acto de pedro sánchez en elda 

El PSOE se agarra al efecto 'exhumación de Franco para 'enganchar' a los indecisos' y salvar el 10N

26/10/2019 - 

ELDA. Cuando Pedro Sánchez vio que no sacaba el segundo intento de investidura y se tuvo ir a la repetición electoral, sabía que había que sortear ítems o obstáculos, algunos con la certeza de que se iban a producir -como la sentencia del procés y sus derivados- y otros no. Uno de ellos era la exhumación del Francisco Franco del Valle de los Caídos. La resolución del fallo del Tribunal Supremo cerró el círculo, que se ha podido ejecutar este jueves, con el traslado de los restos del dictador, en plena precampaña electoral. Y tras la angustiosos episodios de los incidentes de Barcelona, la salida de Franco ha caído como una bendición en las filas socialistas. Se palpa entre las bases.

Y eso es lo que se ha visto este viernes en Elda, en el acto que el PSOE había preparado casi al sprint para recibir al presidente del Gobierno en funciones y candidato a la reelección, Pedro Sánchez. Ante la imposibilidad de encontrar un espacio con capacidad para reunir a más de mil personas, los socialistas lo llevaron a un feudo seguro: el barrio de San Francisco de Elda, donde las papeletas del puño y la rosa acaparan el 60% del voto en cualquier consulta electoral. Llenaron. Y se quedó gente fuera. Pero la consecuencia más palpable, más allá del discurso del propio Sánchez, es que la exhumación funciona como elemento motivador de la militancia socialista. La cuestión es que les funcione el 10N.

Aún no habían entrado los protagonistas al Pabellón Azul de Elda, las pantallas del escenario exhibían un vídeo que rememoraba la trascendencia del momento, y en el que la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, valoraba la crucialidad del traslado de los restos del dictador al cementerio de Mingorrubio. Ya por entonces, los 1.300 congregados aplaudían y vitoreaban al ver repetido el momento. Y la escena se volvió a repetir con la visita de Pedro Sánchez a la tumba de las 13 rosas, las 13 mujeres de las Juventudes Socialistas asesinados con el epílogo de la Guerra Civil ya vencido. No había comenzado el mitin, y el ambiente ya estaba caldeado, y a pedir de boca para el líder socialista. Sólo faltaba que el propio Sánchez lo redondeara

Pero si alguien esperaba al candidato socialista más enérgico y mordaz contra las derechas, o contra Podemos, no fue el caso. Pedro Sánchez compareció, con todo a favor, claro está -minutos antes, Ximo Puig lo había puesto por las nubes-, pero lo hizo casi en plan institucional, pedagógico, permenorizando los detalles de los tres grandes acontecimientos de los últimos días, y de sus consencuencias.

Primero habló, claro, está, de la exhumación. "Nunca antes tanta gente me había dado las gracias por esto", ha enfatizado. Ha reivindicado las formas del acto. "El respeto es la diferencia entre nosotros y ellos, entre la democracia y la dictadura", ha dicho antes de poner en valor. "Representa una gran victoria de la democracia española y de sus tres poderes", en referencia en que tanto el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial había avalado e impulsado.

En segundo lugar, Sánchez ha dedicado parte de su intervención a analizar la situación en Cataluña y a exigir a Torra que, antes de intentar día tras día contactar con el jefe del Ejecutivo, ha de hacer una "llamada a la convivencia", una condena de la violencia y una defensa de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. "Le digo a Torra que antes de hacer llamadas de tarifa interurbana que haga llamadas urbanas al líder del PSC, de Ciudadanos y del PP", es decir, "a aquella Cataluña que no es independentista y que no reconoce porque no tiene un diálogo" con ellos". "Primero la ley, después el diálogo", ha insistido. Y con ello ha justificado "la inviabilidad de un Ejecutivo de coalición con Unidas Podemos". "No podía estar una parte del Gobierno defendiendo la sentencia, y la otra mitad hablando de presos políticos", ha recalcado.


Y por último, el 10N. Sánchez ha presentado a su partido como el único capaz de garantizar el desbloqueo y la formación de un Gobierno, primera condición para que España pueda afrontar los desafíos que tiene por delante, desde el desempleo, a la transición ecológica, pasando por la sostenibilidad de las pensiones. En un mensaje a los indecisos, les ha advertido de que lo único que saca a España del bloqueo es una nación "movilizada" que acuda masivamente a las urnas y diga "no" al "plato indigesto" de las tres derechas. Si hay utilidad en el voto, hay que concentrarlo en el PSOE, ha afirmado.

El secretario general del PSOE ha tenido como telonero en el mitin a su ministro de Ciencia y Universidades, Pedro Duque, que ha asegurado que el Consejo de Ministros del que forma parte es "el único" que ha visto "donde la gente se lleva más o menos bien" y actúa coordinado, siguiendo la instrucción que desde un primer momento los ministros recibieron del presidente precisamente para no cometer los errores de anteriores Ejecutivos.

Duque ha reconocido que cuando recibió la oferta de Sánchez de incorporarse a su gabinete él se creyó que el líder del PSOE "de verdad quería cambiar España" y estaba llamando a personas que pensaba que podían ayudar a este objetivo.

 El ministro, cabeza de lista al Congreso por Alicante, ha arrancado las risas del auditorio cuando, al comenzar su intervención, sentía alivia porque le hubieran precedido en el uso de la palabra el alcalde de Elda, Rubén Alfaro, y la también candidata al Congreso por Alicante, Patricia Blanquer. "Yo soy más moderadito, soy incapaz de adaptarme al estilo que tenéis en estas reuniones", admitía.

En el exterior del pabellón, durante todo el mitin, un grupo de miembros del sindicato de policía Jusapol protestaba por sus condiciones laborales con sirenas para generar más ruido.

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