ELCHE. Este miércoles, 28 de junio, se cumplen 20 años desde que el estadio Martínez Valero de Elche fue escenario de una final de la Copa del Rey, el encuentro más importante y de mayor trascendencia, a excepción de los dos disputados en la fase de grupos del Mundial de España, que ha acogido el recinto ilicitano.
La final enfrentó al Real Mallorca y al Recreativo de Huelva y concluyó con victoria del conjunto balear (3-0) gracias a los tantos del uruguayo Walter Pandiani, de penalti en la primera parte, y del camerunés Samuel Etoo, que marcó dos en la segunda mitad.
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF), organizadora del torneo, eligió Elche y su estadio como sede ante el desacuerdo entre los dos clubes finalistas, que no se pusieron de acuerdo en el escenario a designar.
El Recreativo proponía como sede ideal Sevilla y como alternativa Madrid para facilitar el desplazamiento masivo de sus aficionados, mientras que el Mallorca pretendía que el partido se disputase en Valencia o Barcelona por idéntico motivo.
El conjunto onubense, que llegó a la final pese a estar ya descendido a Segunda División, desplazó a Elche a más de 10.000 espectadores, por los 15.000 seguidores que llegaron desde Mallorca.
El partido, arbitrado por Iturralde González, contó con la presencia en el palco del entonces Rey de España, Juan Carlos I, que fue el encargado de entregar la copa de campeón del torneo a Miguel Ángel Nadal y a Francisco Soler.
El Recreativo de Huelva alineó a Luque, Merino (Oscar Arpón, m.69), Loren, Alex, Pernía, Javi García, Mario Bermejo (Xisco, m.40), Diego Camacho, Benítez (Joaozinho, m.78), Viqueira y Raúl Molina.
El Mallorca, dirigido por Gregorio Manzano, apostó de salida por Leo Franco, Cortés, Niño, Nadal, Poli, Alvaro Novo, Ibagaza (Marcos, m.85), Lozano, Riera, Pandiani (Carlos, m.81) y Eto'o (Campano, m.87).
A pesar de lo abultado del marcador final, el conjunto onubense tuvo sus opciones al inicio del partido e incluso vio cómo el colegiado le anulaba un gol en los últimos segundos del primer tiempo.
Sin embargo, el equilibrio de fuerzas duró hasta la aparición en escena de Etoo, quien obtuvo un permiso especial para disputar este partido a pesar de que estaba concentrado con la selección de Camerún.
Más allá del resultado, para Elche y sus vecinos la final dejó un recuerdo imborrable por el extraordinario ambiente deportivo que se vivió en el estadio, repleto de colorido, y en la ciudad durante la jornada anterior y el día de la gran final.