El edificio de la calle Rafael Altamira adquirido por el colegio profesional con la intención de que acogiese su sede institucional.ALICANTE. El segundo proceso de subasta impulsado por el Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de la Edificación de Alicante (COAATIEA) sobre el palacete de la calle Rafael Altamira convocado este febrero, transcurrió de un modo completamente opuesto a la primera convocatoria, celebrada en septiembre. En aquella ocasión, la venta pública tuvo que declararse desierta, ya que al cierre de plazo no se presentó ninguna oferta válida, que se ajustase al precio mínimo de 1.610.000 euros que se había establecido entre sus condiciones de partida. En ese momento, tan solo se presentó una propuesta de adquisición, que tuvo que ser descartada, al plantear la compra del inmueble por 650.000 euros: es decir, cerca de un millón menos del importe requerido.
Esa situación cambió por completo en el segundo proceso. En ese momento, la convocatoria sumó hasta 18 pujas distintas por parte de inversores interesados asumir la propiedad del inmueble. Como informó Alicante Plaza, el teórico ganador del proceso fue un comprador todavía desconocido que ofertó la puja máxima: 1.721.000 euros. Eso sí, tuvo que emplearse a fondo, ya que se produjo una agitada correlación de contrapropuestas en el último día del plazo de la puja (el 2 de marzo) que obligaron a alargar el proceso hasta las 23:00 horas, cuando se preveía que la admisión de ofertas se cerrase a las 18:00 horas.
En concreto, la subasta quedó abierta de manera oficial el 11 de febrero, pero no se registró ninguna puja a través del Portal de subastas del Estado hasta el día 28 de ese mes. Esa propuesta se ciñó al precio mínimo exigido en las bases de esta segunda convocatoria: en este caso, 1.100.000 euros (500.000 euros menos respecto a la primera subasta). Los dos días siguientes, 29 de febrero y 1 de marzo, se presentaron otras dos ofertas por un precio máximo de 1.200.000 euros.
No obstante, la competencia acabó desatándose con especial intensidad a lo largo del día 2, con hasta 15 ofertas de compradores interesados, que forzaron la extensión del plazo de pujas con el fin de que pudiesen presentarse contraofertas. De hecho, entre esas 15 pujas, pudieron figurar dos o más pujas por parte de un mismo postor que quisiese mejorar la oferta precedente para quedarse con el edificio en venta. Es decir, que en el cómputo global del proceso se registraron hasta 18 pujas, pero no necesariamente que las presentasen 18 inversores diferentes.
La venta se cerró por 1.710.000 euros y otras cuatro pujas de reserva de entre 1.705.000 y 1.100.000 presentadas por otros tantos postores sin vinculación empresarial
En todo caso, esa agitada disputa concluyó con la oferta máxima ya citada de 1.710.000 euros y otras cuatro pujas de reserva por 1.705.000, 1.700.000, 1.325.000 y 1.100.000 euros que se activarían en el caso de que pudiesen producirse posibles renuncias. Hasta el momento, no ha trascendido que el ganador de la subasta haya desistido de formalizar la compra, aunque tampoco se ha confirmado que el acuerdo de adquisición se haya zanjado de manera oficial.
No obstante, según pudo constatar este diario, lo cierto es que la venta estaría prácticamente garantizada al 100% con alguna de las cinco primeras pujas, ya que en ese caso sí correspondían a postores diferentes. Y, además, entre ellos no guardaban ninguna vinculación empresarial: es decir, que en ese grupo de cinco primeros clasificados no hubo postores que doblasen sus posibilidades de participación a través de dos sociedades diferentes adscritas a un mismo grupo.
En todo caso, fuentes consultadas precisaron que en la asamblea del colegio profesional celebrada para dar cuenta del desarrollo de la subasta se introdujo todavía una prevención adicional más para evitar posibles estrategias de adquisición. En concreto, se estableció un límite de seguridad para las pujas mayores, de modo que, en el caso de que se produjese la renuncia del postor ganador, se ofrecería la posibilidad de compra a los sucesivos clasificados por un precio mínimo de 1.700.000 euros.
