TORREVIEJA. Se dice que las elecciones se ganan en el centro político, pero visto el choque de trenes (o de bloques) que ofrece la política autonómica hoy en día, está claro que la batalla va camino de convertirse en una pugna de extremos. El del Consell frente al PP; o el del PP, tras 20 años de gobierno en la Generalitat y muchos ayuntamientos, contra el Gobierno del Botànic; es decir, PSPV y Compromís.
Así lo ha determinado el 14 Congreso Provincial del PP de Alicante, que ha reelegido a José Císcar como presidente y que dejado las manos totalmente libres para hacer un equipo a su medida y mantener el status quo se inició tras las elecciones de 2015. El mensaje del partido lo controla València; la acción institucional contra la Generalitat la ejerce Alicante, con la bicefalia de José Císcar, en la sede de la Avenida de Salamanca y las Cortes, como fiel escudero de Isabel Bonig, y César Sánchez y su departamento jurídico como dique de contención frente a la política de Ximo Puig y Mónica Oltra. Le tumbaron el decreto de coordinación turística, y ahora pretenden hacer lo mismo con el plurilingüismo de Vicent Marzà, suspendido temporalmente por el TSJ.
Cada uno con su estilo: Císcar, reflexivo y pedagógico, pero con el brazo ejecutor de la Diputación, e Isabel Bonig, con sus discurso vehemente y de alto voltaje, alejado del centro político y con el sur de la Comunitat como punto de partida. Es lo que la propia Bonig ha llegado a decir este sábado: "La reconquista del Gobierno valenciano", a su juicio, "empieza desde el sur, desde la provincia de Alicante: empezará en la comarca de la Vega Baja y se extenderá por la región. Debemos acabar con el sectarismo, los llantos y la falta de gestión de Puig y Oltra. Hoy empieza la reconquista y vosotros sois imprescindibles y fundamentales", ha exclamado a los cuatro vientos ante los 1.100 compromisarios del PP en el congreso celebrado en Torrevieja.
Por cuestiones del guión o de la situación política, el PP acota su discurso y lo deja en toda una misiva de guerra contra el actual Gobierno valenciano que comparten PSPV y Compromís. Quizás porque no es el momento, quizás porque las circunstancias no invitan -la militancia quiere un cuerpo a cuerpo-, el discurso se ciñe a la defensa de la singularidad de Alicante y de las provincias; a exhibir los logros del Gobierno en materia de financiación -los 800 millones de más que aportará el Estado en la Comunitat se colaron en el discurso de casi todos los intervinientes-; el modelo de sol y playa del turismo y la libertad educativa y contra las medidas de uso de valenciano en la administración (marginación del castellano, según el PP) y en el decreto del plurilingüismo. Esas son la señas de identidad de este nuevo PP. Y claro está, mucha cera, mucha cera contra el Consell del Botànic y, en especial, contra la vicepresidenta, Mónica Oltra, que se lleva un ataque de cada dos. Por sus ausencias en la provincia de Alicante, la gestión de los centros de menores, etc
Si deben haber propuestas de otros campos, como combatir el cambio climático, por un modelo urbanístico diferente o modelo económico que apueste por lo tecnológico, está claro que eso no cabe, de momento, en un congreso del PP, como ha quedado demostrado. Estas vez, los logros macroeconómicos han quedado fuera del foco discursivo. O al menos, desdibujados.
Ahora la prioridad "es Alicante, y sus fronteras", como bien dejó claro el reelegido José Císcar, quien se ha presentado como garante de las provincia, de la actual división administrativa. Por eso, lanzó una mensaje claro y evidente a las formaciones, como Compromís, PSPV y Podemos, que quieren establecer una división comarcal. "Nunca habrá ni ley de comarcalización ni ley de mancomunidades", ha defendido. Pese a ello, Císcar ha afirmado que respeta las comarcas, las defiende como realidades, pero "nunca como unidad administrativa que acabe con la actual configuración de las provincias".
Otros de los argumentos que monopoliza el discurso del PP de Císcar y Bonig. Ni decreto de plurilingüismo ni ataques a la educación concertada. Consideran que el conseller Vicent Marzà ha cercenado la libertad educativa que, a su juicio, sí que se deba hasta ahora y que el decreto supone un chantaje, y que además va contra el castellano como lengua vehicular en las aulas. Císcar se ha mostrado a favor de promocionar el valenciano, pero sin imposiciones.
Si la corrupción centró otras citas el discurso del PP, ahora aparece, pero no figura en una parte central. Císcar lo atribuye al trabajo hecho en anteriores convenciones, donde se han adoptado medidas de regeneración y participación democrática. "Como abogado, defiendo la presunción de inocencia y, como ciudadano, comparto tu opinión. Como político, me provocan asco muchas cosas que hemos ido conociendo", ha dicho, y ha señalado que el PP ha sido "exigente" con este asunto y "lo va a seguir siendo".
"Tenemos 24.000 cargos públicos, 22.700 de ellos alcaldes y concejales, y la inmensa mayoría no percibe retribución. Por ello, es injusto que queden en entredicho por las prácticas ilegales de unos pocos", ha defendido.
"Podemos meter la pata, pero no podemos meter la mano. Somos los primeros interesados en que aquel que robe, vaya a la cárcel y devuelva todo lo robado", ha afirmado.
El proyecto planteado por Císcar, habla, "por primera vez", de la propuesta al comité ejecutivo provincia de la creación de una mesa joven del PP de Alicante compuesta por menores de 35 años que, con representación en cualquiera de las administraciones, puedan proponer políticas especificas en cuestiones que "realmente importan al comité alicantino".