ALICANTE. La provincia de Alicante, con su gran diversidad industrial y un creciente sector de servicios, se encuentra en un proceso de transformación impulsado por la digitalización. En 2025, se espera que esta tendencia no solo revolucione la manera en que las empresas operan, sino que también fortalezca el tejido industrial y empresarial de la provincia, generando un impacto positivo en términos de eficiencia, productividad y sostenibilidad.
El sector terciario avanzado, que incluye las consultoras tecnológicas y empresas de servicios profesionales, jugará un papel decisivo en este proceso de cambio, facilitando la implementación de nuevas tecnologías en sectores clave de la economía alicantina.
En la industria, sectores como el calzado, el textil y la alimentación ya han experimentado mejoras de productividad gracias a la automatización y el uso de tecnologías como la inteligencia artificial y el internet de las cosas (IoT). Estas innovaciones permiten a las empresas optimizar la producción y reducir costes, impulsando la eficiencia operativa.
El sector empresarial, compuesto principalmente por pymes, seguirá adoptando tecnologías como el Big Data y el comercio electrónico, lo que les permitirá personalizar ofertas y mejorar la logística. En 2025, se prevé que más del 50% de las pymes en Alicante implementen soluciones digitales para incrementar su competitividad.
En cuanto al sector servicios, será especialmente el turismo el que verá avances significativos. Se espera que un 60% de las empresas turísticas adopten tecnologías como la inteligencia artificial para personalizar la experiencia del cliente y optimizar sus operaciones. Aquí, el terciario avanzado será un facilitador determinante, proporcionando consultoría tecnológica y soluciones digitales para apoyar esta transición.
Pero, a pesar de las oportunidades que presenta la digitalización, también existen desafíos que las empresas alicantinas deberán afrontar el año próximo. Uno de los principales retos será la falta de personal cualificado para gestionar e implementar las nuevas tecnologías. La capacitación y la formación continua de los empleados serán esenciales para aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la digitalización.
Además, las pequeñas y medianas empresas pueden enfrentar dificultades para financiar la transición hacia un entorno más digitalizado. En este sentido, el apoyo de la consultoría y de iniciativas públicas será crucial para asegurar que las pymes puedan acceder a las tecnologías necesarias sin comprometer su estabilidad financiera.
Por último, la incorporación de nuevas tecnologías y la digitalización en la Administración pública será un desafío indiscutible para mejorar su eficacia, transparencia y capacidad de respuesta ante las necesidades de los ciudadanos. Para enfrentar este proceso de manera efectiva, las administraciones deben adoptar un enfoque estratégico y centrado en las personas.
Es por ello que será clave que las administraciones públicas impulsen una transformación cultural interna. Esto implicará fomentar una mentalidad abierta al cambio entre los empleados y ofrecer programas de capacitación continua que les permitan adaptarse a las nuevas herramientas digitales. Solo con un personal formado y dispuesto al aprendizaje continuo será posible sacar el máximo partido a la digitalización en el sector público.
* Mariano Torres, presidente de la asociación Terciario Avanzado