ALCOY (EFE). El año que está a punto de terminar será recordado en el Alcoyano por el órdago lanzado por el propietario de la entidad, el empresario vasco afincado en Alicante, Juan Carlos Ramírez, de llevarse y trasladar el domicilio social hasta la costera localidad de La Nucía en un 2024 también aciago en el terreno deportivo.
Todas las alarmas saltaban en una rueda de prensa celebrada el 20 de mayo por el propio Juan Carlos Ramírez en la que anunciaba que se había cansado de poner dinero y que el Ayuntamiento de Alcoy incumpliera los acuerdos, señalando directamente al alcalde de la ciudad, Toni Francés, como el principal responsable de la situación y anunciaba la presentación de medidas judiciales.
Ramírez llegó a decir que “me llevo el equipo a La Nucía porque aquí no tengo apoyos. Me llevo la camiseta y la historia, el Alcoyano no desaparece. Sin apoyo empresarial, institucional y social no puedo seguir en Alcoy. En La Nucía tengo el apoyo que aquí no tengo”.
Este anunció dio paso a una movilización social a través de la plataforma “La Moral No Morirá”, en la que estaban representadas todas las peñas del club, mientras que a nivel institucional todas las fuerzas políticas de la ciudad se unían para tratar de evitar la amenaza de la propiedad a través de la Junta de Accionistas del 17 de junio, en la que se iba a votar el traslado de domicilio social a La Nucía.
Un primer paso fue la manifestación convocada por la plataforma de socios del club para el 26 de mayo, coincidiendo con el último partido como local del Alcoyano frente al Intercity.
Dos horas antes del encuentro hubo una concentración de socios y aficionados en la Plaza de España, centro neurálgico de la ciudad, momento que se aprovechó para leer un manifiesto y partir en comitiva hacia el campo, recorriendo varias de las principales calles de la ciudad, con cerca de 2.000 seguidores del Alcoyano apoyando esta manifestación.
Un día antes, el Ayuntamiento de Alcoy en un pleno extraordinario acordaba iniciar los trámites ante Generalitat para declarar al Alcoyano como Bien de Interés Cultural Inmaterial (BIC).
Paralelamente a estas acciones, se formó una comisión de negociación con la propiedad para evitar el traslado y después de dos semanas de reuniones, a mediados de junio, el alcalde de Alcoy, Toni Francés, anunciaba en presencia del presidente del Alcoyano, Toni Justicia, y de un representante de las peñas, que “el Alcoyano se queda” después de que ambas partes alcanzaran un acuerdo tras aceptar la propiedad un plan de viabilidad a cinco años vista.
Pese al acuerdo, se abrió una profunda herida entre las tres partes: club, Ayuntamiento y afición, que medio año después sigue sin cicatrizar y que abre muchas dudas de cara al futuro.
El Alcoyano sigue jugando sus partidos de Primera Federación en el histórico El Collao, pero el equipo ha dejado de entrenar en la ciudad y lo hace habitualmente en La Nucía.
Con la incertidumbre de la decisión que acabará tomando Juan Carlos Ramírez, propietario del 98 por ciento de las acciones del club, a nivel deportivo el verano se presentó ilusionante, con la mayor inversión en plantilla en los 96 años de historia del Alcoyano.
Ese esfuerzo económico en la confección de la plantilla no se vio compensado después en un buen arranque liguero, en una temporada en la que el reinado en el grupo 2 de la Primera Federación se abría mucho con los ascensos de transatlánticos para la categoría como Málaga, Castellón o Córdoba.
El Alcoyano con Vicente Parras en el banquillo, camino de su sexta temporada consecutiva a los mandos del equipo, no logró enderezar el rumbo a medida que iban transcurriendo las jornadas y de manera sorpresiva, a comienzos de noviembre, la propiedad anunciaba su destitución.
El elegido para ocupar esa vacante producida fue Juli Cerdá, su segundo e histórico del Alcoyano con experiencia en clubes como Castellón, Elche, Rayo Vallecano, Alavés, Córdoba y Hércules, aunque,sin experiencia en el banquillo, tampoco bajo su dirección se logró levantar el vuelo y de los seis partidos que dirigió, solo ganó uno, empató tres y perdió otros dos.
El martes, se conocía que Vicente Mir, un técnico afín a Juan Carlos Ramírez, con el que ya coincidió en el Elche y el Hércules cuando la propiedad era consejero de estos dos clubes, será el tercer técnico de la temporada tras 18 jornadas y quien se sentará en el banquillo del equipo el próximo 11 de enero en el Alfredo di Stéfano, en la vuelta del Alcoyano a la competición tras el parón invernal.