia de criterio entre los dos socios de gobierno. Una disfunción en el engranaje de su colaboración que se produce justo cuando se cumplen tres meses desde que se conformase su alianza, y que pone en crisis el objetivo en el que insistieron los líderes de ambos partidos durante la firma de aquel pacto: que el equipo de Gobierno trabajase realmente como un único equipo, a diferencia de lo que sucedió con el extinto tripartito (PSOE, Guanyar y Compromís) durante el pasado mandato.
Las fricciones surgieron después de que Alicante Plaza adelantase el nombre del realizador Juan Luis Iborra como profesional mejor posicionado para situarse al frente de la sala. Según pudo concretar este diario, la propuesta de su nombramiento se debía plantear en el transcurso de la junta del Teatro Principal, compuesta por representantes de las tres instituciones copropietarias: Ayuntamiento, Banco Sabadell y Generalitat. De hecho, el asunto quedaba recogido como uno de los puntos a tratar en el orden del día de la reunión, bajo el epígrafe de elección del nuevo director o directora.
La propuesta de designación de Iborra partía de la Concejalía de Cultura: una de las áreas municipales de mayor proyección pública entre las que asumió Cs en la negociación del pacto de gobierno (junto con Turismo y Deportes), que recayó en el edil Antonio Manresa. Según pudo precisar este diario, Cultura fue quien contactó con el realizador y cineasta nacido en l'Alfàs del Pi y quien había confirmado que estaba dispuesto a asumir el cargo. El PP, por su parte, era conocedor de ese planteamiento. Es más, según las fuentes consultadas, la propuesta contaba con su aprobación. Los populares coincidían en que Iborra encajaba en el perfil para ocupar la vacante (su último titular, el dramaturgo y actual portavoz municipal del PSPV-PSOE, Paco Sanguino, dimitió en abril) y, consideraban que con él se podía atajar la dirección interina que venía desempeñando provisionalmente la subdirectora del teatro, María Dolores Padilla (exdirectora de la sala y exedil de Cultura con el PP durante el pasado mandato).
Sin embargo, el rifirrafe que puso de manifiesto la fisura del bipartito se precipitó durante el desarrollo de la misma reunión de la junta de propietarios (es decir, antes de que hubiese terminado). Cs difundió un comunicado en representación de la Concejalía de Cultura en el que se confirmaba la propuesta de designación de Iborra como nuevo director. La acción se atribuía directamente al Ayuntamiento de Alicante aunque se incidía en que se producía "a iniciativa de la Concejalía de Cultura" para subrayar su autoría.
En ese comunicado, además, se recogían declaraciones del propio Manresa en las que, después de destacar las cualidades de Iborra, se venía a justificar el proceder del partido: "Como grupo político hemos actuado con lealtad a la coalición de gobierno, con responsabilidad y velando por los intereses del Teatro y de la cultura en Alicante".
Así, se expresaba la confianza en que Iborra fuese finalmente el director elegido con "el máximo consenso posible" por parte de los tres copropietarios del Principal "en la próxima junta que se celebrará en breve", cuando se debatiese sobre su designación. Hasta ahí, en ningún momento se contemplaba la posibilidad de que se convocase un concurso abierto a la pública concurrencia.
Y, en esa misma dirección se pronunció el propio Manresa al término de la reunión de la junta. Al dar cuenta de su desenlace ante los medios de comunicación, el regidor ratificó la propuesta de Iborra y señaló que podían presentarse otros candidatos, aunque sin que el proceso llegase a convertirse en "un concurso al uso". Es decir, que no estaba abierto a todo aquel aspirante que estuviese interesado en optar al puesto.
El problema es que, acto seguido, el alcalde, el popular Luis Barcala, también compareció para informar sobre los asuntos tratados en la reunión de la junta. Lo hizo tras Manresa y por separado, después de haber estado presente cuando el edil de Cs atendía a los periodistas, escuchando su comparecencia. Y en sus explicaciones, el primer edil vino a matizar parte de las declaraciones previas de su compañero de gobierno.
Así, Barcala coincidió en que la propuesta de Iborra había sido formulada desde la Concejalía de Cultura y que, en cualquier caso, contaba con la anuencia del conjunto del bipartito, en defensa de la unidad de criterio. En esta línea, recalcó que, a su juicio, Iborra disponía de la experiencia profesional necesaria y de las condiciones que se consideraban imprescindibles para dirigir el Principal.
No obstante, señaló que en realidad la junta de propietarios solo había establecido unos criterios básicos sobre ese perfil al que debía ajustarse el próximo director de la sala y que, a partir de ahora, se abría un plazo (desde finales de septiembre a finales de noviembre) para que otros aspirantes pudiesen presentar su candidatura. Es decir, que sí daba cabida a un concurso abierto, como habían venido defendiendo hasta ahora los representantes de la Generalitat en la comunidad de bienes que administra el Teatro.
Tras las dos comparecencias de Manresa y Barcala, fuentes de PP y de Cs trataron de quitar trascendencia a las diferencias en las perspectivas ofrecidas por ambos, y aunque insistieron en que existía coincidencia sobre el fondo (la propuesta de nombramiento de Iborra), sí admitieron que pudo haberse producido cierta disputa sobre la atribución de la responsabilidad, sobre la autoría de la gestión, sobre quién debía asumir su protagonismo político y sobre cómo se había informado de la iniciativa tanto al resto de copropietarios del Principal (sin tener garantizada su aprobación) como a la opinión pública.
Otras fuentes, por el contrario, apuntaron que en realidad el primer edil no había sido conocedor de la propuesta de nombramiento gestada en la Concejalía de Cultura hasta poco antes de que se presentase ante la junta de propietarios, lo que habría justificado que Barcala decidiese intervenir para modular las explicaciones de Manresa, a la vista de las posiciones de los representantes del Banco Sabadell y de la Generalitat.
Sea como fuere, las discrepancias entre Cs y PP llevaron a Compromís a exigir aclaraciones sobre lo sucedido. Su portavoz municipal, Natxo Bellido, instó al alcalde a desautorizar el comunicado emitido por Cs y reclamó que lo dejase sin efecto tras calificar su propuesta como "una metedura de pata" de Manresa al no contar con la anuencia de los tres copropietarios del Principal.