Hoy es 20 de abril y se habla de

paso para 'homologar' estos trabajos e impulsar relevo generacional

El Sixto Marco de Elche empieza a expedir la certificación profesional de los oficios del calzado

8/12/2021 - 

ELCHE. Tras años y décadas de deslocalizaciones y aún con el lastre de la economía sumergida, el calzado intenta revertir la situación en los últimos años planteando proyectos de envergadura al calor de financiación europea para modernizar y añadir procesos innovadores en el sector. Como consecuencia de aquellos problemas, han ido llegando otros que ahora están encima de la mesa: la falta de relevo generacional, sobre todo en el punto más precario de la cadena, el aparado. Sin embargo, tras lograr el IES Sixto Marco la acreditación como Centro Nacional de Referencia (CRN) del calzado, le ha permitido empezar un proceso de certificación profesional que abre las puertas a homologar la experiencia laboral con títulos académicos.

Es un pequeño pero importante paso primero de cara a dignificar estos oficios (junto a otros como la envasa, cortado, montado...) y a equipararlos con otros, para que puedan salir del ostracismo y que se puedan reconocer de cara a esa falta de mano de obra profesional que se busca. Y que permitan, a su vez, con esa homologación académica, mejor formación para lograr niveles superiores. Algo que el instituto va a realizar durante los próximos cuatro años de la mano de Conselleria de Educación, a través de la Dirección General de Formación Profesional y Enseñanzas de Régimen Especial con fondos europeos. Todo gracias a la acreditación como CRN, aún no oficial a la espera de que se publique en el Boletín Oficial del Estado, pero trabajando como tal de forma oficiosa.

Certificados profesionales o experiencia equiparable a grados de FP

Unos trabajos que empezaron en junio no solo para el textil y calzado, sino para todo lo profesional, también para electricidad y administración, a través de comisiones de evaluación. Como explica el director del instituto, Joaquín Parejo, se trata de un reconocimiento de competencias profesionales por experiencia o formación no reglada, o parcial. "Lo que se valora es la experiencia laboral, se exige que tengan un mínimo de años y de horas. Se valoran el nivel I (dos años y 1.200 horas), II y III (tres años y 2.000 horas para ambos) y una experiencia laboral mínima en los últimos 15 años. En el caso de formación no formal en la última década, se piden 200 horas para lograr el nivel I y 300 para el II y III.

La equivalencia académica es de formación como Técnico Básico Auxiliar, para el nivel I, y un grado medio o superior de Formación Profesional para los II y III respectivamente. El paso siguiente ya sería la formación universitaria. En cualquier caso, "la competencia profesional es lo menos que se puede evaluar, que una persona es competente para determinada cosa". De esta forma, lo mínimo que se puede conseguir con este programa es un certificado de profesionalidad. Dependiendo de los conocimientos y formación, se puede dar el caso de que cursando solo algunos 'módulos' —asignaturas, en la jerga de FP—, se pueda conseguir un título de Gradio Medio o superior de FP. "Una equivalencia de ciclo formativo", explica Parejo, quien señala que esto abre la puerta a después obtener una formación académica para una futura carrera universitaria. 

Uno de los problemas del calzado en este aspecto es que no hay ninguna carrera relacionada con el mismo, "solo estudios de FP como los de aquí en el Sixto Marco, por ejemplo de reparación de Técnico Básico de Calzado y Textil, luego el nivel medio de Técnico en Calzado y Complemetnos de moda, nivel II; o el nivel III, que es el de Técnico Superior, Diseño y Producción de calzado". Un ejemplo de que alguien que por ejemplo ha estado trabajando en el patronaje podría adquirir ese nivel III, un Grado Superior. "Sobre todo en el I pero también en el nivel II pueden entrar el aparado y el montado, el equivalente a una FP básica, aunque faltaría alguna asignatura para tener el Grado Medio, aunque con esto ya tiene una certificación". Una certificación que no es un título académico, pero sí un título oficial de carácter laboral. 

Intento por frenar la extinción de puestos

En definitiva, una cuestión que ha empezado a atraer a trabajadores y trabajadoras del sector, y que colectivos como la Associació Il·licitana MAIA d'Aparadors/es i Treballadors/es del Calçat esté difundiendo y animando a empezar el procedimiento. Actualmente se puede hacer un test a través de la página de la Generalitat, en la que explicitar experiencia y habilidades, de cara al encuentro con el asesor. En este sentido, los propios docentes del instituto ejercen tanto como esta figura como de evaluador, aunque siempre en casos diferentes. El asesor agiliza el ámbito de la vida laboral. "Por ejemplo, en casos como el aparado y el trabajo irregular, se firma una declaración jurada y a veces se hace una prueba". El asesor se encarga de orientar en base a las cualificaciones y competencias del trabajador, actuales o posibles, que entrega en un informe. Después, el evaluador se encarga de comprobar esa experiencia para indicar si se cumplen con las competencias de cara a conseguir el certificado. Los docentes realizan estas tareas de forma voluntaria y fuera de su horario lectivo.

A día de hoy en el calzado y textil son una docena de evaluadores y asesores, se ha conseguido que una decena de personas logre una certificación profesional o un título académico. "Lo que más estamos recibiendo son solicitudes de aparado, cortado, montado y temas de envasa, todo lo que tiene que ver con el acabado del zapato". No obstante Parejo reconoce que es un procedimiento algo farragoso, pero es un punto de inicio para la profesionalización del sector, y que sirva como incentivo para recuperar trabajos tradicionales que se han rechazado por las condiciones laborales. 

"Va a hacer falta una mano de obra cualificada"

"El sector necesita mano cualificada y relevo generacional porque la juventud se apartó del calzado", explica el director del instituto, apuntando que precisamente de los ciclos que hay en el Sixto Marco, es el que menos matriculados tiene. "Nos hemos encontrado casos de padres y madres que les digan a los hijos que se estudie", comenta en tono irónico, "como si esto no fuera estudiar", añade, y explica que a su juicio "las cosas están cambiando con la digitalización, la nueva tecnología... Requiere más cualificación. Y hay que tender hacia la calidad, al diseño y cuidar al personal", explica el director, consciente de que las malas condiciones han sido un desincentivo para plantearse el pisar una fábrica o taller. "Es una industria esencial y de primera necesidad, pero hay que competir en calidad, diseño y eso requiere de profesionales".

Por eso incide en la mejora de todo lo relacionado con el sector en general, "del Vinalopó sale el 80% del calzado de todo el país, si no lo cuidamos...". Un trabajo que las propias aparadoras, en sus dos asociaciones a nivel local y comarcal luchan en diferentes sentidos por poner en valor, ya que la mayoría de ellas, a pesar de todo, se han sentido siempre orgullosas de su oficio, aunque por las condiciones duras y mal pagadas en su puesto ha generado rechazo en las generaciones siguientes. Un camino que ahora puede aligerarse con iniciativas como esta. Asimismo, también desde el instituto se está trabajando con la patronal Avecal y con la Cátedra San Crispín de la UMH o Inescop con cursos varios de aparado, montado, etc. Las propias aparadoras también están explorando con la Federación de Industrias del Calzado Español (Fice) la posibilidad de crear una bolsa de empleo. 

¿Qué falta para la acreditación oficial como CRN?

Sobre la acreditación como CRN, aún no se ha publicado en el BOE por lo que el instituto no tiene esa acreditación oficialmente. Sigue en tramitación en el Ministerio de Educación, que les ha animado a realizar sus cursos aunque sea de forma oficiosamente. Incluso a conferencias en Madrid sobre este tipo de centros, teniendo que sufragrarse los propios docentes el viaje y la estancia. Desde el Gobierno estaban pendientes de recibir un nuevo convenio de la conselleria con unas modificaciones presupuestarias para seguir con la oficialización. Así que como se suele decir, las cosas de palacio van despacio. Si no está la acreditación no pueden crear sus departamentos ni el Consejo Social del CRN con los agentes sociales. Ni la anunciada ampliación del propio instituto

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