Este hecho es alarmante, no solo por la cantidad de comida que se desperdicia sino por la cantidad de recursos que se gastan para producirlos y que no serán aprovechados. En Dinamarca en solo 5 años redujeron un 25% el desperdicio alimentario, y allí van 3 soluciones que podrían aplicarse para intentar disminuirlo también el Alicante.
1. Cambiar el comportamiento del consumidor
En los hogares es donde más comida se desperdicia, y no se tiran restos, sino comida aun no cocinada. Esto nos indica que los consumidores compran más de lo que realmente necesitan, posiblemente por todos los descuentos que hay en los supermercados por cantidad.
Así que una de las posibles soluciones es cambiar el tipo de promociones que se hacen en los supermercados, y en vez de hacer descuentos por cantidad, hacer el descuento en la unidad. En Dinamarca esto fue lo primero que se hizo y dio muy buen resultado, porque aparte de que la gente solo comprará lo que realmente necesitaban, los supermercados vendían mucho más que anteriormente, por lo tanto, también desperdiciaban menos.
También se tendría que cambiar la percepción que se tiene de los productos a punto de caducar. Que estén próximos a esa fecha no los hace más “malos” así que, incentivando a los consumidores a comprarlos, mediante descuentos, serán unos productos que no se tendrán que tirar.
2. Aplicaciones para comercios
El segundo y el tercer puesto del ranking donde se desperdicia más alimentos son los supermercados y los restaurantes. Así que la estrategia que utilizaron los daneses fue crear un App mediante la cual se pueden comprar sobras de los supermercados y restaurantes.
Los negocios a los que les interese se apuntan a la App y ofrecen bolsas con las sobras de ese día, como pan, pasteles, platos ya cocinados… y a cambio de un precio muy asequible se libran de tirar la comida.
3. Campañas junto con el ayuntamiento
Algo muy importante es tener respaldo de las instituciones públicas y que estas, mediante leyes, permitan por ejemplo vender productos caducados, como en Dinamarca, o que promuevan un consumo responsable mediante campañas publicitarias, por ejemplo.
Mediante organizaciones sin ánimo de lucro que velen por el medio ambiente, y cuya misión sea reducir la huella contaminante, muy importante también.
Y en Dinamarca no se ha actuado solo en cuanto a los alimentos, sino que también velan para que recursos como la ropa o los electrodomésticos tengan otra oportunidad si aún funcionan. En las miles de tiendas de segunda mano que hay en el país, se pueden encontrar desde una pajarita dorada a una nevera.
Todos debemos intentar ayudar al mundo a ser un lugar mejor.
* Adriana Vázquez Farràs es Marketing Manager en Trendhim