ALICANTE. El Teatro Principal celebra este jueves, 13 de mayo, a las 20:30 horas, una gala de homenaje por el centenario de Alicia Alonso, una de las personalidades más relevantes en la historia de la danza a nivel mundial, figura cimera del ballet clásico en el ámbito iberoamericano. Las estrellas internacionales que participan en esta gira recrearán parte del repertorio de la danza clásica donde Alicia Alonso brilló con técnica y estilo propio. Su magistral impronta llega a nuestros días como un legado en el que continúa siendo ovacionada por los públicos de los principales teatros del mundo.
Nació en La Habana en 1920, e inició estudios de danza clásica en 1931, en la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical. En Estados Unidos continuó su formación con Enrico Zanfretta, Alexandra Fedórova y varios profesores eminentes de la School of American Ballet. Fue la intérprete principal en el estreno mundial de importantes obras como Undertow (Antony Tudor), Fall River Legend (Agnes de Mille) y Theme and Variations (Balanchine).
En calidad de figura del American Ballet Theatre, actuó en numerosos países de Europa y América con el rango de prima ballerina. En 1943, estrena Giselle, su interpretación más emblemática, en el Metropolitan Opera House de Nueva York. En 1948, fundó en La Habana el Ballet Alicia Alonso, hoy Ballet Nacional de Cuba, compartiendo en una primera etapa sus actividades entre el American Ballet Theatre, los Ballets Rusos de Montecarlo y su propia compañía.
Sus versiones coreográficas de los grandes clásicos son célebres internacionalmente, y se han bailado en importantes compañías como los Ballets de la Ópera de París (Giselle, Grand Pas de Quatre, La bella durmiente del bosque); la Ópera de Viena y el San Carlo de Nápoles (Giselle); la Ópera de Praga (La fille mal gardée); el Teatro alla Scala de Milán (La bella durmiente del bosque) y el Real Ballet Danés (Don Quijote), entre muchas otras. Su interpretación del ballet Giselle ha sido considerada para la crítica como la mejor del siglo XX. Con el Ballet Nacional de Cuba ha actuado en los cinco continentes. Crea junto a Fernando y Alberto Alonso la reconocida Escuela Cubana de Ballet. Es la figura más longeva de la historia de la danza.
Este viernes, 14 de mayo, a las 20:30 horas, llegará El beso, obra de Ger Thijs, dirigida por María Ruiz y protagonizada por Isabel Ordaz y Santiago Molero. Un paisaje de montaña. Los Países Bajos. En Europa. Dos personas ascienden un sendero. Un hombre, una mujer, la naturaleza. Ella va en busca de unos resultados clínicos al hospital de su comarca. Él, supuestamente, pasea en busca de inspiración. Los dos caminan sin saber que van a encontrarse, es el azar, lo fortuito del destino, el que decide su encuentro en esa fase de la vida en la que los sueños empiezan a caer o el amor se vuelve más agrio, en donde el éxito y el fracaso ya no son una cuestión social sino íntima. ¿Estamos solos? ¿Nos seguimos deseando a pesar de las heridas? ¿Qué significa morirse?
El autor, Ger Thijs, construye un texto de agilísimos diálogos, plenos de cinismo y humanidad, donde el humor se vuelve supervivencia, seducción y curiosidad por el otro. Dos desconocidos a los que la vida, siempre obscenamente viva, propone caminar juntos durante un trecho. Ella y él son invitados a mirarse, a apoyarse el uno en el otro. Pero ¿acaso sabemos nunca quién es el otro? ¿Un loco, un asesino, un ángel?. Y aun así, el otro puede significar la salvación de un beso, de un oído atento, en cualquier caso siempre una referencia existencial y necesaria.
La propuesta se plantea feroz y delicada y la acción siempre marcha alrededor de ese hueco que el universo parece querer hacernos para que nosotros también existamos, como en una de las pinturas de Caspar David Friedrich y, sobre todo, con una extrema sinceridad emocional y vital que a todos nos incumbe. Un teatro desnudo donde se muestra lo excepcional dentro de lo cotidiano, las heridas que arrastramos y la esperanza de que, en el amor, siempre podemos volver a empezar.