ELCHE (EFE). La ciudad de Elche (Alicante) conmemora este martes el vigésimo aniversario de la proclamación del Misteri d'Elx, drama sacrolírico de origen medieval, como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, con el objetivo de trabajar en su conservación y difusión.
Otra de las finalidades de esta efeméride es garantizar su supervivencia y legarlo a las futuras generaciones.
"La Festa", como también se conoce el Misteri d'Elx, de gran arraigo en la población ilicitana, escenifica varios pasajes de la vida y muerte de la Virgen María y se representa los días 14 y 15 de agosto en la Basílica de Santa María de Elche, aunque también se ofrece en noviembre de los años pares.
A las puertas de esa basílica se ha desarrollado hoy un acto institucional para rememorar este aniversario como Patrimonio de la Humanidad, donde se ha recordado en imágenes ese 18 de mayo de 2001, cuando el Misteri d'Elx logró esta distinción en la sede de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en París.
Los cantores han interpretado algunos motetes de "La Festa" en diferentes momentos de la ceremonia, en la que se ha reconocido la figura de Joaquín Serrano, presidente del Patronato del Misteri en el momento de la declaración y uno de los impulsores de la iniciativa, que falleció el año pasado.
El alcalde de la ciudad, el socialista Carlos González, ha señalado la importancia de "enraizar" el Misteri d'Elx en la sociedad ilicitana para "garantizar su supervivencia" y proyectarla al resto de la humanidad.
Por su parte, el embajador de la Unesco en España, Andrés Perelló, ha destacado el potencial patrimonial de Elche por ser la única ciudad en todo el mundo con tres patrimonios en tan poco espacio.
Y es que, además del Misteri, el Palmeral de Elche es Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000 y el Centro de Cultura Tradicional de Pusol fue reconocido por la Unesco en 2009 como proyecto de Prácticas Excelentes en la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial.
Perelló ha subrayado también la voluntad de los ilicitanos en mantener durante siglos el Misteri, un símbolo que los identifica como pueblo.
Según los investigadores, la representación del Misteri d'Elx se inició en el siglo XV, pero, a mitad del siglo siguiente, el Concilio de Trento lo prohibió.
A raíz de eso, fue necesaria la implicación de ilicitanos y entidades religiosas locales a la hora de demostrar su devoción y culto a la Virgen para que el papa Urbano VIII otorgara en 1632 un permiso o bula especial para que volviera a representarse.
Parte de esta devoción se debió a la tradición de culto desarrollada en España durante el siglo XV hacia los evangélicos apócrifos, textos que adentraban a los creyentes hacia la figura de la Virgen, especialmente en lo referente a su muerte, asunción y coronación como madre de Jesucristo.
Actores y cantores no profesionales, todos ellos niños y adultos varones, participan en las representaciones.
El texto del Misteri d'Elx está escrito en valenciano, excepto un salmo y algunos versos en latín, mientras que la música recoge piezas medievales, renacentistas y barrocas.